La vigencia de las placas
En un artículo reciente, como lo he propuesto varias veces, abogué por superar el arcaico sistema de reemplazar anualmente las latas que identifican los vehículos. Por consiguiente, estimo como un avance la aprobación por la Asamblea Nacional del proyecto de ley que extiende a cinco años la vigencia de las denominada placas. Pero podríamos avanzar más si instituimos la placa permanente. Bastaría con reformar el proyecto de ley y establecer, de una vez por todas, que la placa, que es exclusiva de cada vehículo, será única.
Como he explicado en artículos anteriores, en el caso nuestro, que no fabricamos automóviles, la placa numerada sería asignada a cada vehículo cuando ingresa al país, sea este nuevo o usado. El importe del Impuesto de Circulación, calculado en base al promedio de vida útil, se adicionaría al precio de venta y a los compradores se les daría la opción de cancelarlo en su totalidad al comprar cada unidad o de pagarlo en tramos de cinco años; pero sin que sea necesario cambiar la lata.
Poner en vigencia un sistema como ese no solo evitaría la tediosa rutina de renovar las placas, sino que también facilitaría la recaudación del Impuesto de Circulación. El hecho de que se cobre en su totalidad de una sola vez, en nada afectaría su recibo por los respectivos municipios. Estos podrían optar por recibirlo de un solo contado o prorrateado, mediante una asignación en el Presupuesto General del Estado, de manera similar a como actualmente reciben sus asignaciones en cumplimiento de la Ley de Descentralización.
Los propietarios de vehículos, al poder optar por cancelar de un solo contado el Impuesto de Circulación dejarían atrás el engorro de cancelarlo anualmente. Y la eventual objeción de los fabricantes de las latas se superaría, con creces, dado el hecho de que todos los años el parque vehicular aumenta en unas 80,000 unidades y esa cantidad seguirá creciendo, como es previsible.
Los propietarios de vehículos, al poder optar por cancelar de un solo contado el Impuesto de Circulación dejarían atrás el engorro de cancelarlo anualmente