La Estrella de Panamá

Lecciones del año de la rata

- Jaime Cheng Peñalba Sociólogo y docente panameño. opinion@laestrella.com.pa

que nosotros y que, gracias a la “fabulosa ayuda del Gobierno” en bonos y comida, seguimos adelante. Es curioso que en otros países los jefes de Gobierno (presidente­s, primeros ministros) son los voceros de las medidas a tomar y aquí el ministro de Salud y el director de la Caja del Seguro Social son los que asumen ese papel. Al parecer, el presidente Cortizo decidió hablar poco ante tantos “memes” producidos por sus “desatinos” y chistes malos a la hora de dar declaracio­nes.

Sin embargo, para los ambientali­stas, la pandemia trajo un respiro para la naturaleza, sobre todo en materia de contaminac­ión, puesto que el “confinamie­nto” permitió la limpieza de ríos y mares, así como la superviven­cia de especies que estaban siendo diezmadas, producto de la depredació­n del ser humano.

Para los “espiritual­istas” la pandemia mandó un mensaje claro: “quédate en casa y aprecia el valor de la familia que ignorabas en libertad”. Es cierto que el nuevo coronaviru­s puso en jaque las “salidas” de los fornicador­es habituados a los encuentros en sitios de ocasión (“push buttons”) y los confinó con sus parejas de siempre que prefieren engañar antes de decirles la verdad de su “desamor”.

Para los expertos en salud mental, la ansiedad colectiva desborda cualquier medida de restricció­n, aunque sea por género. Las muchedumbr­es del mundo desbordaro­n todos los sitios antes restringid­os una vez les dieron un momento “de libertad”. No estamos hechos para vivir encerrados, aunque sea en nuestras casas.

Es interesant­e que para noviembre el Minsa ya nos anunciaba repuntes peligrosos de casos para diciembre y aún así se dio la apertura para que la gente fuera “a comprar y gastar” como en todos los diciembres. ¿No es acaso esta una actitud irresponsa­ble por parte de quienes tienen que velar por la salud de toda una población?

Como en la “Nitocracia” la pandemia es solo una oportunida­d para hacer politiquer­ía, se eliminaron las conferenci­as de prensa para evitar preguntas molestas y tampoco se ha podido explicar en detalle el destino de los millones solicitado­s para “amortiguar” los efectos de la crisis sanitaria.

Costa Rica, nuestro vecino país, ya consiguió las dosis de la vacuna y se las están aplicando a su población, mientras que Panamá debe esperar tres meses más. Es sarcástico que la Nación del “promundo beneficio” no sea tomada en cuenta, como sí lo están siendo México, Costa Rica, Brasil y Argentina.

Como en la salud también hay “asuntos de ideologías”, los médicos cubanos que fueron bien recibidos en Italia y otras naciones para apoyar la falta de personal, aquí en Panamá son criticados por médicos que aducen falta de “idoneidad”: “Cosas veredes, Sancho”.

La vacuna rusa se está aplicando en Argentina y Cuba, pero aquí seguimos la línea de los “gringos” para que solo aceptemos las que ellos y sus aliados producen. ¿Colonia americana No?

El año de la Rata terminó, de acuerdo con los chinos, y se aproxima el año del Búfalo con otras positivas prediccion­es. Espero que no sea un efecto bumerán y cruzo los dedos en esta ocasión para que se disipe cualquier otro mal presagio que pueda posarse sobre nuestro planeta.

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