De estigmas e injusticias
Quedé maravillada por un documental que vi en días pasados, en el que un experto en serpientes ayudaba a una población rural de Asia a desenredar a una cobra de una maraña de vegetación. Había que sacarla de ese enjambre para proteger a la población.
Esta persona tomó con maestría el cuerpo del animal y con una pinza especial agarró la cabeza del reptil y la inmovilizó, cuando el animal abrió su boca, le dio a beber agua de una botella y la tomó con desesperación. Lo maravilloso aconteció poco después ante mi monitor y fue la forma en que la serpiente cambió su actitud hostil y defensiva y vio con curiosidad a los pobladores y se dejó desenredar de la maraña de vegetación y palos. Luego, fue puesta en una botella y llevada a su hábitat.
Las serpientes venenosas son criaturas que pueden ser peligrosas a los humanos si se sienten amenazadas. Solo las personas expertas pueden manipularlas. La extracción de su veneno puede salvar vidas.
Existen muchos estigmas sobre lo que representan las serpientes y están asociadas a la maldad, su raíz es una concepción bíblica. Los gatos negros, están asociados con la mala suerte. Los gatos son maltratados inclusive con mayor crueldad que otros animales. Cuando la maldad habita en la gente y no en los animales y la suerte se construye. Conozco el caso de una pareja que la aerolíneas le obstaculizan poder trasladar a dos gatos sanos y vacunados.
Los estigmas son causados por ignorancia y pueden hacernos equivocarnos al juzgar. Una serpiente, un gato, un niño, una raza, una orientación política, sexual, diferente, puede hacernos cometer atrocidades. Testigo, la historia.
Esta persona tomó con maestría el cuerpo del animal y con una pinza especial agarró la cabeza del reptil