Auditoría chimba
Pena ajena me causó escuchar a presidente Cortizo defender sin ruborizarse la prórroga automática del contrato con la empresa Panamá Port Company por un periodo de 25 años más, por el solo hecho de que en el mes de febrero del presente año el contralor Gerardo Solís dijo a la nación que según sus auditores la empresa había cumplido a cabalidad del contrato; no había escuchado cosa más absurda.
De acuerdo a los poquísimos voceros del gobierno que han salido a defender semejante desgracia que han cometido en contra de la nación, solo comparable a la firma del tratado Bunau Varilla reconocen que esa empresa ha sido un socio incómodo por decir lo menos con el país; sin embargo, no había más nada que hacer, clase de imberbes.
Cómo se explica que Contraloría en febrero del presente año informe que la empresa cumplió a cabalidad, en el mes de mayo la empresa hace unos pagos, con lo cual taxativamente reconocen que tenían retrasos en cumplimiento y a fin de junio autorizan la prórroga; ¿creen que somos brutos o qué? Se jalaron un mes disque en sesión permanente negociando para salir con semejante animalada.
Ninguna empresa por bondadosa que sea hace reconocimiento millonario de ningún tipo y menos al estado si no le debe, cómo puede decir Contraloría que todo está bien si esa empresa ha mantenido casi que en cautiverio a toda la población de Diablo porque se tomó de sus dos y con el consentimiento de todos los gobiernos las calles de acceso a la comunidad obligándolos a entrar y salir por un mismo lugar, nunca ha repuesto las 7 canchas deportivas que toda una vida estuvieron aledañas al puerto, interrumpieron las avenidas Omar Torrijos y la Arnulfo Arias las cuales han convertido en depósitos de contenedores y ni los gobiernos disque Torrijistas y menos los Arnulfistas a quienes se quisieron honrar destinado con sus nombres ambas avenidas, han sido capaces de reivindicarlos, clase de auditoría chimba y da tristeza que sea quien preside mi país el que defienda semejante adefesio.
Omar Torrijos se revuelca en su tumba, porque quienes heredaron su partido no han tenido las glándulas para continuar su legado de darnos un Panamá mejor, porque no han sabido hacer otra cosa que convertirse en mercaderes.
Ni la mujer de Arnulfo, quien fue presidenta de la República Mireya Moscoso; ni el hijo de Torrijos Martín Torrijos Espino siendo presidentes tuvieron la valentía de recuperar esas calles hechas con fondos públicos para el uso de todos los panameños y hacer honor, ella a su marido y el otro a su padre; menos podremos esperar de los actuales que solo miran como seguir cargando sus largos bolsillos. FUNDADOR Y EXSECRETARIO GENERAL DE CGTP