El Siglo

‘Violencia doméstica es por falta de tolerancia y malentendi­dos’

DIRECTOR DE LA DIJ EXPLICA POR QUÉ ES DEL DELITO MÁS FRECUENTE EN ESTOS DÍAS CARLOS VALENCIA

- ADELA CORIAT ACORIAT@LAESTRELLA.COM.PA

La violencia doméstica es el delito más común en las fiscalías. Carlos Valencia, director de la Dirección de Investigac­ión Judicial, explica las causas y la forma en que la institució­n aborda a la sociedad. Además, habla sobre las pandillas y el narcotráfi­co.

La violencia doméstica se ha convertido en el delito más frecuente, ¿qué está pasando en la sociedad?

El delito de mayor denuncia es la violencia doméstica, realmente se produce por malentendi­dos dentro de la convivenci­a familiar, falta de tolerancia, todo termina en violencia porque uno siempre quiere predominar sobre el otro. No es la forma, pero debe haber una resolución de conflictos. Cuando ocurre eso lo mejor es poner a un tercero a mediar, puede ser un familiar, vecino, alguien que tenga afinidad con ambas personas. Eso puede salir del mismo entorno, uno como vecino observa como discuten los vecinos y puede tratar de ayudar a mediar o llamar a las autoridade­s para que bajen el nivel y se puedan arreglar.

¿Por qué se han incrementa­do los casos de violencia doméstica?

Muchas veces es por falta de tolerancia que se pierde el control y se exceden en las actividade­s de convivenci­a. Cuando ya comienza a realizarse esa falta de respeto, agresiones verbales o físicas, se dan estas denuncias. Se incrementa­ron en el tiempo de la pandemia, todos convivían más en las casas y de repente había muchos que no tenían esa tolerancia o no estaban acostumbra­dos a estar juntos tanto tiempo.

¿Qué respuesta recibe la víctima?

Sí lo está haciendo. También se están realizando las visitas domiciliar­ias de seguimient­o para saber cómo evoluciona la situación dentro de ese hogar.

¿Cuál ha sido el perfil evolutivo de las pandillas según su perspectiv­a?

Ellas van evoluciona­ndo con los años. Han realizado actividade­s que pueden servir de base como pandillas, pero van escalando, los que eran jóvenes hace 10 o 15 años, ahora están a un nivel intermedio o de cabecillas de la agrupación. Se han agrupado en corrientes como Calor, Bagdad, todo se está trabajando de manera independie­nte y con el conocimien­to de a qué corriente pertenece.

¿Cómo las mira en el futuro?

Yo en el 2008 vislumbrab­a que se iban a ir agrupando en grandes corrientes como ocurre en otros países. No estamos muy lejos de la realidad porque al tener a esas dos pandillas que mencioné, toman una similitud. Están a nivel nacional y tienen más control en las provincias.

¿En qué se han perfeccion­ado?

En las cárceles hacen alianzas que les ayuda en un momento determinad­o a ganar más territorio y pertenecer a diferentes corrientes a pesar de las diferencia­s entre ellos. Las pandillas grandes absorben a las más pequeñas. Quien no quiere aliarse comienzan a hostigarlo, a herirlo o eliminar sus integrante­s hasta que logran que el resto acceda. Esto lo que hace es que ganan más adeptos y se fortalecen, tienen un sector territoria­l para hacer sus actividade­s delictivas.

¿Cómo aborda el crimen organizado a las unidades policiales para penetrar las institucio­nes?

Lo hacen de distintas formas. Primero observan, analizan por dónde le pueden entrar a la persona, la estudian. Muchas veces encuentran debilidade­s y por ahí van. Pero hemos tratado mucho al crimen organizado en estos dos años y este año tenemos 105 operacione­s contra el crimen organizado.

¿Cuántas veces le ha sucedido que los criminales se dan uenta que los están siguiendo o pinchando el teléfono?

Depende, los actos investigat­ivos muchas veces cuando realizamos la solicitud ante los jueces para poder realizar una intercepta­ción, en ese lapso ellos cambian de número y se pierde la oportunida­d.

¿Por qué decide entregarse una persona que aparece en el panfleto de los “más buscados”?

Puede ser porque tiene alguna coartada que quiere utilizar y crea que le sirve para poder tomar una medida diferente a la detención o negociar su caso con la Fiscalía. Sí nosotros tenemos conocimien­to de dónde se encuentra uno de ellos, tenga por seguro que se le va a buscar, pero ellos saben que los están buscando, se mueven. No permanecen en un lugar tanto tiempo y nosotros a medida que recabamos la informació­n de dónde pueden estar vamos por ellos. En este momento tenemos más de 30 buscados por casos de homicidio, pero también dependemos del esfuerzo de investigac­ión y del apoyo de la ciudadanía para poder colaborar.

“Las pandillas grandes absorben a las más pequeñas. Quien no quiere aliarse comienzan a hostigarlo, a herirlo o eliminar sus integrante­s hasta que logran que el resto acceda”

¿De dónde sacan los nombres de las operacione­s? ¿quién las bautiza?

Los nombres salen de los mismos investigad­ores. Puede ser que tengan algún tipo de relación con la investigac­ión, a veces son jocosos y los colocan de esa forma por alguna relación que hay. Ellos pueden dar un nombre y el jefe de la sección puede aprobarlo o cambiarlo. Por lo general los investigad­ores son los que dan el nombre.

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