Destinos inusuales

Las responsabilidades de representar a Panamá en esta parte del mundo, tan poco conocida excepto por los dramones turcos, me han llevado a hurgar en historias fascinantes que complementan el bagaje histórico que hasta ahora he tenido y que quiero compartir con mis lectores.

Como embajadora concurrente en la República de Azerbaiyán he ido varias veces a ese país, ex república soviética, muy rica en petróleo y con gran liderazgo en hidrógeno verde.

En anteriores ocasiones he visitado los territorios recuperados en Karabaj, que han estado en disputa con Armenia desde tiempos ancestrales y hasta he sugerido que a algunos de ellos se les dé un uso parecido al que le hemos dado en Panamá a la antigua Zona del Canal, como la ejemplar Ciudad del Saber.

Esta vez fuimos, los representantes diplomáticos, a la ciudad donde nació el líder azerí, Heydar Aliyev, en ocasión del centenario de su nacimiento, Najichevan. Según la leyenda, la hendidura de la cumbre de la montaña o Monte Llandag (en azerí: Ilan dagi, significado: "Monte de la serpiente), fue producida por la quilla del arca de Noé mientras el barco descendía con la disminución de la inundación tras el diluvio universal. Es una ciudad próspera y muy bien trazada, con monumentos impresionantes que van desde museos, mausoleos hasta palacios y mezquitas que exaltan la vida del líder azerí.

Aliyev fue, en tiempos de los soviéticos, un alto funcionario del régimen comunista y, en su momento, fue determinante en la independencia de Azerbaiyán, que se produjo en 1993. Es muy interesante su trayectoria porque pudo hacer un balance entre lo religioso y lo político, y sacar partido del potencial del país, que hoy día es uno de los más ricos del área, así como interesante por la forma en que se ha adaptado a su nueva realidad.

El actual presidente de Azerbaiyán es el hijo de Aliyev, Ilham.