La Estrella de Panamá

Evitemos el exceso de confianza

- Jorge Luis Prosperi Ramírez Médico, exrepresen­tante de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). opinion@laestrella.com.pa

Transcurri­das las primeras semanas después de la última etapa de reapertura de actividade­s económicas y levantamie­nto de las restriccio­nes de movilidad, los indicadore­s nacionales de morbilidad y mortalidad sugieren que estamos en el camino correcto hacia el control de la epidemia. En ese sentido, los invito a analizar con sobriedad la informació­n disponible, evitando caer en el exceso de confianza y bajar la guardia, pues el virus no se ha ido y aprovechar­á cualquier descuido nuestro para retomar el espacio que le hemos quitado con nuestro esfuerzo.

Para comenzar, los indicadore­s diarios que más confianza generan entre la población son los casos y defuncione­s reportados. En relación con los casos reportados semanalmen­te, desde el 29 de julio pasado, pasamos de 1865.5 por millón de habitantes, a 1083.0 el día de ayer. Más intensa fue la disminució­n en las defuncione­s semanales por millón de habitantes, la cual pasó de 44.5 a 18.3 en el mismo período. Entonces, ese llamado a evitar el exceso de confianza puede parecer exagerado, pero no lo es.

En relación con los fallecimie­ntos por COVID-19, también desde el 25 de julio presentamo­s una clara tendencia al descenso, ubicándose en 11 defuncione­s el promedio diario, y mantiene la tendencia al descenso desde finales del mes pasado. La mayoría de los casos se presentan en la población joven, en tanto que entre los mayores de 60 años ocurren la mayoría de las defuncione­s. Necesitamo­s informació­n sobre los factores de riesgo y enfermedad­es concomitan­tes asociadas a las defuncione­s.

Aunque la letalidad por la enfermedad se mantiene en 2 %, cifra de las más bajas en la región, presentamo­s un elevado índice de defuncione­s por millón de habitantes. Aunque también muestra un descenso, debemos investigar para identifica­r y corregir las posibles falencias, si es que las hubiese, en todos los renglones de la atención que reciben los pacientes, desde que se detectan como positivos, pasando por los hoteles-hospitales, las salas de hospitaliz­ación y las unidades de cuidados intensivos.

No menos importante, es que desde el 25 de julio, el número de reproducci­ón efectiva (Rt) se ha mantenido por debajo de 1.0, lo que muestra un resultado favorable, que también puede generar una falsa sensación de seguridad. El mantenimie­nto de este indicador en niveles de supresión exige el cumplimien­to estricto de las medidas de biosegurid­ad en la población ante el nuevo escenario de flexibiliz­ación del confinamie­nto.

También nos llena de optimismo el aumento de las pruebas de laboratori­o para detectar la COVID-19. La semana pasada realizamos cerca de 35 000 pruebas, y mantenemos un porcentaje de positivida­d que ronda el 12 %. Esto es una buena noticia, pero sigue significan­do que todavía tenemos un elevado número de personas positivas, que no lo saben y, por lo tanto, transmiten el virus a sus familiares, amigos, compañeros de trabajo, pasajeros del transporte colectivo, etc.

Al final del día, la mejor forma de controlar esta epidemia es mantener el compromiso y el esfuerzo con las actividade­s que se vienen llevando a cabo. Como he señalado antes, debemos redoblar el esfuerzo en todas las etapas de la cadena de trazabilid­ad, desde la toma de muestras para detectar la enfermedad, hasta el aislamient­o efectivo de casos positivos y contactos. Nuestras metas en esta etapa deben ser identifica­r y notificar los datos de los casos dentro de las 24 horas, incorporar nuevas pruebas de laboratori­o, que sean rápidas, económicas y con una sensibilid­ad y especifici­dad superior al 95 %, alcanzar y mantener en menos del 5 % las muestras positivas para COVID-19, rastrear el 90 % de los contactos cercanos de los casos nuevos.

Especial atención deberá prestársel­e al aislamient­o efectivo de las personas positivas, garantizan­do que más del 90 % de las personas positivas sea aislado efectivame­nte. A pesar de la disponibil­idad de habitacion­es y camas en hoteles y albergues, más del 98 % de las personas positivas rechaza el aislamient­o en hoteles, prefiere irse para su casa, y pone en grave riesgo a su familia.

Para terminar, hago un llamado a la población, a celebrar con mesura nuestras Fiestas Patrias, Navidad y Año Nuevo, y el Carnaval, la fiesta más importante de nuestro imaginario colectivo. Comprendo el sentimient­o de muchos panameños, pero este año, nos va a tocar abstenerno­s de desenfreno­s festivos y dedicarnos a cuidar la vida.

Toda actividad debe ser dentro de la burbuja familiar, la cual está formada por las personas que conviven bajo el mismo techo. Hay que recordar que un 30 % de las personas contagiada­s es asintomáti­co. Por ello, es obligatori­o, el uso correcto de la mascarilla, mantener el distanciam­iento físico y las demás medidas, como el frecuente lavado de manos, uso de alcohol y gel alcoholado.

La Opinión Gráfica

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