Vivimos pagando y morimos debiendo
Nuestro vecino Costa Rica vive desde una semana momentos críticos de confrontación de todo un pueblo contra las medidas impopulares impuesta a este país por los organismos de crédito internacional, debido entre otras cosas, al alto nivel de endeudamiento al que las distintas administraciones han sometido al país a lo largo de los últimos tiempos.
No hay que olvidar que los organismos de crédito internacional tienen una política crediticia que repiten a casi los todos los países por igual y cuando de cobrar se trata, aplican la misma receta sin importar que efectos tengan estas en la población, y a gobiernos débiles no les tiembla la mano en aplicarlas hasta que los ciudadanos se levantan y los obligan a dar marcha atrás como está sucediendo en Costa Rica.
Nuestro país, que tiene muchas similitudes con su vecino en cantidad de habitantes, el tamaño de la deuda per cápita etc. Nos da un aldabonazo de lo que nos espera a futuro si no ponemos la barba en remojo.
El crecimiento indiscriminado de la deuda en nuestro país gobierno tras gobierno es grave, con el agravante de que el último que llega supera al que se fue, nos tiene que preocupar porque de lo que se trata es del futuro del país. Tristemente quienes han llegado a gobernar no lo miran de esa manera porque cada uno quiere dejar un símbolo con el cual ser recordado.
El futuro de la patria está en juego y no parece haber conciencia de quienes gobiernan de la necesidad de ser austeros y más ahora en épocas de pandemia, por lo tanto, los viajes faraónicos de ministros con 3 y 4 carros de escoltas son innecesarios en un país como el nuestro, puesto que todo ello significa incurrir en gastos de combustible, viáticos, desgastes de flota vehicular etc. El gobierno nunca tomó en serio la posibilidad de recortes de gasto en salarios y Nito nos ha mantenido entretenidos primero con una amenaza de descuento, después apareció con un proyecto de ley que desde el minuto mismo en que lo anunció dije que eso no pasaría en la Asamblea de Diputados, porque lagarto no come lagarto y los Diputados no se van a hacer un harakiri; finalmente nos dijo que si en la Asamblea no pasaba en 30 días él lo haría de otra forma y de eso acá han transcurrido meses y no existe ni una cosa ni la otra; es decir nuestro Presidente en esa materia no ha hecho ni chicha, ni limonada.
Miremos el espejo de Costa Rica y preparémoslo porque Panamá va por el mismo camino y bailamos en la cuerda floja.