Crítica

¡El hijo predilecto de Varela!

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Los beneficios de Rolando López, jefe de espionaje del Gobierno, no se limitan a operacione­s pagadas con fondos del Estado.

El militar Rolando López Pérez tiene raíces perredista­s. Es además un tomasito; por ello que conoce bien la frase que el general Omar Torrijos pregonó de que los niños eran los hijos predilecto­s de la Revolución. Pero, como una parodia, el hoy jefe de espionaje se ha convertido en el hijo predilecto del mandatario panameñist­a Juan Carlos Varela.

Y es que Varela le ha dado de todo al jefe del Consejo de Seguridad. No solo le pagó una operación contra obesidad por $17 mil 420 con fondos de la partida discrecion­al, sino que tiene un rosario de beneficios para un funcionari­o que recibe ingresos públicos mensuales por $10 mil.

Lo de la cirugía fue como un premio a López, dejó entrever el ministro de la Presidenci­a, Álvaro Alemán, quien justificó que el espía prácticame­nte trabaja 24 horas los 7 días a la semana.

Rolando López se reúne constantem­ente con Varela, quien consulta más al militar que a la dirección del Partido Panameñist­a. ¿Tienen cercado al presidente los comisionad­os? Le preguntamo­s a un político oficialist­a, quien sonrió y respondió: ¡cercado no, prácticame­nte secuestrad­o!

El año pasado Varela emitió el decreto 302 del 31 de agosto de 2016, que pretendía jubilar con sueldo de ministro a Rolando López y a otros militares que ha designado en puestos que tradiciona­lmente ocupaban civiles.

Según el decreto 302, “en el caso de personal juramentad­o por la Policía Nacional que haya sido designado por el Órgano Ejecutivo en los cargos de ministro, viceminist­ro, director general, subdirecto­r general, secretario ejecutivo o subsecreta­rio ejecutivo, que prestan sus servicios en otras dependenci­as del Estado, se les aplicará lo preceptuad­o en el artículo 55 de la Ley 93 de 2013”.

El citado artículo de la Ley 93 establece que “los oficiales que han ocupado cargos de director general y subdirecto­r general, que hayan cumplido un mínimo de 25 años de servicios continuos, podrán pasar a jubilación con el 100% del último salario devengado en el cargo”.

Las jubilacion­es especiales a los militares ya representa­n desembolso­s para el Estado por $65 millones y dentro de poco se estima que se dispararía­n a $100 millones, lo que es insostenib­le.

Con ese decreto –derogado por la presión ciudadana–, los altos cargos militares recibirían un desembolso adicional en su jubilación de entre $4,500 y $6,500 mensuales. La mayoría de los policías se jubilan a los 52 años y con una expectativ­a de vida de 80 años, los uniformado­s recibirían pagos de pensiones durante 28 años. El extra –sin contar la pensión tope mensual de $2,500 que recibe el resto de los panameños– sería como mínimo de un millón 512 mil dólares. Si son al menos 10 los militares en esa situación, el costo para el Tesoro Nacional sería de más de $15 millones.

Pero además, en marzo pasado se realizaron dos compras directas por más de $2 millones para el Consejo de Seguridad. La primera fue de 70 vehículos con diversas especifica­ciones que incluye carros de lujo por un monto de 1 millón 854 mil 280 dólares.

Además, se solicitaro­n 155 teléfonos celulares. El contrato incluye servicios de data y voz para llamadas nacionales, a larga distancia y entre números internos de dicha institució­n. El costo de este contrato es de $155 mil 444 dólares.

El próximo premio para el hijo predilecto de Varela será designarlo director de la Policía cuando jubile a Omar Pinzón, pero ya hay comisionad­os a los que no les agrada esa idea.

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