Calor político
Las manecillas del reloj avanzan implacables. En la recta final de la actual administración de gobierno, el degaste político lo protagoniza la necesidad de subsistencia, a través de las formas de vida que ofrecen las arcas del Estado.
En cambio, por los lados que circundan al ex presidente Ricardo Martinelli se dan situaciones que le favorecen en el ámbito local. Sus casos judiciales parecen estancados o en espera de alguna definición política, mientras que la situación de sus hijos con la justicia de EE.UU. está próxima a decidirse.
Por su parte, Rómulo Roux y Cambio Democrático buscarán dentro de las posibilidades que surjan, todo el espacio que reste, luego que Martinelli deslinde su futuro político. Ambas figuras provienen del mismo origen y sus destinos están ligados, al punto que, la igualdad de ADN, les impide la coexistencia en paralelo, ya que no existe un ecosistema adecuado donde puedan aspirar a lo mismo.
Ricardo Lombana, parece estar confundido desde el momento en que decidió formar Otro Camino, mismo que lo hizo perder su identidad como figura independiente, luego de fundar un partido político que no ha logrado ser atractivo para el grupo a quien intenta representar.
El Partido Panameñista tampoco encuentra la forma de borrar el sabor dejado en el electorado, luego de haber alcanzado el poder político en 2014 con 40% de los votos. Su intento por desvanecer algunos aspectos que quedaron sembrados durante su administración, termina constituyéndose en el principal obstáculo, antes de decidir si serán bisagra o apelarán a la premisa del voto debajo de las piedras en el 2024.
El próximo 31 de julio se tendrá la lista completa de todos los precandidatos para cargos de elección popular, habilitados para recoger firmas a lo largo de un año. Las tres figuras con mayor cantidad de firmas para cada puesto, formarán parte de las papeletas impresas en mayo de 2024.
Hasta entonces, los panameños y panameñas tendrán que continuar padeciendo los sinsabores, producto de sus malas decisiones.
El Partido Panameñista tampoco encuentra la forma de borrar el sabor dejado en el electorado