Carlos Arboleda

Alos 96 años murió el maestro Carlos Arboleda, pintor y escultor panameño que amó tanto a su país que nunca quiso quedarse en Europa, aunque las invitaciones le sobraban pues estudió arte en las mejores escuelas de bellas artes de Italia y España. El mismo año en que nací fundó La Casa de la Escultura donde mi tío Orlando fue su alumno destacado y beneficiario de una beca para estudiar escultura en Barcelona, España y ahí empieza una amistad de familia que ha durado más de 50 años.

El maestro para mí era solo Carlos, crecí asistiendo a tertulias y fiestas de Año Nuevo en su casa o en el estudio: Recuerdo las fiestas en la piscina de su casa en El Valle, que era tan grande que parecía un hotel siempre lleno de invitados. Creo que fui la única niña que asistió a las famosas “fiestas de negro” donde el arte se apreciaba bajo las luces de las velas… ¡y que escándalo se formó!.

Con los años mi mamá empezó a trabajar en el Centro de Arte y Cultura del Ministerio de Educación donde Carlos era el director. En su oficina tenía una momia, ¡si la cabeza de una momia! Comprada en alguno de sus viajes y cuando era permitido. Siempre me vacilaba que me parecía a Anna Magnani, aunque no teníamos ningún parecido. Carlos era así, le encantaba vacilar.

En los últimos años la edad le cayó encima, como a todos, pero me seguía vaciando: “oye, pero como has mejorado, que bien te ves, mejor que antes” y yo me reía.

Hasta luego Carlos.

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