Informalidad gana terreno
¡ Vecina-vecino! llegó Liberato, “el del pescado con los precios baratos” se escucha por calle arriba mientras que por calle abajo no falta Doña Catalina con canto ya conocido pidiendo a todo pulmón: ”Saque su bolsa, saque su platón que con lo que compre hará tremendo sopón”.
Son voces con las cuales, sin que sea carnaval, ya nos hemos familiarizado en estos tiempos, reflejo de la informalidad laboral (que supera el 45% según los especialistas) que enfrentamos ante el resquebrajamiento de la economía con la caída de ingresos y la urgencia para enderezar el rumbo.
Por lo general, “El Panameño” es un personaje que prefiere reír para no llorar, que ante las circunstancias difíciles bromea y enfila su creatividad hacia los “memes con cerebro” que hoy por hoy ganan espacio por rapidez y fácil diseminación pues envían mensajes jocosos provistos de ingenio e inteligencia y pone “manos a la obra” emprendiendo, siguiendo la ruta de la informalidad laboral sin perder esperanzas muy consciente de que, con vacuna o sin ella, hay que hacer de “tripas corazón” y buscar la manera de salir adelante.
Somos poco más de cuatro millones de almas en un solo Panamá no cinco, seguros de que en la división no está la fuerza.
No hay que equivocar el camino. Recobrar la confianza en el potencial de Panamá es impostergable y para ello las acciones van desde el seno familiar tomando verdadero control y responsabilidad de sus integrantes, pasando por el análisis crítico de medidas gubernamentales hasta el cumplimiento estricto de los papeles que nos toque desempeñar para mover la rueda de la economía, base de crecimiento, con fuerza y decisión.