Que se cuiden demócratas y republicanos, que puede caer el imperio
“Tengo derecho a sospechar que de alguna institución poderosa de los gringos provino la orden de no disparar, ni siquiera un guandú, contra los manifestantes de Donald que irrumpieron en masa en el Capitolio […]”
Trump… perdió y a todo el que me preguntaba sobre los comicios de EE. UU., le decía, con fervor y seguridad, que era mi gallo pinto y que se iba a reelegir con la fuerza de un toro miura, me gustó al principio la forma en que defendió el supuesto triunfo electoral, pero, como no se pudieron presentar pruebas contra el fraude por el anunciado, solo le quedaba entregar el timón del barco de acuerdo con la Constitución yanqui y quedarse quieto.
Trump nunca debió llegar tan lejos, porque de milagro no provocó una batalla de proporciones guardadas cuando sus seguidores irrumpieron en el senado el 6 de enero de 2021. Mi olfato indígena, de viejo iberoamericano, me hace sospechar que a los republicanos con Trump a la cabeza y a los demócratas los manejaron hábilmente desde afuera y desde adentro los poderosos enemigos de la democracia, para que, de alguna forma, se prendiera la mecha del inicio de la caída del imperio de EE. UU. con una guerra civil o con manifestaciones y protestas interminables de bando y bando.
En estos momentos existen pocos expertos en el mundo con una experiencia larga de poder e infraestructura para el adecuado manejo del espionaje y contraespionaje con la capacidad de poner a pelear a los gringos entre ellos mismos estando la correlación de fuerzas de los carapálida tan pareja. A mí no me lo crean, dice que entre los chinos y Putin está la componenda; sin embargo, hay que sacar a los chinos de toda sospecha, porque al PCCH (Partido Comunista de China) lo único que le quita el sueño es vender y acaparar mercados para mantener a su población, de manera que sería absurdo que ellos destruyeran a su mejor cliente, mientras que los rusos no son consumistas, como lo es la mayoría de los eslavos, ellos no pierden el tiempo midiéndose un pantalón cuando lo van a comprar, un pantalón es un pantalón y punto, de manera que no son consumidores y menos compradores impulsivos y poco les interesa que los del Tío Sam queden en la ruina.
Tengo derecho a sospechar que de alguna institución poderosa de los gringos provino la orden de no disparar, ni siquiera un guandú, contra los manifestantes de Donald que irrumpieron en masa en el Capitolio, porque todavía estuvieran los bien pagados de CNN narrando la humareda de la guerra invernal que se hubiese desatado y traído como consecuencia el comienzo de la caída del imperio gringo, que nos devolvió el Canal y nos ha prestado su dólar desde el inicio de nuestra “república bananera” con cornucopia de oro macizo.