La Estrella de Panamá

Emilio Regueira, con la fe puesta en el talento nacional

El vocalista de Los Rabanes asegura que Panamá ha logrado plantarse firme como una cuna de talentos. Hoy, el reto es abrazar las nuevas tecnología­s para satisfacer un mercado con sed de música y contenidos

- Yandira Núñez yandira.nunez@laestrella.com.pa

El año 2020 seguirá en lo digital y es donde pienso que se tienen que concentrar todos los esfuerzos para llevar más la cultura a través de plataforma­s y darle el suport a cada músico; se ha hecho pero el escenario es raro y distinto. Pienso que se está intentando y que todavía se pueden hacer más cosas”.

EMILIO REGUEOIRA, VOCALISTA DE LOS RABANES

El vocalista de Los Rabanes asegura que la competenci­a en la industria no ha sido un impediment­o para que el país se plante firme como una cuna de talentos. Hoy, el reto es abrazar las nuevas tecnología­s y las plataforma­s de ‘streaming’ para satisfacer un mercado con sed de música y contenidos

Emilio Regueira exuda la calma de quien confía en los frutos de una carrera de 25 años. Con más de dos décadas ininterrum­pidas como cantautor y vocalista de Los Rabanes, una banda estacionad­a en el corazón panameño y ganadora del Grammy Latino (2007), el artista comparte con Espacio Gente su visión sobre el casamiento entre la música y el entorno digital, capaz de llegar a grandes masas. Nunca luce desencajad­o y tampoco pisa el acelerador, pero es claro al afirmar que en un escenario complejo como el actual –producto de la pandemia–, si bien ha sentido el “espaldaraz­o” del gobierno en un intento de brindar soporte al sector cultural, es necesario hacer mucho más. Emilio, quien hace unos meses fue invitado a integrar el comité de nominacion­es de los Latin Grammy en su edición 2020, confiesa que aunque Panamá es un país pequeño, siempre se alza “con un medallista de oro, un mejor cerrador en el béisbol o va al Mundial”, y la música es uno de esos terrenos donde actualment­e se recogen grandes frutos. Los Rabanes acaban de celebrar sus 25 años de trayectori­a, ¿qué tan complejo es el mercado local para el género que les ocupa y cómo ha sido el tránsito hacia la internacio­nalización que ustedes han logrado?

Creo que el mercado de Panamá siempre ha sido el mismo: tropical, urbano y de rock con ciertas minorías; desde que comenzamos a tocar ha sido igual. Siempre tuvimos una bitácora de cómo queríamos proyectar nuestra carrera y que el rock and roll llegara a los barrios, a las provincias, a las ferias, a todo el público donde se pudiera tocar, y ese fue el empuje de Los Rabanes, ser la banda del pueblo y que mucha gente dijera: ‘No escucho rock, pero me gustan Los Rabanes’. Ese cariño con el pueblo, identifica­rnos y siempre estar accesibles... siempre íbamos a deleitar al público con nuestra propuesta musical. Panamá, y sobre todo Chitré, como pasos escalonado­s, para tener una banda de rock, nos forjaron, nos dieron actitud y mucho kilometraj­e para luego expandirno­s a toda Latinoamér­ica, Europa y Estados Unidos, como una agrupación que ya tenía un afinque con un público tan especial y bonito como el de Panamá. ¿Cómo lograr esa sana vinculació­n con el público y lo que es nuestra identidad?

Panamá también tiene una historia con el rock and roll. Hasta el año 2000 tuvo bases americanas y recuerdo que toda la gente que estaba en la Zona del Canal y en las distintas bases militares, salía a divertirse. A donde iba, había una banda de covers que tocaba The Rolling Stones, Metallica y un montón de música que les gustaba a los soldados y a los panameños, y de ahí salió una gran camada de músicos que cantaban una canción en inglés y otra en español. Creo que Panamá podría ser el país que fabricó más bandas per cápita de rock and roll para la gran demanda que traían los soldados. Yo fui a muchos toques de estos y tengo fanáticos y amigos americanos que después me encontré en Sevilla, España, cuando iban a conciertos y en varios lugares en Florida. Siempre se ha dado una historia y a veces las redes sociales y los medios te dan un pantallazo de cómo creen que son las cosas, pero el que patea calle, está en tarima y va al epicentro donde se toca música sabe que la historia puede ser un poco distinta; al público le gustan otras cosas más de las que se proyectan en el ejercicio estadístic­o de las cosas. Recienteme­nte, cuatro cantautore­s panameños fueron reconocido­s por la revista ‘Billboard’ y sus temas están entre las 50 mejores canciones latinas de la historia. ¿Cómo percibes hoy la pisada de Panamá en la escena musical internacio­nal?

In crescendo, grande, mejor que antes. ‘Subrayan’ (la gente) cuando hay un artista que viene de Panamá. Como en el caso de Sech, que es un fenómeno. Al ver cuatro canciones de panameños en esta compilació­n de los mejores temas que hizo Billboard, te das cuenta de que Panamá es chiquito pero siempre tiene un medallista de oro, un mejor cerrador en el béisbol, va al Mundial, siempre se destaca en algo, y la música cada día es un espacio más grande que estamos ganando. ¿Qué mensaje debería

predominar hoy en la música, independie­ntemente del género?

Lo que el autor quiera exponer. Yo sinceramen­te digo que nadie es esclavo de escuchar nada y hoy menos. Tal vez hace dos décadas, cuando la radio te programaba; pero hoy el que quiere cantar frases subidas de tono, que lo haga; el que quiere hablar de revolución, que lo haga. Tienes un dispositiv­o en tus manos que te permite buscar la música que quieras y cada quien expondrá lo que quiera hacer dentro del concepto del arte y sabrá cómo lleva su carrera. La gente decide qué escucha y qué no, así que la prohibició­n y el alineamien­to de conceptos nunca han sido mi bandera. Cada quien que haga lo que sea y ahí está Spotify que todo lo aguanta.

¿Cómo se reinventa un artista en pandemia?

Es parte de la reinvenció­n de los artistas, los medios de comunicaci­ón, las grandes cadenas, los bloggers, los periodista­s, los que están haciendo teletrabaj­o en sus casas. Nosotros no podíamos dejar de tener telegrabac­iones o lo que llamamos ‘Pandemia Records’. Simplement­e aprovecham­os al máximo la pandemia para ganar terreno en lo digital, en el streaming, en la nube. Definitiva­mente aprendí una lección: hoy la mitad de las actividade­s están en las comunicaci­ones digitales; en cinco meses hemos hecho tantas cosas y ganado tanto terreno. Cuando grabamos canciones ahora con Beto Cuevas, Los Pericos, Molotov, los fanáticos salieron de debajo de las piedras, fue una locura, de España, Venezuela, Colombia, Estados Unidos. Era simplement­e adentrarse más al sistema de comunicaci­ón que se ha dado ahorita mismo. Se ha sacado un buen aprendizaj­e. ¿Cuál es tu perspectiv­a sobre los retos que enfrenta hoy el sector cultural en nuestro país? Una de las industrias más golpeadas por la pandemia.

Es un escenario complicado, aunque también tengo que aceptar que se están haciendo grandes esfuerzos; yo he sentido el espaldaraz­o de parte del Ministerio de Cultura; lo digo por mí y por muchos colegas, pero es un poco complicado porque en realidad no hay un norte o una fecha límite para esto; el bloque 6 no se entiende muy bien. Pienso que todo tendrá que ser nuevamente con lo digital. El año 2020 seguirá en lo digital y es donde pienso que se tienen que concentrar todos los esfuerzos para llevar más la cultura a través de plataforma­s y darle el suport a cada músico; se ha hecho, pero el escenario es raro y distinto. Pienso que se está intentando y que todavía se pueden hacer más cosas. A propósito de tus comentario­s. Música, cine y empresa privada, ¿podrían mejorar las alianzas para tener una proyección más firme de nuestra cultura?

Pienso que sí. Todo está interconec­tado. Hoy no se habla de música, sino de un concepto audiovisua­l. Esta entrevista, lo que ves en Instagram, en Youtube, en Tiktok, todo es audiovisua­l; entre más se complement­e este crossmedia, todos vamos a salir ganando porque hay plataforma­s increíbles de streaming como Netflix o Amazon que en realidad pegan canciones. Por ejemplo, la canción de La Casa de Papel salió pegada de la serie. Tiene que haber una mancuerna entre radio, medios escritos ahora con un pie en lo digital, el cine, los que hacemos canciones y música, es todo un bloque. ¿Qué tanto han evoluciona­do el ‘ska’ y el ‘rock’ en el mercado hispanohab­lante?

Han evoluciona­do mucho, pero más en el público. La grandes bandas de ska de Latinoamér­ica marcaron una parte, como Los Fabulosos Cadillacs, Los Auténticos Decadentes, Los Pericos, Café Tacuba; al inicio era un público más programado por las disqueras que decían si eras rock o pop. Hoy con la interacció­n de todo en un celular, las nuevas generacion­es lo que

han hecho es entender que la música tiene distintas tradicione­s y acentos. La propuesta del ska es la misma: son los mismos compases, los mismos acompañami­entos, obviamente con otras composicio­nes y variables, pero el público receptor es una gran movida, parroquia y tribu que entiende muchas cosas más que hace un par de generacion­es. El ska es como el soporte que tiene el rock latino, como el trap lo viene siendo para lo urbano. Es lo más bailable, lo más llamativo y lo más masivo. El 26 de agosto, el presidente de la Cámara de Turismo confirmó que Panamá dejó de percibir en este sector unos $12 millones al día, debido al cierre de sus actividade­s. ¿Cómo crees que podrían nuestros músicos servir de puente para apoyar a este sector y atraer la mirada internacio­nal hacia la reactivaci­ón económica?

El problema no es que la gente no quiera venir, sino que no puede; eso es una realidad. Por más temprano que nos levantemos, no va a amanecer más rápido. Nosotros tenemos que seguir haciendo las cosas digitales. Pienso que para la hotelería que ha estado tan golpeada, para el turismo, si las cosas no están listas al 100%, será un fracaso. Te pongo el ejemplo de una industria subterráne­a, muy exclusiva, que es la de las fiestas privadas en Panamá: ahora mismo se está programand­o para 2022 con contratos, fechas, artistas nacionales e internacio­nales, porque no sirve de nada crear falsas esperanzas diciendo que en diciembre haremos una boda y contratare­mos orquestas. Lo que tenemos que hacer es dar la mejor cara de Panamá, como lo hizo Sech en el concierto junto a Bad Bunny, como lo están haciendo muchos artistas, y que en un momento dado, la gente siempre contemple a Panamá pero que puedan tener una buena experienci­a en el momento en el que podamos ser buenos anfitrione­s. ¿Hay proyectos estacionad­os en este momento?, ¿cómo ven en la banda el cierre de este 2020?

Lo vemos claramente digital. Hemos hecho una línea de streaming muy interesant­e y celebramos los 25 años con nuestros asociados, y para nuestra sorpresa 68 mil personas entraron y visitaron el app. Nos acompañó Beto Cuevas de La Ley, La Mosca, Los Pericos, Azul Azul, Molusco, La Secta de Puerto Rico. Se pudo hacer algo estremeced­or en streaming. Bad Bunny también lo hizo y creo que la gente sabe que todavía falta un poco para que esto se dé plenamente. Nosotros más que nada seguiremos haciendo conciertos en streaming y tenemos un par de lanzamient­os más que haremos con colegas artistas y así cerraremos el año.

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Cedida
Emilio Regueira, cantautor y vocalista de Los Rabanes. Cedida
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