Microserfin desembolsa más de $4 millones en préstamos a mujeres rurales, en una década
Más de dos mil mujeres en zonas rurales del país, han sido beneficiadas a través del programa Mujer Rural que lleva a cabo la entidad financiera panameña
Microserfin desembolsó $4,270,995 a más de dos mil mujeres en zonas rurales del país, a través del programa Mujer Rural, según cifras proporcionadas por la entidad financiera.
La entidad panameña lleva a cabo este proyecto desde el año 2019, a través del cual ofrece oportunidades de crecimiento a mujeres del medio rural que se dedican a actividades agropecuarias y no agropecuarias con el fin de mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias.
Microserfin, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, tiene como una de sus prioridades brindar a las mujeres en entornos rurales oportunidades de desarrollo inclusivo. A la fecha más de 3,000 mujeres que representan el 24% de las microempresarias que atiende la entidad son mujeres rurales y un 10.6% de ellas se dedican al sector agropecuario.
La edad promedio de las mujeres rurales de Microserfin es de 48 años, sus hogares están compuestos por 3 miembros aproximadamente y luego de cinco créditos tienen la posibilidad de salir de la pobreza o de la situación de vulnerabilidad.
El 88% de las mujeres atendidas por Microserfin están en esta condición social. En cuanto al sector económico en el que desarrollan sus actividades productivas se encuentran principalmente el sector Comercio (55.9%), Servicios (27.3%), Ganadería (6.6%), Industria (5.9%) y Agricultura (4.0%).
En América Latina y el Caribe, una cuarta parte de la población trabajadora se concentra en el área rural, en estos entornos los altos índices de pobreza guardan relación con la falta de empleos de calidad para hombres y mujeres rurales, siendo estas últimas las que enfrentan mayores retos.
De hecho, el Observatorio de Igualdad de Género señala que en Panamá el 31.9 % de las mujeres rurales mayores de 15 años no tiene ingresos propios, versus el 7.9 % de los hombres.
A menudo, debido a la falta de oportunidades de empleo, las mujeres rurales emprenden para adquirir su independencia económica y sacar adelante a sus familias, sin embargo, las desigualdades de género les imponen barreras que limitan el acceso a créditos y a recursos financieros para el crecimiento de sus negocios.
De acuerdo a la FAO en su ATLAS de las Mujeres Rurales de América Latina y el Caribe, el limitado acceso a la tierra, la falta de documentación, la centralidad de sus actividades en el hogar y el entorno de la casa (cultivo de huertas medicinales y animales pequeños), y la poca participación en la esfera pública contribuyen a que las mujeres encuentren dificultades para acceder a servicios financieros en la banca tradicional.