El aborto debe 'ser despenalizado' en Panamá
La legalización de la práctica en Argentina ha provocado innumerables reacciones en la región latinoamericana. En Panamá, la exministra y exfuncionaria del Fondo de Población Leonor Calderón expone su punto de vista
La medida debe estar acompañada de una educación sexual y reproductiva desde muy temprana edad, aseguró la exministra
Leonor Calderón, quien fungiera como funcionaria del Fondo de Población de las Naciones Unidas, considera que el aborto debería despenalizarse, pero que la medida debe ser acompañada de educación sexual y reproductiva desde muy temprana edad.
La opinión de la experta de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se conoce tras la decisión del senado de Argentina en aprobar la legalización del aborto. “El aborto debiera ser despenalizado y luego hay que entrar a ver cuáles son las causas que están motivando el alto número de abortos que ponen en riesgo la vida de tantas mujeres”, agregó Calderón.
Para esta profesional, quien fuera la primera ministra de la cartera de Desarrollo Social, en los países donde se han aprobado leyes para la interrupción legal del embarazo durante las primeras 12 semanas, ha provocado una disminución de la mortalidad materna por abortos mal practicados. Además de la reducción de los reportes de casos de abortos.
El dinero tiene una función crucial en el acceso a un aborto seguro, especialmente en países donde la práctica es penalizada. En América Latina, rehusarse a la maternidad a través de un aborto seguro es un privilegio para aquellas mujeres que tienen cómo pagar los gastos médicos.
En el Código Penal, las sanciones por practicar abortos oscilan entre 1 y 8 años de cárcel. La interrupción del embarazo solo es permitida cuando este es producto de una violación carnal o pone en peligro la vida de la madre. Pero la realidad es que, cualquier mujer con recursos económicos puede practicarse una interrupción del embarazo en condiciones de extrema seguridad.
En regiones más conservadoras como El Salvador o Honduras, interrumpir el embarazo es algo impensable, comparado con un homicidio. En El Salvador, por ejemplo, hay mujeres detenidas porque las condiciones en que se dieron sus abortos espontáneos no están totalmente claras.
Sin embargo, en países desarrollados, como Estados Unidos, Italia, España, Francia e Inglaterra, la interrupción del embarazo es un servicio de salud disponible para las mujeres durante décadas.
El aborto es, además, un tema religioso. América Latina es una región de tradición judeocristiana. La exfuncionaria del Fondo de Población considera que los principios religiosos influyen en las decisiones relacionadas con la salud sexual y reproductiva. Sin embargo, advierte que las
políticas públicas que velan por la salud integral de la población deben estar alejadas de las creencias religiosas.
Calderón califica el aborto como una acción drástica en la vida de una mujer, que tiene que ser efectuado en el marco de determinados parámetros regulados y supervisados por las autoridades de salud para minimizar los riesgos para la salud pública.
“Está comprobado que las mujeres, en la medida que tengan mejor acceso a información, van a tomar las mejores decisiones para su salud reproductiva, para su vida y la de los suyos”, agregó Calderón.
“Las niñas tienen que empezar a conocer su propia sexualidad, porque es la mejor manera de que más adelante puedan tomar decisiones responsables con relación a su vida sexual y reproductiva. El aborto no es ni será nunca un método de planificación familiar”, concluyó la feminista y fiel defensora de los derechos de la mujer.
No todos están de acuerdo con la postura de la exministra. La diputada Corina Cano calificó el aborto como un “atentando contra la vida de una persona en gestación. Para ella, la legalización de la práctica no es una opción para el país. A juicio de la abogada, no hay razón para flexibilizar la penalización del aborto.
Geneva González, médica obstetra del Ministerio de Salud, considera que una ley sobre el aborto no exime de la responsabilidad de la planificación en sexualidad.
“Más que hablar del aborto en las primeras semanas, se tiene que hacer un análisis profundo de lo que tenemos aquí. Hay fallas en la educación en sexualidad”, dijo la ginecóloga obstetra.
A juicio de la especialista, hablar libremente del aborto es un tema escabroso. Aunque es de la opinión que el aborto seguro puede hacerse en ciertas condiciones, tomando en consideración a la paciente y su pareja. Pero si no se ponen las reglamentaciones, no cree que sea tan beneficioso, concluyó la médica.
Los abortos en Panamá ocurren principalmente en la edad reproductiva de la mujer, entre 19 y 35 años de edad. Entre el 20% y el 30% de los embarazos tienen como resultado un aborto espontáneo en las primeras 12 semanas de gestación.
Desde que se aprobó la legalización del aborto por parte del Senado de Argentina, se han dado innumerables reacciones. La nueva ley, aprobada el 30 de diciembre, legaliza el aborto hasta la semana 14 de embarazo y es el fruto de años de activismo en favor de los derechos de la mujer.
Desde mandatarios vecinos de Sudamérica hasta expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han dado su opinión a favor y en contra de esta nueva legislación. Mientras hay sectores de la sociedad civil que aseguran que se trata de una conquista para las mujeres, otros allegados al poder aseguran que la decisión de los argentinos no será influyente para que se despenalice el aborto en el país.
Los expertos de la ONU aseguran que la medida es un “paso histórico” que convierte al país en un modelo en la región.
La penalización del aborto no contribuía a disminuir las interrupciones de embarazos, sino que simplemente llevaba a las mujeres a abortos en lugares clandestinos e inseguros, y muchas murieron, dicen las relatoras al tiempo que califican la nueva ley como “revolucionaria” y “un paso crucial para eliminar la discriminación contra las mujeres y las niñas”.
Una de las reacciones más inesperadas llegó de la familia del presidente mexicano, Andrés López Obrador. José Ramón López Obrador, hijo mayor del presidente, celebró la noticia en redes sociales escribiendo que “ya nos toca”. Sin embargo, el presidente propuso que la decisión se tome en una consulta pública, considerando que es un “tema polémico” que deben decidir las mujeres y no “las estructuras de poder”.
Por el contrario, el mandatario Jair Bolsonaro, de Brasil, dijo que Argentina “aprobó el asesinato” al despenalizar el aborto hasta la decimocuarta semana de gestación e insistió que mientras dependa del él la interrupción del embarazo, jamás será aprobada en su país.
El papa Francisco, que se había pronunciado en contra de la legalización del aborto en su país natal, eludió pronunciarse sobre la noticia, pero eligió hablar del concepto que el Vaticano tiene sobre la vida humana. “Los cristianos como todos los creyentes bendicen a Dios por el don de la vida. Todos nacemos porque alguien ha deseado para nosotros la vida”, afirmó el pontífice.
Mientras que la Alta Comisionada Michelle Bachelet, recordó en un tuiter que “casi todas las muertes relacionadas con el aborto ocurren en países que lo criminalizan o restringen severamente, forzando a las mujeres a recurrir a procedimientos inseguros”.
Iván Duque, de Colombia; Sebastián Piñera, de Chile, y Mario Abdo Benítez, de Paraguay, son algunos de los presidentes que durante sus campañas y gobiernos han reiterado en diversas ocasiones que están “a favor de la vida”, el lugar común con el que se suele rechazar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.
En el caso de Uruguay, donde sí está legalizado, el presidente Luis Alberto Lacalle Pou aseguró al inicio de su gobierno que pondría en marcha una estrategia de “desestímulo” de los abortos.
En América Latina las leyes y posturas sobre el aborto son muy dispares. Hay cinco países (Uruguay, Cuba, Guayana, Guyana Francesa y Puerto Rico) en los que se permite el aborto sin condiciones. Otros cinco (El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Haitì) en los que la prohibición de la interrupción del embarazo está prevista en los códigos penales. En el resto de las naciones latinas se incorporan causales en
mayor o menor medida.