Cosas buenas de la CSS

Si hay cosas buenas, aunque a veces lo dudemos. Desde hace un mes estoy en un completa revisión de salud cosa que no había hecho por la pandemia. Entre médicos privados, más citas en el la Caja del Seguro Social estoy poniendo mi salud al día. Aclaro que los laboratorios si los estoy haciendo de forma privada porque no me gusta madrugar para que me digan que no hay reactivos.

Sin grandes expectativas saqué una cita vía web con un médico general para conseguir las referencias que necesitaba; para mi sorpresa me la dieron rápido, en menos de 10 días. Me atendieron y conseguí las referencias más las indicaciones de cómo conseguir una cita para odontología. No ha pasado ni un mes y ya fui atendida por un médico general, una excelente dentista, por un oftalmólogo, que llegó tarde, pero que si escuchó mis síntomas ya que hace unos años un colega suyo resolvió que mi problema ocular era el maquillaje y de nada valieron mis argumentos en contra. La otra semana me verá un dermatólogo, estoy emocionada.

Pero quienes se llevaron el primer premio al servicio fueron las unidades de la farmacia de “el Complejo” que me ayudaron. No había sistema desde hace varios días y parece que mis recetas se traspapelaron; cuando todas estábamos cansadas, yo de esperar y preguntar y ellas de buscar en cuanta caja tenían una Licenciada me dio su celular personal para que le enviara los datos del doctor que le atendió o las fotos de las recetas y con eso tratar de despachármelas. Al día siguiente me dice: venga en 1 hora, así me las entregaron.

Lo bueno también se dice.