El Centro de Salud de El Valle: una fruta para cosechar
La expresión en inglés “low hanging fruits”, se utiliza para definir situaciones donde con pocos esfuerzos se obtienen beneficios inmediatos. Dentro del ámbito de los negocios, es una manera de priorizar acciones para obtener resultados positivos de manera rápida, fácil y con poca inversión, mientras la organización se enrumba hacia tareas de mayor envergadura que requieren más tiempo y mayores recursos, sobre la base de una estructura y una gestión inicial que ha rendido frutos.
En el idioma español existe la expresión “agarrar los mangos bajitos”, que hace referencia también al ejercicio milenario del menor esfuerzo, pero que conlleva una connotación de comodidad, casi que de picardía, de “irse por lo más fácil”, sin mayores consecuencias, repercusiones o proyecciones.
Pero recoger primero las frutas que están más al alcance de la mano también puede ser una estrategia en la gestión de Gobierno, sobre todo, como suele ser, en situaciones donde los recursos son limitados y las necesidades son infinitas, pero, además, frente a una presión social válida por obtener respuestas de las autoridades para la solución de los problemas que aquejan con apremio a la comunidad. El Centro de Salud de El Valle de Antón en construcción es una de esas oportunidades para cosechar las frutas bajitas.
El corregimiento de El Valle tiene una población efectiva de más de nueve mil habitantes en el corregimiento, un constante flujo de turistas nacionales e internacionales y un área de influencia que incluye poblaciones en Río Indio, Jordanal, Mata Ahogado, Las Margaritas, Chichivalí, El Roble, La Estancia, El Harino, Los Cerritos, La Coca, Caballero, Macano y Los Llanitos, algunas de las cuales pertenecen a otras provincias y otros corregimientos, donde se requiere un centro de salud con la capacidad para brindar servicios oportunos y de calidad a las más de 20 000 personas que viven o visitan anualmente esta comunidad turística.
Con una inversión de B/.4.98 millones, el consorcio RODSA-VALLESA-EXTRACO se hizo merecedor en el 2017 de la licitación para el “Desarrollo de Planos de Construcción, Construcción y Equipamiento para las mejoras y ampliación al Centro de Salud del Valle de Antón”, bajo la promoción del Ministerio de Salud.
El nuevo centro de salud está diseñado para operar 24/7, con áreas para urgencias, maternidad, laboratorios, consultorios, hospitalización, farmacia, odontología, dormitorios para el personal médico y de enfermería, lavandería, cocina, oficinas y otros servicios auxiliares médicos y de planta. Al día de hoy, la obra civil ha avanzado casi en un 90 %, queda pendiente la inversión en equipos médicos y atención a pacientes y público en general y, además, el riesgo de que las instalaciones se deterioren, si no se culmina el proyecto.
Dentro del marco de estrechez de fondos producida por la pandemia, terminar el Centro de Salud de El Valle de Antón es una invitación al sentido común de quienes tienen alguna responsabilidad en el Gobierno por la programación del uso de los recursos y la presentación al país de logros o resultados para el bienestar de los panameños.
El proyecto ha sido visitado durante este
Gobierno por ministros, viceministros, gobernadores, diputados, alcaldes, personal de la Contraloría General de la República y muchos otros funcionarios, y todos, sin excepción, han destacado la necesidad de culminarlo lo más pronto posible, no solo por las razones expuestas, sino por las inadecuadas y deplorables condiciones de los locales temporales donde en la actualidad se brindan de manera limitada los servicios médicos a la población, que, ante la mínima complicación de un paciente, es remitida a Penonomé, San Carlos o La Chorrera.
Presidente Cortizo: su ministro de Salud dijo recientemente que culminar este proyecto no se encontraba entre sus prioridades ni en sus planes para el 2021. Por tal razón, permítame hacer una relación entre la oportunidad de obtener logros y mejorar la imagen de su Gobierno y la culminación del Centro de Salud de El Valle de Antón, en términos fáciles, con poca inversión y a muy corto plazo, utilizando una expresión que tiene su origen en Puerto Rico, país de nuestros afectos y, en su caso, de su proximidad familiar inmediata: esto es “bombito al pitcher presidente, bombito al pitcher”.