Un encuentro entre América y Europa sobre las artes plásticas. Panamá estuvo presente
El artista panameño lleva en la sangre el aprendizaje de una vida en la campiña interiorana, lo que plasma en sus obras pictóricas y recuerda en sus poemas. En una entrevista para ‘La Estrella de Panamá’ destaca la importancia de que el sector gubernamental impulse el arte y la preservación de la herencia cultural istmeña
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Durante la pandemia, el arte se ha destacado como un sector resiliente y que lucha por no desaparecer”, expresó el artista multifacético Marcos Wever, quien representó a Panamá en una selección internacional de 150 artistas, el pasado 7 de septiembre, como parte de una exposición virtual creada por la organización Encuentro de las Artes Plásticas, fundada el pasado agosto para promover el arte en América y Europa.
En la exposición compuesta por artistas plásticos españoles, costarricenses, venezolanos e italianos con el afán de llevar el arte adelante, Wever participó junto con otros cinco panameños: Irving Lamparero, Luis Argumedes, Irma De Ycaza, Iris Bliss y Everardo Santana. “La organización promueve exposiciones virtuales, concursos a distancia y que el arte no se estanque”, indicó Wever, “compartimos nuestro arte con otros maestros de Ecuador, Costa Rica, El Salvador, Panamá, España, Perú, Austria y Venezuela”.
Wever creció como un artista influenciado por su padre y hermanos, quienes se especializaron en disciplinas de plástica, letras y música, y es ahora un reconocido pintor, cuentista, poeta y periodista. A través de una entrevista telefónica, el artista recuerda su primera vez en una competición, en 1977, durante el Concurso Literario y Pictórico Obrero, liderado por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel): “Me entusiasmé a participar como joven trabajador, ya que en ese tiempo estaba aprendiendo arte con el maestro Desiderio Sánchez y la maestra Amalia Geanine, quienes me enseñaron las técnicas de la pintura”.
Fue en este concurso que obtuvo el primer lugar como poeta, siendo el primero de muchos premios nacionales e internacionales en poesía y cuento, que considera sus “otras dos pasiones”. El pintor ganó un premio de pintura en Estados Unidos en 2019 y una medalla de mención honorífica, además ha expuesto sus obras en EE.UU., Venezuela, Costa Rica e Italia.
“Mi pasión es estudiar las artes, técnicas nuevas y observar a los demás artistas panameños e internacionales con el objetivo de nutrir mi arte”, comentó, “siempre es bueno rodearse de otros apasionados de este oficio, porque así se logra hacerlo crecer”. A través de Instagram (@weverarauz) el artista ha plasmado sus obras para una mayor visibilidad en medio de la pandemia, lo que considera “necesario” para la población.
“No podemos vivir de noticias que realzan únicamente las tragedias, por lo que agradezco al Ministerio de Cultura (Micultura), a Sertv y al pintor Everardo Santana, que se han encargado de presentar las plataformas web sociales donde han congregado diversos artistas de diferentes disciplinas para mostrarle al pueblo panameño que aún en medio de la pandemia, el arte está creciendo”, enfatizó.
“No se ha dejado de producir arte, solo que ha sido más difícil su exposición pública presencial en diversas áreas del país”, agregó, “sin embargo, Micultura está haciendo esfuerzos importantes para que los artistas tengan una plataforma y mantener a la población centrada en el arte y no lo ignoren”.
Para Wever, oriundo de el barrio de El Chorrillo –pero cuyo corazón y familia pertenecen a la campiña interiorana–, el arte está floreciendo en medio de la crisis, “es el espíritu de los artistas el que lo mantiene vivo”. “Los artistas debemos estar contentos de haber aprovechado el tiempo de atención que hemos recibido, porque hemos llenado la necesidad de cultura de los panameños en estos momentos de confinamiento, desde las redes sociales hasta las publicaciones en diversos medios de comunicación”, puntualizó.
El legado cultural
Wever ha dedicado sus obras, tanto pictóricas como escritas, a su amor por la campiña interiorana y la herencia cultural panameña, ilustrando sus paisajes en lienzos al óleo, acuarelas, tintas y diversas herramientas que utiliza para traer a la vida sus recuerdos de infancia y los relatos que ha recolectado de su familia oriunda de Veraguas y Chiriquí. “La variedad del arte que ha venido a abundar en esta época es el legado que debemos recordar, y luchar cada vez más para darle importancia a la labor del artista, no solo en momentos de necesidad, sino porque es quien da vida a la cultura nacional en todo tiempo”, comentó.
“Nací con el arte en el alma y es el arte mi llamado de vida”, aseguró Wever. A sus 74 años, el artista ha continuado su producción de obras plásticas, plasmando en nuevos lienzos el paisaje “que se deteriora” en el interior del país. “Soy amante de la campiña interiorana de Panamá y estoy viendo cómo los viejos se van y las nuevas generaciones tumban su herencia cultural”, anotó, “de aquí a unos años esta campiña se va a perder; muchas de las casas que representan un legado paisajista se destruirán para construir edificaciones modernas y no quedará nada más que nuestras pinturas y fotografías para recordar la humildad del campo. Las nuevas generaciones no están centradas en preservar la historia, sino en crear cosas nuevas, sin dar un lugar a los orígenes y a las bases culturales”.
Así mismo, hizo hincapié en la pérdida de adultos mayores durante la pandemia por el nuevo coronavirus: “He vivido pérdidas de amigos y familiares en medio de este tiempo crítico para todos. Los adultos mayores tenemos que tomar consciencia de la emergencia sanitaria nacional que estamos viviendo y cuidarnos en todo momento con las medidas de bioseguridad asignadas por el Ministerio de Salud (Minsa)”.
Wever hizo énfasis en que el estrés en la población de adultos mayores es aún más mortal que el virus que azotó a Panamá desde el pasado marzo: “Escuchamos todos los días historias de personas que estaban cuidando y se contagiaron; el estrés es una presión constante, pensando qué podría pasar”, dijo, “vemos la irresponsabilidad de la población y es alarmante. La ciudadanía no está tomando las medidas necesarias por completo”.
Con el fallecimiento de amigos o familiares, el artista plástico realizó un llamado de atención especialmente a las nuevas generaciones: “Los jóvenes se sienten atrapados en la pandemia, con ansiedad y estrés, por lo que con las reaperturas de espacios públicos han salido disparados y sin precaución. Los jóvenes se creen indestructibles y no es así, todos tenemos debilidades que se aumentan con esta pandemia. No deben intentar creerse valientes ante el virus, porque los cementerios están llenos de valientes”
Aún con este escenario, Wever llevó el centro de atención al arte, el cual considera “un bálsamo” para sanar “las heridas internas” de la población istmeña.
“Estamos en medio de un momento lleno de tragedias y el arte es ese bálsamo que necesitamos para sanar con el tiempo, pero tiene que salir desde nuestro país y sus artistas”, comentó.
“Esto debe ser una escuela y un aprendizaje, pero si no aprendemos la lección después de este proceso, nuestra población podría dividirse aún más”, indicó, “debemos alejarnos de lo malo que hacía nuestra sociedad antes de la pandemia y recurrir a métodos positivos para restaurarla, no caer en un saco roto de salud nuevamente. Para el sistema de salud público esto ha sido una lección invaluable, ya que ha tocado aprender de algo que no existía y se han tomado las herramientas necesarias para hacerle frente, sin embargo, depende de todos tomar las medidas para protegernos y estar preparados para el futuro”.