Cuarentena primitiva
Panamá enfrenta una de sus peores crisis de los últimos 30 años, producto de la pandemia covid-19, que ha puesto al descubierto las debilidades del sistema institucional, especialmente el sistema de salud pública, que ha sido rebasado por la falta de respuesta, ante la gran demanda de la ciudadanía que exige un servicio y un derecho básico como es la protección de la cobertura social.
Los más de 269 mil casos de contagios en ascenso y alrededor de 4 mil 350 fallecidos son una eminente muestra de la crítica situación que atraviesa el país, con hospitales colapsando, ante la falta de camas e insumos que han llevado al Ministerio de Salud y a la CSS a improvisar hospitales toldas con catres ante el aumento de contagios que sufre el país.
La sensitiva situación que podemos considerar como muy grave, es tan delicada que ha trastocado la economía y el desempleo con un 18.5%, que según con el Inec 371,567 personas están desempleadas, mientras que 767,162 componen el mercado informal, lo que representa un aumento de 44% a 52% en relación al 2019. Los panameños ante esta situación para sobrevivir debido al aumento de la pobreza y el hambre se han convertido en verdaderos soldados de la sobrevivencia por la falta de programas integrales por parte del estado.
Este vivo ejemplo de sobrevivencia es la situación que vive la provincia de Panamá Oeste, con una de las cuarentenas más primitivas del mundo, confinados y con miles de hogares sin agua potable, por el pésimo servicio del IDAAN, aumentando el riesgo de contagios; pero lo más lamentable es que esta cruel realidad la están viviendo miles de familias, ante el silencio culpable de las autoridades regionales, que pretenden ocultar ante la opinión pública la forma inhumana que están siendo sometidos por esta brutal cuarentena.
La sensitiva situación que podemos considerar como muy grave,