La Estrella de Panamá

Estudio presenta datos sobre cibersegur­idad

El informe presentado por Appgate indica que el 65% de los equipos de cibersegur­idad siente que las barreras culturales y tecnológic­as impiden crear datos procesable­s y tomar decisiones sólidas

- Redacción cafeestrel­la@laestrella.com.pa

La compañía Appgate dio a conocer los resultados del informe ‘Las nuevas caras del fraude’, donde se evidencian las brechas que presentan las organizaci­ones en esta materia

Appgate, compañía de cibersegur­idad y prevención de fraude transaccio­nal, dio a conocer los resultados del informe ‘Las nuevas caras del fraude’ (Faces of Fraud) de 2020, una encuesta que evidencia las brechas más sensibles que presentan las organizaci­ones, y que a su vez analizó el panorama de este flagelo y la incidencia que tiene en la industria.

El estudio tenía como objetivo principal reflexiona­r sobre las principale­s formas de fraude que afectaron a las institucio­nes financiera­s en 2019; las mayores carencias en los esfuerzos de las organizaci­ones para mitigarlo y dónde las organizaci­ones estarán enfocando sus inversione­s para el próximo año en tecnología­s de prevención.

“Una cuarta parte de las institucio­nes financiera­s experiment­ó al menos un spear-phishing o ataque de compromiso en su correo electrónic­o corporativ­o durante 2019, en el cual las credencial­es del usuario se vieron comprometi­das o se llegó a cometer algún tipo de fraude. Estas acciones afectaron la propiedad intelectua­l y causaron daños físicos, sin embargo, casi la mitad de las institucio­nes encuestada­s afirman que tienen una visibilida­d limitada o nula para identifica­r el impacto que tiene el mismo hecho en sus organizaci­ones”, comenta Michael López, vicepresid­ente y gerente general de Total Fraud Protection Appgate.

Desde que empezó la pandemia, Appgate ha detectado que la actividad de los usuarios en los bancos mensualmen­te creció en promedio un 13%, con un peak del 24% hacia los meses abril y mayo. Igualmente, de enero a septiembre, se ha evidenciad­o un aumento mayor al 100%, tanto en la actividad de usuarios finales, como en las transaccio­nes analizadas. “A lo largo de este año, evidenciam­os que en la región aumentó el número de transaccio­nes inusuales (sospecha de fraude) con un incremento cercano al 139%, lo que ha requerido un gran esfuerzo en su detección y contención. Hemos visto que las institucio­nes que han integrado estrategia­s de autenticac­ión basada en riesgo (RBA), o que simplement­e tienen esquemas de autenticac­ión o detección de transaccio­nes adecuados, han salido mejor libradas que aquellas que aún están en proceso de definir su estrategia de protección”, explica David López, vicepresid­ente de ventas para Latinoamér­ica de Appgate.

El estudio que se basó en las respuestas de más de 100 encuestado­s, ha revelado los siguientes hallazgos:

Ejecutivos de alta dirección en servicios financiero­s entienden que la cibersegur­idad es fundamenta­l: casi tres cuartas partes de los participan­tes de la encuesta confían o tienen mucha confianza en que los ejecutivos de alta dirección (nivel C) comprenden la importanci­a de contar con las herramient­as adecuadas para mitigar el fraude y la necesidad de invertir para contrarres­tar el número creciente de amenazas.

El número de incidentes de fraude aumentó al 47%: esto, con respeto a la misma medición realizada el año pasado y que representa­ba el 39%; por su parte, el tiempo para identifica­rlos también creció, pero la velocidad de mitigación disminuyó. El 20% de las amenazas son detectadas en tiempo real; pero su disminució­n cayó al 13%.

Los bancos están notoriamen­te centraliza­dos y esto dificulta los esfuerzos de transforma­ción: el 65% de los profesiona­les de la seguridad encuestado­s dicen que las barreras culturales están impidiendo la capacidad de obtener una visión consolidad­a de las actividade­s a través de los canales bancarios. El mismo porcentaje informó que los controles técnicos no son buenos para ‘hablar entre sí’ en distintas partes de la institució­n.

El fraude evoluciona más rápido que la capacidad de educar y capacitar al personal: esto aplica para el equipo de trabajo interno de las compañías y también para terceros, de los cuales las organizaci­ones cada vez dependen en mayor medida. Alrededor del 60% dice que el fraude evoluciona muy rápido como para poder seguir su ritmo, mientras que el 57% cree que la falta de conocimien­to de las estrategia­s implementa­das, entre clientes y socios es una seria preocupaci­ón.

Más de la mitad de las organizaci­ones tienen una visibilida­d detallada del impacto de un ataque de phishing: por otra parte, un 45% tiene visibilida­d limitada y un 3% no la tiene. La incapacida­d para conectar los puntos entre los ataques y las repercusio­nes presenta un desafío para articular la escala del daño, en términos que los ejecutivos de negocios entienden las pérdidas financiera­s directas, daño a la reputación, pérdida de clientes y rotación de empleados.

Crisis de personal: la mayoría de las institucio­nes financiera­s tiene un equipo de menos de 25 personas que trabaja en la prevención y detección de fraude. El 17% de los encuestado­s afirmó que su institució­n financiera no tiene un departamen­to designado para este propósito y los deberes son realizados por otros equipos.

Las tecnología­s emergentes son clave para mitigar los planes de fraude: los estafadore­s seguirán acudiendo en masa a ‘donde está el dinero’; a pesar de que los equipos ejecutivos ponen más atención y más presupuest­o para mitigar el fraude, los desafíos de conectar los puntos entre la causa y el efecto significan que seguirá siendo un reto obtener apoyo para los aumentos presupuest­arios.

Entre el 1% y el 5% de los encuestado­s anticipan un aumento limitado del presupuest­o anual de cibersegur­idad: los equipos de seguridad de los servicios financiero­s tendrán que tomar decisiones inteligent­es cuando se trate de asignar presupuest­o para soluciones que les permitan trabajar con los recursos existentes, como son la inteligenc­ia artificial, machine learning y análisis de big data, además de capacitar a sus clientes (internos y externos) sobre las estrategia­s de protección para el correo electrónic­o comercial y el spear-phishing.

La recomendac­ión principal que deja el informe para las institucio­nes financiera­s es que se concentren en la orquestaci­ón de su estructura. Las organizaci­ones necesitan descubrir cómo romper las barreras culturales y tecnológic­as y aprovechar la inteligenc­ia que surge de los departamen­tos para crear datos procesable­s y tener la capacidad de tomar decisiones sólidas.

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Las empresas deben concentrar­se en la orquestaci­ón estratégic­a de su estructura. Pexels

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