Uniendo fuerzas
En ocasión de comprender el sentido del eslogan de campaña del PRD, “UNIENDO FUERZAS”, los funcionarios asumieron como un emblema el compromiso de que el norte fuese procurar mejor calidad de vida a los panameños.
Lamentamos que todo quedó en la propaganda, ahora tenemos sendas peleas y egoísmos dentro del partido que celebró eufóricamente el triunfo, se nota el resquebrajamiento entre los poderes del Estado por intereses creados, con algunos elegidos que creen tener patente de corso, considerándose indispensables e inmunes, se están dando convocatorias de gremios y ciudadanos que reclaman la palabra empeñada del señor presidente de la República y funcionarios de alto nivel, quienes convencieron con su discurso al inicio de esta gestión, con la promesa de que los más capaces le acompañarían comprometidos en ofrecer sus servicios a la nación, la que, ausente de democracia e inteligencia política, continúa navegando hacia un futuro incierto; hemos perdido la confianza por la desidia de algunos hombres del presidente, quienes se han tornado como el “club” de los inmunes e intocables.
A raíz de lo acontecido, quiero proponer una idea inductiva, se encierra en la frase: “VAMOS UNIENDO FUERZAS”; en otras palabras, “VAMOS” es una acción y efecto de integración, amerita que los pilares de educación, salud, generación de empleos y seguridad, todo con sentido de nacionalismo no importado, pero sí a la “panameña”.
Señor presidente, una vez más, con el respeto que usted se merece, somos muchos los que no comprendemos los propósitos, planes y estrategias de sus colaboradores, observamos que están distantes de los impostergables 125 puntos de su programa nacional y político; quiero reiterarle la vigencia del adagio “díganme lo malo que lo bueno ya lo sé”, razón por la que sentimos impotencia al entrever lo que se nos avecina por la desorientación. Es oportuno generar acciones con hombres probos y de valores humildes que aporten beneficios al desposeído, además de las iniciativas privadas.
De los caudillos y líderes siempre extrañaremos sus “máximas expresiones” y el esfuerzo por aplicarlas, las metas no son muros inalcanzables, son triunfos después de trillar con objetivos claros y concisos.
Es deplorable ver a productores, unos perder sus cosechas y otros botarlas por falta de un mercado organizado y con regulaciones de estandarización y protección para el producto nacional, parece que las leyes que amparan al Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) y la cadena de frío evidencian excesiva burocracia y desgreño en compras y ventas.
Mensaje para el señor ministro de Desarrollo Agropecuario, ministro, es hora de retrotraer las denominadas Juntas de Mercadeo Agrícola integradas por los productores, fiscalizados por su ministerio y las entidades afines que correspondan, se aplicarían las cuotas de siembra y cosecha, la implementación de trazabilidad de los productos, certificación ampliada a todas las parcelas de producción y semillas, debería incrementar nuevas zonas de desarrollo agrícola, podrían crearse empresas mixtas, como plantas procesadoras de alimentos y conservas, atendiendo el mercado local y de exportación, envíe sus profesionales y asesores para la investigación de suelos, identificando zonas para sostenibilidad y desarrollo de las comarcas indígenas. Es hora de detener esa migración injusta de nuestros campesinos de escasos recursos e indígenas, que, en su mayoría, vienen a realizar los trabajos peor pagados, son candidatos a marginados de la ciudad, generando desintegración familiar, sobreviniendo desprotección de infantes que crecen bajo condiciones infrahumanas, sin acceso a la salud, alimentación y educación.
Señor ministro, le insto a liderizar campaña adscribiendo a sus colegas del MOP, Minsa, Meduca y otras entidades para desarrollar los caminos de penetración, todo bajo el prisma de “vamos uniendo fuerzas” para el desarrollo integral de las zonas abandonadas, no con políticas aisladas. Lo típico hasta hoy, se han realizado trabajos no integrales, ya que por sí solos los desposeídos no pueden progresar sin el soporte y apoyo integrado, hay que encender las luces largas y apagar los pilotos automáticos.
Añoramos que la política en este caso retome la visión y obras del Torrijismo, el PRD sembró, diseminó esperanza y logró bienestar social.
Hoy, son nuevos tiempos, ¿dónde está la energía que nos caracterizó?, no podemos permitir seudocopartidarios que, bajo el auspicio político, llegaron no para construir, sino para destruir cuando no hay beneficios extras solapados.
No menospreciamos las obras llevadas a cabo por otras administraciones, denunciamos, sin excepciones, los latrocinios institucionalizados corruptamente, sin certeza del castigo, con evidente continuidad en estamentos públicos en contubernio con empresas privadas.
Que la mano dura se note, sin contemplaciones, señor presidente. Seguimos esperanzados en que usted encuentre el momento y la hora para demostrar que “VAMOS UNIENDO FUERZAS”.