La nakba y la llave del retorno
Este 15 de mayo se cumplen 75 años de la llamada “nakba” o catástrofe palestina, es decir, el desplazamiento forzado de palestinos de su territorio, a partir de la constitución formal del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948. No fue abandono voluntario: fueron más de 750,000 palestinos expulsados de sus tierras y casas y destrucción de 530 localidades donde residían, es decir, el 78% de lo que era Palestina en aquel momento.
Ha sido una clara y sistemática política de limpieza étnica que a la fecha se traduce en la constitución ilegal de cerca de 140 asentamientos, con más de 600,000 colonos judíos, en territorio palestino. En el establecimiento de campamentos de refugiados palestinos en Jordania, Siria, Líbano, Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, que suman 5.3 millones de personas, es decir, “la crisis de refugiados más prolongada del mundo” según UNRWA. En la existencia de cerca de 100,000 muertos palestinos producto de los ataques, redadas y allanamientos del gobierno sionista. Ni hablar de las cerca de 1,000 detenciones administrativas de palestinos que permanecen indefinidamente en cárceles israelíes no sujetos ni a cargos ni a juicios. Así como también la expropiación de tierras, destrucción de casas y cultivos, revocación de derechos de residencia, asaltos militares, bombardeos indiscriminados, todo lo cual afianza el sistema de apartheid que practica el gobierno sionista contra Palestina.
El último ataque militar israelí a la Franja de Gaza fue por 5 días consecutivos, a partir del 9 de mayo pasado, que ha traído como saldo 33 palestinos muertos (incluyendo 5 dirigentes de la Yihad Islámica), y que provocó el rechazo de manifestantes israelíes en Tel Aviv.
Cada año, los 13.7 millones de palestinos (dentro y fuera de su territorio) conmemoran esta fecha alzando sus voces en reclamo de su derecho a la autodeterminación como Nación, reconocido por Naciones Unidas y los pueblos del mundo. Pero también alzan sus LLAVES: (algunos, las llaves de sus hogares perdidos que se han transmitido de generación en generación; y, otros, las llaves que simbolizan su derecho al retorno a sus tierras y hogares. Las llaves también representan la esperanza y fe, lo último que se pierde, de un futuro mejor para los hermanos palestinos.
¡Nosotros, como panameños hermanados con los palestinos, por nuestro amor a nuestra bandera, alcemos la llave de la solidaridad!