Historia de ayer, hoy y siempre
Calienta motores, redobla tambores y está presto a salir. Así, en tres dimensiones: velocidad, motivación y acción planteamos el interés ciudadano de cara a la conmemoración del bicentenario de independencia de Panamá de España, el otro mes, en medio de situaciones inéditas, sorprendentes, edificantes, otras nada gratas y conscientes de que como país corresponde avanzar. Y, contrario a los que dicen que para atrás ni “para coger impulso” hay que hacerlo para aprender y acelerar. Ni más ni menos.
Bien planteaba la historiadora Marixa Lasso, en reciente actividad organizada por Grupo GESE de la Estrella de Panamá y El Siglo, y haciendo alusión a la “importancia de la memoria', con el interés de preservar y fomentar un archivo nacional, que debemos dejar de “pensar en lo antiguo como un estorbo o un obstáculo para el futuro, sino como la clave para crear ese futuro que anhelamos”. Mejor se daña.
Sin embargo, preguntamos: ¿Qué quedaría hoy de edificante para recordar a futuro? Ese es nuestro compromiso, crecer como personas y con aportes ciudadanos para el país, aunque las condiciones nos resulten adversas. Seamos parte de muchos que se sobreponen a las desigualdades, retándolas y venciéndolas, fortaleciendo el espíritu con gran deseo de superación y siendo ejemplo, aún sin proponérselos, de quienes nos rodean.
No es “hacerse el ciego” ante la inseguridad, el desempleo y el hambre, desnaturalizado ante el dolor propio y el ajeno. Es saberse persona con dignidad, con potencial, valores y cualidades innatas, que le acompañan donde quiera que vaya y que hacen de usted ciudadano con plenos derechos y deberes, orgulloso de sus logros y con raíces bien cimentadas que le permitirán mantenerse en pie contra viento y marea.