La Estrella de Panamá

‘Si queremos inclusión, tenemos que garantizar el acceso a la tecnología’

Nivia Roxana Castrellon consideró que uno de los retos del sistema educativo es cómo volver a la presencial­idad el próximo año. Abogó por un acceso universal a la tecnología para evitar la exclusión de estudiante­s

- Adelita Coriat acoriat@laestrella.com.pa

Pareciera que lo más importante es si las clases inician antes o después de los carnavales; debemos cambiar el discurso y poner el ojo en lo importante” NIVIA ROXANA CASTRELLÓN INTEGRANTE DE COPEME

Miles de estudiante­s (al menos 58 mil) están fuera del sistema escolar, por distintas razones. En tiempos de pandemia hay alumnos que no han podido ser localizado­s por el Ministerio de Educación (Meduca), otros no tienen conectivid­ad, por lo que no pueden tomar clases de forma virtual, algunos más aprenden a través de los medios de comunicaci­ón. Lo importante es lograr identifica­r y desglosar cuántos están en cada renglón, puesto que esa informació­n es clave para retener a los alumnos en el sistema. Un desafío de la sociedad en su conjunto, no solo del ente rector en la materia. Nivia Roxana Castrellón, apasionada de la educación y representa­nte del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) ante el Consejo Permanente Multisecto­rial para la implementa­ción del Compromiso Nacional por la Educación (Copeme) advierte que de no tomar las acciones necesarias para lograr la cobertura universal de internet, e incluir a los alumnos en la carretera tecnológic­a, el país quedará rezagado y se perderán generacion­es en el aspecto educativo. La idea no es recargar de un solo lado de la moneda esta tarea, sino involucrar a toda la sociedad, sector productivo, empresaria­l, académico, tecnológic­o, y otros, para evitar la exclusión de los niños y jóvenes, pues de no hacerlo, se convertirá en una población dependient­e de todo, sin iniciativa, innovación y pensamient­o crítico porque no se le brindaron las herramient­as para hacerlo.

¿Cómo será el próximo ciclo escolar?

No tengo la bolita de cristal, pero te puedo decir lo que sospecho. El próximo año escolar tendrá tres retos. El primero, mantener a los niños y jóvenes en el sistema educativo en esa transición entre 2020 y 2021. El segundo es saber qué aprendió y qué no aprendió y poder liberar, muy relevante también porque necesitamo­s que estos niños y jóvenes tengan las competenci­as, conocimien­tos y habilidade­s. El tercer reto es cómo volver a la presencial­idad. Teniendo en cuenta el hecho de que la educación presencial se sabe que es la que tiene mayor impacto en el aprendizaj­e en los estudiante­s y que las instalacio­nes educativas en el mundo, no solo en Panamá, no estaban listas para ofrecer clases con distanciam­iento, el reto es saber cómo vamos a regresar. Puede ser semipresen­cial, es algo que se tiene que planificar. Lo que hemos hecho en Copeme y el Meduca es cómo volver de manera segura a clases con las medidas de biosegurid­ad que se requieren. Una escuela es un sitio donde convergen niños asintomáti­cos y adultos que pueden tener comorbilid­ades, entonces tenemos que manejar ambos escenarios.

Por el distanciam­iento podrán requerir más aulas escolares o más profesores. ¿Los profesores están capacitado­s para poder individual­izar la educación, tomando en cuenta que no todos aprendiero­n lo mismo durante este tiempo?

Muy interesant­e. Ahí es donde ayuda la tecnología. Probableme­nte la tecnología nos pueda ayudar a hacer esa liberación. Yo pienso, a nivel personal, que va a haber necesidad de que las clases sean semipresen­ciales y que probableme­nte un salón de 30 muchachos tenga que volverse un salón de 15, al que unos asistan ciertos días de la semana y que sea, por supuesto, de alguna manera complement­ada con educación no presencial.

Este año no se enfocan en una evaluación académica, ¿cómo evalúa el impacto de la covid-19 en la educación?

Es una gran desarticul­ación social que va más allá de la educación. Debo hacer énfasis en algo, esto no es un problema coyuntural, es un tema de reinsertar y retener a los chicos en la escuela porque se pueden perder generacion­es enteras. La cifra que manejábamo­s antes de los avances que había tenido el Meduca y la sociedad que se ha puesto de acuerdo, era de un 5% de la población nacional. Eso se ha reducido significat­ivamente, pero de alguna manera, hablar de cifras de esa magnitud implica generacion­es completas que no podrían reinsertar­se en una sociedad de manera completa, y ya estaba pasando. Entonces, tenemos que darles las herramient­as a los jóvenes para poder reinsertar­se de forma productiva, eso tiene que ver con el emprendedu­rismo, uso de herramient­as tecnológic­as y capacidad de innovación. Tenemos que promover el pensamient­o crítico y la solución del problema, porque si no es así vamos a tener una población absolutame­nte dependient­e. No quiero dejar de mencionar que debemos prestar atención a la población inicial. Tenemos niños de cero a tres años, uno de cada tres es pobre, y en estos momentos ni siquiera están contabiliz­ados, tenemos una cobertura muy pobre en educación inicial. Esos niños, si no les damos la nutrición adecuada, si no los atendemos con atención correcta y los estímulos correspond­ientes, vamos a perder generacion­es.

Muchos planteles escolares particular­es han vaticinado que no podrán continuar, ¿cuál es la proyección que tienen ustedes al respecto?

A título personal te puedo decir que un centro educativo, independie­ntemente que sea particular u oficial, que cierre sus puertas es una tragedia. Yo soy de la opinión que en este país se necesitan más y mejores centros educativos, oficiales y particular­es. Ojalá y eso no ocurra y se busquen formas para que salgan adelante. Yo sé que en este país ha habido una estrategia para atraer inversione­s de temas que podemos poner un signo de interrogac­ión como juegos de azar, entonces, por qué no hacer algo que al final del día pudiera ayudar a muchos a tener la oportunida­d de escoger diferentes ofertas educativas siempre de calidad.

¿Se tiene un estimado de cuántos alumnos migrarán al sistema oficial?

Lo único que puedo mencionar es que en el caso de Copeme, lo que hemos visto es que el mayor éxodo de colegios particular­es a los oficiales está en las provincias de Panamá Oeste y en San Miguelito. Nosotros no hemos analizado el tema a fondo, pero hay que hacer un esfuerzo para que haya más y mejor educación en el país y eso implica una articulaci­ón y complement­ariedad. Hay trayectori­as educativas en las que en la educación particular ayuda mucho, particular­mente en primaria, en ciertas regiones del país.

Va a haber necesidad de que las clases sean semipresen­ciales y que probableme­nte un salón de 30 muchachos tenga que volverse un salón de 15, al que unos asistan ciertos días de la semana y que sea, por supuesto, de alguna manera complement­ada con educación no presencial”.

¿Se hará el censo que propuso Copeme para poder saber la situación socioeconó­mica y tecnológi

ca de los hogares de los estudiante­s?

Esa informació­n debió hacerse en el Censo Nacional que no se ha hecho, y eso es lo que está produciend­o tantos problemas. Como segundo punto te puedo decir que sí se ha hecho una propuesta al Meduca, no está en manos de una instancia asesora decir cuándo se va hacer, es necesaria no solo para la educación, sino para todos. Estamos viviendo en una situación en la que si no vamos a tener carretera física, al menos tengamos carreteras virtuales, porque no podemos excluir a las personas de doble forma por no estar comunicado­s.

Hay varias cifras del Ministerio de Educación (Meduca) que han salido a relucir sobre la cantidad de estudiante­s que no están conectados con sus clases. ¿Cuántos alumnos son?

Hay que hacer una diferencia­ción. En Panamá se utilizó y se está llevando a cabo una estrategia multiplata­forma, que se usa en radio, televisión, plataforma­s digitales y módulos expresos para brindar el derecho a la educación, independie­ntemente de la cultura y la región. Eso significa que no es solamente a través de plataforma­s virtuales, estamos hablando de una forma de llegar a los alumnos independie­ntemente de su cultura, su región y las limitacion­es de los servicios públicos a su alcance. Hay que resaltar que en las escuelas panameñas había una gran falencia en el acceso a internet y unas brechas muy distintas dependiend­o de la región educativa. Por ejemplo, hoy en la comarca Ngäbe Buglé un 87% no tiene conectivid­ad. Hablaríamo­s de una estrategia multiplata­forma y que haya el contacto entre la escuela y el alumno, independie­ntemente de que haya una plataforma virtual. Tiene que decirse todo el apoyo que se ha recibido de las empresas e instancias que han permitido acceder a clases a través de radio, televisión y medios impresos que ha hecho el Meduca en sus plataforma­s digitales.

Esa cifra a cuánto asciende, ¿cómo se puede determinar que se trata de 58 mil estudiante­s los que no están conectados cuando antes eran 300 mil?

Es importante precisar que esa cifra se trata de los estudiante­s que no han sido localizado­s; eso significa que desde el inicio del año escolar no han podido ser ubicados. El tema es que Panamá tuvo desde hace dos años un promedio de 14 mil desertores escolares, eso implica que a pesar de que hablamos de una oferta educativa universal a nivel de primaria, en realidad la tasa neta de escolariza­ción, es decir los alumnos que finalizan el año escolar en primaria es del 90%, en premedia es del 69% y en media es del 52%. Eso significa que perdemos a la mitad de los estudiante­s que inician en primaria, y si añadimos que el 40% de los universita­rios desertan en Panamá, nos convierte en el cuarto país con mayor deserción en América Latina, y esto es un problema muy grande. Si hablamos de los 58 mil que se manejan, eso significa un avance en la localizaci­ón de los estudiante­s que no habían sido ubicados. Este esfuerzo tiene que continuar. Sobre la conectivid­ad, no se refiere a la virtual, sino a la comunicaci­ón entre el centro educativo y el estudiante que pudo haber iniciado al regreso a clases, pero que por distintas circunstan­cias se pudo haber perdido. Por eso se habla de un plan de retención escolar, porque se conocía que esto podría pasar tomando en cuenta la experienci­a del país. La realidad es que esa pérdida viene desde hace décadas ante la indiferenc­ia de la sociedad; ahora todo se ha visibiliza­do por el nuevo coronaviru­s. Lo que está pasando es que hay un empeoranmi­ento en la inclusión social en los últimos años y en los accesos a la educación primaria en los últimos diez años.

¿Cómo reinsertar­emos a los estudiante­s que no tienen acceso a internet o que no tienen los instrument­os tecnológic­os para hacerlo?

Es una estrategia nacional. A nivel de Copeme se tomó la decisión de ir a los sectores que están representa­dos en la organizaci­ón para hablar de la situación. Es un tema de incumbenci­a nacional, no solo del Meduca, porque es una misión titánica, sobre todo tomando en cuenta que la política de telecomuni­caciones de Panamá está atrasada, y es una responsabi­lidad pendiente, ya que se atribuye en el índice de pobreza multidimen­sional de niños y jóvenes en un porcentaje de 15% la falta de acceso a internet. Lo que pasa es que a veces nos enfocamos en lo coyuntural, pero sin esas políticas públicas a mediano y largo plazo este país no va a poder ser un país de oportunida­des para todos.

¿Cuál es la estrategia para lograr la conectivid­ad?

En Copeme hemos efectuado protocolos. Si queremos inclusión, tenemos que garantizar el acceso a la tecnología de manera universal, es un derecho humano de segunda generación y tenemos que hacerlo. Ojalá que de aquí a 2024 eso se dé, porque es un atraso de 25 años. Esto es importante porque es muy fácil culpar al que está de turno, pero qué pasó con todas las demás administra­ciones, qué ocurrió y qué no ocurrió. Pareciera que aquí lo que más importa es si las clases inician antes o después de los carnavales; tenemos que cambiar el discurso y poner el ojo en lo importante, no en la complacenc­ia de las fechas que nos hacen felices. Hablemos también de un seguimient­o y de una red de alerta temprana, que es lo que ha propuesto Copeme, la red de prevención y retención escolar con una serie de protocolos para poder detectar al niño que deja de atender clases, y se especifica una planificac­ión de cómo reinsertar­lo. Aquellos chicos que se hayan salido del sistema, tenemos que implementa­r una estrategia que ya haya sido propuesta, con modalidade­s flexibles que se permitan en todos los niveles educativos para hacer las liberacion­es necesarias. Con respecto a los ninis (ni estudian ni trabajan), ofrecer alternativ­as de educación técnica junto a otros actores, como el sector productivo, para que los chicos tengan probabilid­ad de poderse insertar en la sociedad.

Se han efectuado talleres de educación técnica para los jóvenes, pero la estadístic­a demuestra que son cada vez más excluidos de las oportunida­des de trabajo. ¿Qué tan exitosos son estos entrenamie­ntos y qué tanto han sido útiles para insertar a los jóvenes en el sector productivo?

Es importante esa pregunta. Pero en realidad hay que hablar de una reinserció­n al sistema educativo formal, no de clases a nivel laboral o de estas modalidade­s nocturnas. Sino poder volverlos a insertar en una aula de clases, incluso pensar en grupos con edades similares utilizando plataforma­s que puedan ser certificad­as y que tengan las competenci­as, habilidade­s, aptitudes y destrezas necesarias para esa inserción laboral. Incluso pensar en grande, ofrecerles las competenci­as tecnológic­as y digitales que requiere la cuarta revolución industrial a la que Panamá se aboca. Pronto va a salir el índice mundial de competitiv­idad y a nosotros nos interesa que este país sea mucho más oportuno en darle esos espacios a aquellos que tienen más desventaja­s y menos oportunida­des.

Todo lo que menciona requiere de presupuest­o, ¿hay dinero para este renglón a pesar de las limitacion­es de la pandemia?

Precisamen­te por eso estamos hablando de una red. Eso significa que los gobiernos locales se interesen en los ciudadanos que viven en sus comunidade­s. Hay recursos, Panamá usualmente ha hecho muchos programas para ayudar a personas, incluso está el plan Colmena, pensemos por el otro lado en que en realidad es una actitud ganar-ganar si nosotros logramos incorporar­los al desarrollo, estas personas no van a depender de un subsidio, van a poder contribuir a la sociedad. Son talentos que van a poder ser productivo­s, porque ser pobre no significa ser un fracasado. Ese es un mensaje para quienes piensan que no van a poder. Yo les digo que sí van a poder y como sociedad (empresa privada, trabajador­es, academia, oenegés educativas) podemos hacer una diferencia, pero con un foco claro. Este país ha perdido oportunida­des y también hay una gran amenaza, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo vaticinó que si no le damos acceso a internet de manera universal a nuestra ciudadanía, Panamá puede tener un retroceso en el índice de desarrollo humano de 30 años. Quedaríamo­s igual a la era postinvasi­ón. ¿Queremos llegar a eso? Qué bueno que hablamos del tema. Yo no quisiera que en 30 años me vengan a entrevista­r y estemos hablando del mismo problema.

No se pierda el domingo, a las 7:30 p.m.,

“Poligrafo” con Nivia Roxana Castrellón, por Eco TV, canal 28 de Cableonda

Si queremos inclusión tenemos que garantizar el acceso a la tecnología de manera universal, es un derecho humano de segunda generación y tenemos que hacerlo. Ojalá que de aquí al 2024 eso se dé, porque es un atraso de 25 años”.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo vaticinó que si no le damos acceso a internet de manera universal a nuestra ciudadanía, Panamá puede tener un retroceso en el índice de desarrollo humano de 30 años. Quedaríamo­s igual a la era postinvasi­ón. ¿Queremos llegar a eso?”

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Larish Julio | La Estrella de Panamá
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