Francisco Palacios El último capitán pelea por un cupo
Ante Costa Rica se inicia el ciclo de la Selección Nacional bajo la dirección de Thomas Christiansen, y una nueva oportunidad para que jugadores como Palacios ganen un boleto permanente en las convocatorias venideras
AFrancisco Palacios, Hernán ‘Bolillo’ Gómez lo hizo debutar en la Selección y lo incluyó en la lista preliminar de 35 jugadores para Rusia 2018; Gary Stempel, su mentor en el San Francisco F.C., lo llevó en su último periplo en la mayor; Julio Dely Valdés le dio participación en la Copa Oro 2019 y Rubén ‘Tolo’ Gallego le concedió la cinta de capitán en los dos partidos amistosos que cerraron este año su ciclo con Panamá, contra Nicaragua y Guatemala. Ahora el danés Thomas Christiansen mantiene la tónica dándole participación en el arranque de su etapa como seleccionador nacional; Palacios quiere aprovechar esta quinta apuesta para afincarse con el puesto de lateral derecho. Una motivación aumentada, afirma, con la llegada de Jahel Caleb este año a su hogar, su primer hijo.
De chico, ¿había otro deporte que no fuera fútbol?
De pequeño siempre jugué fútbol, solo que hubo un tiempo cuando vivía en Las Acacias, alrededor de los 9 años, donde jugaban básquetbol y lo llegué a practicar, pero me di cuenta de que lo mío era el fútbol. Yo llevé el fútbol a la barriada, como era muy social venían mis amigos y compartíamos el básquetbol con el fútbol.
Me crié en San Miguelito, en Los Tanques, Paraíso, allí jugábamos un juego que se llamaba ‘Machi’, que en esos tiempos se jugaba apostando plata; no hay árbitro, el juego es bien rudo, se golpea, se patea, por defender su dinero. Allí me fui soltando, perdiendo el miedo.
Estuve en varios equipos y luego me separé del fútbol; llevaba una vida desenfrenada, festejando, tomando licor, perdí a una novia cristiana por ello. Luego conocí a una persona que ha sido fundamental en mi vida, Roberto Brown, ‘El Bombardero’.
En la iglesia le comenté a Brown que jugaba fútbol. Él estaba en el Club Millenium y yo en el Suntracs (Liga de Ascenso); me llamó un día y me invitó a entrenar. Jugaba siempre de delantero y en Millenium me probaron como lateral derecho y me llamaron para integrar el equipo. Fue bueno porque allí jugaba Carlos Rivera, exselección nacional, le admiraba. Le saqué provecho a su experiencia, aprendí de él. Obtuvimos un título, pero no pudimos ascender de categoría.
¿Sentiste entonces que podría ser tu profesión?
Cuando llegué a Millenium ya había cambiado mi vida y me dije que era el momento de tomar esta carrera en serio, perseverando, luchando. Brown me comentó que el profesor Gary Stempel estaba buscando un lateral para el San Francisco F.C. y quería probarme. Fui, estuve una semana, me dijo que iba a contar conmigo, que llegaba a una institución seria y trabajara a conciencia. Llegué allí con 23 años, me fui formando hasta alcanzar lo que he logrado.
¿Te quedaste para siempre de lateral derecho?
Manejo bien también el pie izquierdo (ambidextro), tengo varias asistencias a gol con el pie izquierdo. Un día un compañero se lesionó y Stempel me puso de lateral izquierdo. Él fue esencial en mi carrera, es como un padre.
Cuando estuvo la última vez como director técnico de la Selección Nacional, me utilizó como lateral izquierdo frente a Venezuela (11 de septiembre de 2018) porque se lesionó el titular, pero me es complicada esa función y el ritmo de selección es otro. Puedo jugar todas las líneas en defensa, pero la de lateral derecho es mi perfil adecuado.
En el San Francisco eres indiscutible, ¿has pensado en el día que los abandones para irte a otro club?
Yo aspiro, porque uno en la vida tiene que tener aspiraciones altas, a que el día que me vaya del San Francisco sea para irme al exterior. Los futbolistas panameños tenemos dos propósitos: ser parte de la Selección e ir a jugar a un club en el extranjero.
En el San Francisco me han dado mucho. Me han posibilitado tener casa, auto, universidad; cuando mi hermano falleció se encargaron de las honras fúnebres, muchas cosas más allá de lo económico, uno en la vida tiene que ser agradecido. Es más... lucir la camiseta del San Francisco es un sentimiento.
También me he esforzado, me he ganado el ser capitán del equipo con trabajo, sin hacer daño a los jugadores. El actual entrenador, Gonzalo Soto, nos dice: “Si el jugador está bien en su familia, me va a rendir”. Se preocupa por el jugador, es una persona que respeto.
¿Quién te eligió capitán?, ¿da la impresión de que te inclinas por el diálogo?
Me eligió el entrenador Andrés Domínguez, de quien tengo buenos recuerdos, en 2018. Desde ese año he mantenido la banda de capitán. Trato de escuchar a mis compañeros; en la vida uno no se las sabe todas, y tiene que reconocer sus errores. He sido transparente con mis compañeros. El liderazgo también es cómo uno se prepara, cómo se entrena.
En diciembre (30 años) entrarás en una etapa que te puede dar cinco años de alto nivel, ¿qué puede venir después?
Soy marino, me gradué en el Instituto de Formación
Marítima Sebastián Elcano, estoy cursando licenciatura en administración portuaria y marítima en la Universidad Interamericana (UIP). La carrera de futbolista es corta y mi aspiración es graduarme; siento que al hacerlo ganaré “Mi balón de oro”; me falta un año y medio. Anhelo después entrar a trabajar en el Canal de Panamá, ahora estoy enfocado en el fútbol.
¿Que te ganen la línea y quiebren al equipo desde el costado, es lo más complicado en tu posición?
Eso es lo que más nos duele, tienes que mantenerte bien perfilado porque si te roban la espalda y rompen líneas, puede terminar en gol. Tienes que estudiar a los rivales y saber marcarlos. Los laterales somos de los que más corremos, tenemos que defender, colaborar en el ataque y regresar a tiempo, es un ida y vuelta. El fútbol es también comunicación, si en la línea defensiva hay una buena comunicación y se hacen bien los trabajos tácticos que dice el técnico, atentos a las basculaciones, evitas que te hagan daño. Como defensas, el premio para nosotros es dejar el arco en cero, es como si hubiésemos anotado un gol.
En el campo, ¿cuál fue la situación deportiva más complicada que tuviste?
Cuando jugamos con Japón (11 de octubre de 2018), intenté dar un pase por el medio del campo (43’), nos quitaron la pelota y cayó el primer gol. Si uno va a dar un pase al medio tiene que asegurarse de que el compañero esté concentrado allí. Es uno de los partidos que me costó, estaba jugando bien, admití mi error. Es difícil cuando las cosas no te salen, cuando cometes un error.
En el intermedio, ¿qué te dijo Stempel?
Estaba afectado, el profe Stempel no me reprochó, me dijo que eran cosas del fútbol y a veces son necesarias para ganar experiencia. En lugar de culparme, me motivó.
En la Selección, ¿qué te ha faltado para afianzarte?, ¿ha sido difícil competir con Machado y Murillo por el puesto?
Es una posición en la que tienes que estar muy bien preparado, capacitándote, viendo fútbol, videos, dándote cuenta de lo que tienes que corregir y mejorar, full concentrado y en óptimas condiciones. En lo táctico, ser un jugador disciplinado dentro del terreno porque los entrenadores mandan las directrices y si no las cumples rompes su preparación. Es una de las cosas en las que me he afianzado: estar atento en el terreno y escuchar lo que indica el entrenador. Pero los compañeros que están jugando en el exterior llevan ventaja, jugar afuera te da más experiencia, se aprenden más cosas.
No me ha favorecido el carecer de un agente de jugadores que mueva mi nombre con los clubes en el extranjero. No tengo, ojalá llegue esa persona; si lo tuviera posiblemente ya estaría jugando afuera.
Thomas Christiansen te ha tenido en cuenta en la burbuja como en estos microciclos, ¿estás en plenitud de condiciones?
Gracias a Dios me convocó, estoy bien. Durante la burbuja hicimos lo que propuso, él vino a trabajar y a nosotros nos ayuda para aprender y crecer. Voy a trabajar con cada técnico que llegue a la Selección porque uno siempre tiene que demostrar sus cualidades; si los últimos cinco técnicos me han llamado, ha sido por algo, y yo quiero seguir en este proceso, porque quiero ser parte de la historia en la Selección de Panamá.
¿Hubo ‘clic’ desde el comienzo?
Hubo química desde el principio, nos dio confianza, dijo que si alguien se sentía presionado podía hablar con él abiertamente, nos conoce porque fue jugador. El tiempo de la concentración fue bueno, no hay queja.
Debes tener en tu cabeza rondando los dos partidos amistosos contra Costa Rica, ¿qué expectativas tienes?
Claro, desde que sale el nombre en la lista de convocados uno se prepara psicológicamente, quiere hacerlo bien, que lo vean, son partidos importantes. Quiero jugar, estos partidos los queremos jugar todos.