El Siglo

¿Si perdonas cachos te debes cuidar?

- ROSA FOGOSA PREGUNTAFO­GOSA@GMAIL.COM

El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Este pasaje ha sido adoptado por quienes, contra viento y marea, desean conservar sus relaciones. No pongo en duda lo anterior, lo que me preocupa es que muchas mujeres y hombres están pagando los platos rotos por no poner en práctica el sentido común.

Voy a ser directa. Lo que tú y tu pareja hagan o dejen de hacer dentro de sus cuatro paredes es problema de ustedes.

Pero hay que usar la lógica. Si mi compañero o compañera de vida me es infiel, lo sé y lo perdono, eso no es asunto de nadie más.

Llegó la modernidad que todos anhelaban y cuando la entendimos no nos gustó. ¿Cuántas parejas están hoy por hoy juntas gracias que flexibiliz­aron sus reglas? Te sorprender­á saber que hay más de los que te supones.

Entonces, para entrar de lleno en tema, ¿tu relación se vuelve de tres o cuatro integrante­s y no pones límites o no lo conversas simplement­e para no molestar a tu pareja? Déjame decirte que estás mal. Porque, hay muchas cosas en juego. ¡Cuidado con las enfermedad­es de transmisió­n sexual (ETS)!

De primerito está tu salud sexual. Ni yo que he librado las peores batallas sexuales, nunca he descuidado mi protección.

Señores, la calle está fea. Las aplicacion­es de citas han impulsado las relaciones sexuales con desconocid­os. Ojo, eso no está mal. Lo que está mal es que en la TV, impresos, radio y redes sociales vendan el sexo como libertad y es todo lo contrario.

¿Saben cuántas luchas he tenido para que mis parejas se protejan o se hagan un examen cuando formalizam­os ¡Se escandaliz­an!

Pero ese es su propio problema, para probar de este manjarcito hay que hacer sacrificio­s.

Todo esto lo digo para que la próxima vez que usted perdone cachos, pida exámenes recurrente­s de buena salud.

El o la que no acepte, ¡que ruede!

Y, bueno, en mis labores sociales (sí, porque también tengo cositas buenas) se me ha roto el corazón a ver tantas mujeres y hombres jóvenes recibiendo tratamient­o por ETS.

Cuando hablas con ellos confiesan que de devolver el tiempo, aprovechar­ían y harían las cosas de una manera diferente.

Si usted que me lee, ha sido diagnostic­ado con una ETS, ¡eche pa’ lante!, no deje su tratamient­o y viva su vida, pero cuidándose y cuidando a los demás.

No todo es

Gozadera Está la gente en a calle creyendo que todo es relajo. Cuídense y cuiden a sus parejas.

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