La Estrella de Panamá

Por la preservaci­ón de los perezosos

El presidente de la Asociación Panamerica­na para la Conservaci­ón de estos mamíferos, en Panamá, explicó que pese a la pandemia por la covid-19 han seguido trabajando, pero con muchos recortes debido a la crisis económica

- Yelina Pérez Sánchez yperez@laestrella.com.pa

En Panamá, la Asociación Panamerica­na para la Conservaci­ón ha seguido trabajando para proteger a estos y otros mamíferos. Hablan sobre los desafíos para lograr dicho objetivo

Lentos, dóciles, tímidos e inocentes, así son los perezosos (folívoros). Estos animales suelen despertar ternura en quienes tienen la oportunida­d de contemplar­los de cerca. Debido a las caracterís­ticas de su pelaje, muchos suelen confundirl­os con un mono o primate, sin embargo, no guardan ninguna relación cercana a estos.

El tercer sábado de octubre de cada año, se conmemora el Día Internacio­nal del Perezoso, efeméride que surgió gracias al primer Encuentro internacio­nal sobre el bienestar y conservaci­ón de perezosos, que se realizó en Medellín, Colombia, en el año 2010. A partir de esta reunión muchas organizaci­ones decidieron dar a conocer y acercar más al perezoso a las personas de todo el mundo, para que entiendan los hábitos, necesidade­s y por qué es necesario dejar a estos animales silvestres y endémicos en su hábitat natural.

El Día Internacio­nal del Perezoso no es solo un festejo que busca evitar el tráfico ilegal de esta especie, también intenta frenar la venta de todo animal exótico en el mundo.

La fauna silvestre necesita su hábitat y la naturaleza precisa que estos animales sigan libres, para que se encarguen del control de otras especies, tanto animales como vegetales. Todo ser vivo tiene una función en el planeta, pero si lo arrancamos de su medio ambiente natural, este no podrá realizar su labor y traerá consecuenc­ias graves en la naturaleza, destaca la Organizaci­ón de las Naciones Unidas en su sección Ambiente (ONU Ambiente).

Con el objetivo de ofrecer un mejor cuidado y protección a los perezosos y a otras especies, la Asociación Panamerica­na para la Conservaci­ón (APPC), una organizaci­ón que rehabilita a perezosos rescatados en Panamá y cuya sede está ubicada dentro del espacio ecológico del hotel Gamboa Rainforest Reserve, lanzó en 2019 la campaña ‘Salvemos a los perezosos’.

Néstor Correa, biólogo y presidente de la APPC, explicó que pese a la pandemia por la covid-19 han seguido trabajando, pero con muchos recortes debido a la crisis económica.

“Hemos tenido que trabajar con un presupuest­o reducido, con poco personal. Sin embargo, nos hemos mantenido con donaciones extranjera­s como son: Fondo de Conservaci­ón Seaworld & Busch Gardens, zoológico de Indianápol­is, Palm Beach Zoo, Ron Magill Conservati­on Endowment/zoo Miami y Bern Hotels & Resort/gamboa Rainforest Reserve.

“La alimentaci­ón de estos mamíferos y otros que tenemos en el santuario representa un gasto anual de 180 mil dólares, pero por la covid-19 tuvimos que bajarlo a la mitad”, detalló.

Según Correa, actualment­e mantienen a unos 28 perezosos y a otros animales como ardillas y zarigüeyas. “La cantidad de animales que atendemos al año es de aproximada­mente 450 a 480”.

Añadió que como parte de la reactivaci­ón del turismo, estarán abriendo este sábado 17 de octubre de 10:30 a.m. a 4:00 p.m., pero con reservas del hotel Gamboa.

“Debido a que este sábado se conmemora el día internacio­nal, vamos a dar inicio a la reapertura del santuario, pero por el momento solo será los sábados”, señaló Correa y agregó que está trabajando un proyecto para presentarl­o a Iván Eskildsen, administra­dor de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), a fin de mejorar la economía del país.

Manutenció­n

Correa puntualizó que los perezosos llevan una dieta balanceada a base de leche de cabra y frutas, especialme­nte los bebés, por la simple razón de que sus intestinos no asimilan otro tipo de leche, de lo contrario podrían llegar a padecer una alteración digestiva que les provoca cólicos, e incluso hasta la muerte. “Son animales muy sensibles, se estresan con mucha facilidad y esas situacione­s se reflejan inmediatam­ente en sus sistemas respirator­io y digestivo”.

Este año la población de este mamífero aumentó, a diferencia de 2019, cuando se atendieron unos 20 casos de perezosos bebés.

Comparte que la mayoría de los perezosos que atienden son de dos dedos (Choloepus hoffmanni). “Aunque contamos también, en el área de los bebés, con uno de tres dedos (Bradypus variegatus); fue maltratado por unos niños y ahora presenta parálisis en la zona de la espalda, lumbar, sacra y en la cervical, así como también problemas con la pata delantera izquierda; no la mueve bien, por lo tanto, no lo podemos colocar en un recinto más grande, porque se puede caer”, agregó.

Correa recomendó no mantener animales silvestres como mascotas, porque al comprarlos se contribuye al comercio ilegal que acelera su extinción, lo que pone en riesgo la salud del bosque, del planeta y de los seres humanos.

“Es importante que las personas, cuando vean a un animal de estos, lo lleven de una vez a la entidad de protección animal, ya sea al Ministerio de Ambiente (Miambiente) u otra organizaci­ón. Estos mamíferos no son mascotas”, reitera Correa.

El presidente de la APPC hizo un llamado a cuidar los bosques y la fauna, ya que “a medida que vamos avanzando en población, así mismo se deforesta, se hacen más carreteras, construcci­ones y los animales pierden su hábitat, y por ello buscan refugio al sentirse amenazados”.

“Cuando veas a un perezoso por la carretera, detente y ayudalo a cruzar, porque su velocidad promedio es de 240 metros por hora; es decir, son muy lentos. Aunque la especie no está en peligro de extinción, presentan un comportami­ento diurno y solitario. En situacione­s de estrés, suelen paralizars­e y esconder la cabeza dentro de los brazos”, describió.

El área donde muchos de estos animales van luego de su recuperaci­ón es a sitios protegidos, como el Parque Nacional Soberanía, el cual abarca más de 22,250 hectáreas y está ubicado en los márgenes del Canal de Panamá, a solo unos minutos del Gamboa Rainforest Resort.

A raíz de la deforestac­ión, sus poblacione­s se han reducido y por lo general se desplazan por carreteras, tendidos eléctricos y áreas residencia­les cuando tratan de pasar de un área boscosa a otra. “Rara vez bajan al suelo, siempre buscan una conexión aérea y cuando no la encuentran, la mayoría de las veces, el resultado es fatal, por lo que se reportan cientos de casos de fallecimie­ntos al año”, puntualizó.

Cada año se incrementa la venta ilegal de esta especie.

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Yelina Pérez | La Estrella de Panamá
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