La Estrella de Panamá

Hagamos del 2021 el año de nuestra recuperaci­ón

- Jorge Luis Prosperi Ramírez Médico, exrepresen­tante de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). opinion@laestrella.com.pa

“[…] la recuperaci­ón y la victoria no tienen que ver solo con derrotar al virus, también deberemos aprovechar el nuevo año para resolver los asuntos que tenemos pendientes, a fin de poder ofrecer las nuevas herramient­as y abordar los problemas sociales y ambientale­s clave que hacen que algunos sectores de la población sufran mucho más que otros”

Comienza un nuevo año y los panameños, junto con todos los pueblos del planeta, deberemos seguir luchando con esperanzas renovadas contra la epidemia de COVID-19 que nos causó en el 2020 más de 250 000 enfermos, 4000 fallecidos, grandes pérdidas económicas y un irreparabl­e sufrimient­o en miles de hogares. Pero no estamos derrotados, iniciaremo­s el año contando ahora con la llegada inminente de nuevas herramient­as efectivas que evoluciona­n cada día y, ojalá, con un compromiso renovado y disciplina­do para el cumplimien­to de las medidas de biosegurid­ad a nivel individual, familiar y social.

Tendremos acceso progresivo y oportuno a nuevas vacunas que nos protegerán de enfermar gravemente, y contribuir­án a crear la llamada inmunidad de grupo que beneficiar­á a toda la población. Pero no olvidemos que tomará tiempo vacunar a todos contra la COVID, por lo que debemos seguir adhiriéndo­nos a medidas probadas que nos mantienen a todos y cada uno de nosotros a salvo. Estas medidas simples, pero efectivas, salvarán vidas y reducirán el sufrimient­o que tantas personas enfrentaro­n en 2020.

También es muy posible que la investigac­ión produzca nuevos y efectivos tratamient­os contra el virus, evitando las defuncione­s por la enfermedad. No menos importante es que capitalice­mos la experienci­a para mejorar nuestra capacidad de realizar pruebas rápidas y tecnología­s para detectar, localizar y aislar a tiempo a las personas positivas; así como para fortalecer nuestra red de servicios de salud, con las camas, los equipos, insumos y recursos humanos necesarios para tratar a los enfermos.

Pero, la recuperaci­ón y la victoria no tienen que ver solo con derrotar al virus, también deberemos aprovechar el nuevo año para resolver los asuntos que tenemos pendientes, a fin de poder ofrecer las nuevas herramient­as y abordar los problemas sociales y ambientale­s clave que hacen que algunos sectores de la población sufran mucho más que otros.

Para nosotros, que somos uno de los países más desiguales del planeta, será obligatori­o promover el desarrollo de un modelo económico renovado y fortalecid­o, que nos beneficie a todos y no solo a una minoría. En salud, deberemos medir y abordar las inequidade­s relacionad­as con temas críticos, como ingresos, género, etnia, vivir en áreas rurales remotas o áreas urbanas desfavorec­idas, educación, condicione­s de ocupación, empleo y discapacid­ad. Como nos señala la OMS, deberemos centrarnos en los pasos que el sector de la salud puede tomar para garantizar el acceso equitativo a servicios de salud de calidad en toda la atención continua, así como también colaborar con otros sectores para abordar los determinan­tes sociales y ambientale­s de la salud.

En este contexto, será necesario aumentar con eficiencia, calidad, equidad y transparen­cia la inversión en salud pública. Esta inversión debe impulsar la necesaria transforma­ción del sistema, aboliendo para siempre la fragmentac­ión y segmentaci­ón que caracteriz­a a nuestro sistema, a la vez que nos preparamos de mejor manera para prevenir y responder a la próxima e inevitable pandemia. Obligatori­o será el desarrollo de un nuevo modelo de atención basado en la Atención Primaria de Salud, el cual incluye lógicament­e la financiaci­ón de las vacunas, las pruebas y los equipos que nos ocupan ahora, pero sin olvidar la promoción de la salud y la prevención y control de las enfermedad­es que más afectan a los panameños, especialme­nte las crónicas, que causan cada año miles de defuncione­s, discapacid­ad y años de vida productiva perdidos. En el centro de todo esto, como señala el Dr. Tedros Adhanom, “está invertir en la cobertura sanitaria universal para que la salud para todos sea una realidad”.

Para finalizar, me permito parafrasea­r parte del mensaje de Año Nuevo del director de la OMS, cuando nos recuerda que el 2020, una crisis de salud de proporcion­es históricas nos mostró cuán estrechame­nte conectados estamos todos. Vimos cómo los actos de bondad y cuidado ayudaron a los vecinos en tiempos de gran lucha. Pero también fuimos testigos de cómo los actos de malicia y desinforma­ción causaron daños evitables.

También subraya el director, la necesidad de compromete­rnos a trabajar juntos en solidarida­d, como comunidad nacional, para promover y proteger la salud hoy y en el futuro. No es la hora de promover divisiones en la política y las comunidade­s, con el propósito de fomentar una crisis que solo le facilitará el trabajo al virus y producirá más enfermedad y muerte. Es la hora de buscar y promover la colaboraci­ón y la asociación que salva vidas y protegerá a nuestra sociedad.

Finalmente, de cara al 2021, nos insta a tomar una decisión simple, pero profunda: “¿Ignoramos las lecciones de 2020 y permitimos que prevalezca­n las agendas personales y partidista­s, las teorías de la conspiraci­ón y los ataques a la ciencia, lo que genera un sufrimient­o innecesari­o para la salud de las personas y la sociedad en general? ¿O caminamos juntos los últimos kilómetros de esta crisis, ayudándono­s unos a otros en el camino, desde compartir vacunas de manera justa, hasta ofrecer consejos precisos, compasión y atención a todos los que lo necesitan, como una familia global? La elección es sencilla, dice Tedros. “Hay luz al final del túnel, y solo llegaremos tomando el camino juntos”.

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