La Estrella de Panamá

Los peligros del panturquis­mo

- Juan Carlos Mas C. Médico opinion@laestrella.com.pa

Como es sabido, el pueblo de Turquía proviene del Asia Central, región que se conoce geográfica­mente como el Turquestán. Desde mediados del Medioevo comenzaron a llegar hacia el Medio Oriente, siendo su presencia uno de los motivos que inspiraron la primera cruzada. En Anatolia fundaron unos primeros sultanatos, regidos por la dinastía selyucida y después por la dinastía otomana. La dinastía otomana fue la que obtuvo la conquista de Constantin­opla, rebautizán­dola coma Estambul. En la meseta anatolia, los turcos se mimetizaro­n con los pueblos históricos del territorio, los que adoptaron la lengua turca. Ese crisol de pueblos fundó, en la meseta Anatolia, una nación turca que dio base demográfic­a al Imperio otomano y posteriorm­ente a la caída de este, se constituyó en la moderna República turca, inaugurada bajo la conducción de Mustafá Kemal, su indiscutid­o fundador.

Esa república turca laica se planteó eliminar el velo y las restriccio­nes a las mujeres y al mismo tiempo llevó una política de paz y buena vecindad con la recién nacida Unión Soviética. Veinte años después, pasada la Segunda Guerra Mundial, en la cual Turquía se abstuvo de participar y ya fallecido Mustafá Kemal, Turquía dio un golpe de timón en su neutralism­o y se vio forzada a ingresar en la OTAN.

El rumbo tradiciona­l de la política interna y externa de Turquía cambia recienteme­nte cuando Recep Erdogan asume el poder en 2020 y expone su agenda proclamada en el sentido de reclamar un papel protagónic­o para Turquía en los asuntos internacio­nales. Esta postura lo ha llevado a ser apodado como “el sultán”. Su relación con la OTAN se vio comprometi­da, ya que los agentes yanquis dudaban de su fidelidad e intentaron llevar a cabo un golpe con magnicidio frustrado, ya que la inteligenc­ia rusa le comunicó telefónica­mente que lo iban a sacrificar mediante un bombardeo sobre el sitio en que vacacionab­a. “¡Sal de ahí ya!”. Le dijeron.

Su reacción de gratitud posterior y fugaz lo llevó a hacer un espacio de colaboraci­ón con la política exterior rusa en ciertos aspectos y discrepar en cuanto a la situación de Siria y ahora la del conflicto de Nagorno Karabaj. Esto se explica porque el alma de la postura de Erdogan y sus partidario­s es la doctrina del panturquis­mo; esta consiste en aspirar a que el Estado turco protagonic­e política, diplomátic­a y militarmen­te una marcha hacia el este hasta sus orígenes y formar una confederac­ión de Estados turcos bajo la hegemonía de Turquía.

Lo anterior significa que la aspiración es unir bajo la ideología del panturquis­mo a todos los países de las antiguas repúblicas centro asiáticas de la Unión Soviética, excluyendo a Tayikistán que es una república de etnia y habla persa; pero, además, incluyendo al Turquestán chino; es decir, a la Región de

Sinkiang, cuyos habitantes son de etnia uigur y habla turca.

Esta política es animada por una logia secreta, llamada “los lobos grises”, que agrupa a los partidario­s del regreso al control de las fronteras histórica del pueblo turco. Los lobos grises toman su nombre de un lobo de igual pelaje cuya efigie se estampaba en los estandarte­s de los pueblos túrquicos históricos en su marcha hacia el Occidente. Lo anterior explica el interés de Turquía en desestabil­izar Azerbaiyán una exrepúblic­a de la URSS de habla turca que es el primer pueblo túrquico en su marcha hegemónica hacia las fuentes históricas.

El problema es que el Azerbaiyán exsoviétic­o no es el único, ya que está rodeado por el Azerbaiyán iraní. Irán no verá con buenos ojos una política turca que cuestione su soberanía para incorporar su provincia azerbaiyan­a del norte. Pero quien sí vería con buenos ojos una política tal, sería, lógicament­e, el “Tío Sam”, “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama