Vuelo de Águila
Para todos ha sido muy difícil el someternos al nuevo confinamiento, esta vez con la esperanza de una vacuna que demora y una economía que se desmorona con triste rima. Paralelo, está una población tratando de sobrevivir, otros no han podido.
Estamos abrumados por las pérdidas humanas y la incertidumbre económica. Escribir esta última frase ha sido una constante ¡ya debe dejar de ser!
Dicen los orientales que hay que escuchar aquello que nos dicen los tiempos para ejercer la acción correcta. Es un hecho cierto, que nos están mandando señales de varias formas, gritando, gimiendo y hasta en el silencio. Esta situación nos afecta emocional y físicamente, sin embargo, los seres humanos tenemos la capacidad de sobreponernos ante la adversidad. Estamos en grandes ligas. Nuestras capacidades internas deben salir por sobrevivencia. Es saludable aceptar el malestar, pero una vez reconocido requiere una movilización y no quedarnos enganchados en la paralización y la negación. Ninguna de las dos nos lleva a solucionar sino a enterrar nuestra oportunidad de crecimiento.
Para ello, es necesario comenzar aletear y tomar el control de la situación mirando hacia arriba. Aceptar el malestar, pero que no nos detenga. Elevarnos ante las circunstancias nos permite ver los acontecimientos con mayor objetividad.
Entendidos economistas no dicen que ante la adversidad existen posibilidades de recuperación para nuestro país, tenemos que verlas y eso requiere visión, para poder tenerla , debemos elevarnos del suelo.
En cuanto a nosotros los habitantes de este hermoso país y del mundo. Debemos hacer nuestra parte, ser conscientes que toda actuación particular tienes consecuencias globales. Nuestro mundo no empieza y termina con nuestra realidad. Vivimos dentro de hogares donde la actuación y salud de todos es importante y afecta al todo.
Nos corresponde cuidar de nuestra salud, buscar ayuda o utilizar los recursos internos para recuperar la calma. ABOGADA -MEDIADORA- COACH