Sagradas Escrituras
Con broche de oro cerramos este mes de setiembre, dedicado a las Sagradas Escrituras, tal como establece la Ley 26 de 2007, respetando “la libre profesión de todas las religiones, así como el ejercicio de todos los cultos”, en aras de promover paz, reconciliación, justicia y fe, entre otras valiosas acciones y en este año su alcance es mayor, pues el contenido trasciende y se transforma en apoyo, inspiración, impulso y deseo ferviente de creer y avanzar.
Ejemplos sobran, desde aquel joven que corre en redes sociales solo para desearte, con pasaje bíblico incluido, que tengas un excelente día hasta nuestra rápida pero consciente persignación encomendándonos al Creador en cada jornada, pasando por los mensajes cargados de emoción de colegas y amistades, que han encontrado al alcance de un “click”, en modalidad virtual, la maravillosa e ingeniosa forma de compartirte algo de nuestras Sagradas Escrituras, en perspectiva de vida, pues trascienden el papel.
Sin embargo, la palabra de Dios sin acción es letra muerta. Pero también puede resucitar. De eso no hay duda. Hay quienes tocan fondo mas la fe en un Ser Superior les permite salir y dar testimonios de verdadero valor sin “charlatanería”. Repudiamos a quienes lucran y abusan con las necesidades ajenas, aún las espirituales o de creencias.
Ante situaciones como estas basta recordar que somos seres humanos únicos, con sumo potencial y que contamos con las Sagradas Escrituras (según la Ley 6 se celebra cada 30 de setiembre) como fuente inagotable de enseñanza en medio de la incertidumbre, de esperanza ante la dificultad y de verdad en todos los tiempos.