La Estrella de Panamá

Estamos en planetas diferentes

- Samuel Lewis Galindo Empresario opinion@laestrella.com.pa

“Todos aspiramos a vivir en un solo planeta. Debemos hacer esfuerzos para que se comprenda que estamos en un período de gran crisis, muy lejos de la bonanza que algunos creen”

El criterio de que “vivimos en una época de gran bonanza” es compartido por el Órgano Ejecutivo, la Asamblea Nacional, la Autoridad del Canal y algunos ciudadanos. Esto me hace pensar, y a muchas otras personas, que en Panamá no estamos todos en el mismo planeta.

El Gobierno nacional, hasta la fecha, no ha dado muestras de que hay en el país una grave crisis económica. Ha pedido préstamos internacio­nales, ha hecho uso de parte del ahorro nacional, pero todos esos dineros, al parecer, solo han servido para pagar la planilla estatal, que es muy elevada y costosa, y algunos bonos y bolsas de comida (cuya distribuci­ón ha sido muy criticada). Los contratist­as se quejan de que no se les ha pagado e igualmente dicen los trabajador­es de la salud, entre otros grupos insatisfec­hos. Existe un descontent­o muy generaliza­do en el país.

No se ha visto recorte alguno, por parte del Gobierno, ni pareciera que tienen la mentalidad de la prudencia en el gasto. La propaganda innecesari­a y exagerada continúa, igual que otros gastos, sobre todo de salarios muy altos, como los asesores y otros altos funcionari­os que podrían reducirse sin afectar el buen funcionami­ento del Órgano Ejecutivo.

En días pasados, el ministro de la Presidenci­a declaró en la Asamblea Nacional que se habían hecho recortes en la planilla de la Presidenci­a por $500 millones. Fueron unas declaracio­nes muy engañosas, no hubo tal reducción; solo una redistribu­ción de dichos dineros. Se repartiero­n estos millones entre los distintos ministerio­s, que, al final de cuentas, pasan de nuevo al Ministerio de la Presidenci­a para su conocimien­to o uso. El funcionari­o sigue disfrutand­o de salarios y muchas comodidade­s, como la utilizació­n de autos para cumplir con sus deberes, etc.

Sin embargo, no todo es malo en el Gobierno. Ha tenido mucho éxito en enfrentar la COVID-19, en la apertura económica y en la lucha frontal contra el narcotráfi­co. Hay que aplaudirlo.

El Órgano Legislativ­o, por su parte, tiene una planilla de algo más de cinco mil personas, la gran mayoría de ellas, “botellas”. En adición, han creado puestos de asesores (también son botellas) para favorecer a algunos altos ejecutivos del PRD (más millones). Si ese personal se reuniera todo no cabrían en los edificios de la Asamblea. No contentos con estos despilfarr­os, han creado 41 corregimie­ntos nuevos, que le cuestan al país más de 10 millones de dólares. Por supuesto, que eso no le trae ningún beneficio al país, sino solo a los que buscan la reelección y los que aspiran a llegar a la Asamblea Nacional. Aún la Autoridad del Canal podría dar un ejemplo, aunque sea temporal de austeridad, por “mea propio” conservarí­a su total independen­cia que la Constituci­ón le da. Si bien es cierto, el salario del administra­dor del Canal se hizo mucho antes del nombramien­to del nuevo administra­dor y dicho salario se justifica por la responsabi­lidad y arduo trabajo que significa el manejar el Canal y lo que se paga internacio­nalmente por esa posición. Me he referido, también, a los capitanes y pilotos que ganan un salario aun mayor que el administra­dor. Sin embargo, en el presupuest­o del Canal, se podría introducir, por un año, un recorte salarial, dando ejemplo de comprender todos ellos la situación crítica por la cual está atravesand­o la nación, al igual que debe hacer todo ciudadano para ir creando conciencia nacional del ahorro.

Todos aspiramos a vivir en un solo planeta. Debemos hacer esfuerzos para que se comprenda que estamos en un período de gran crisis, muy lejos de la bonanza que algunos creen.

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