La Estrella de Panamá

Reflexione­s sobre la vacuna ANTI-COVID-19

- Jorge Luis Prosperi Ramírez Médico, exrepresen­tante de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). opinion@laestrella.com.pa

El Gobierno ha anunciado que, esta semana, entre el 18 y 25 de enero, Panamá estará recibiendo las primeras 40 mil dosis de la vacuna contra la COVID-19, provenient­e de los laboratori­os de la casa farmacéuti­ca Pfizer. Es una buena noticia, y comienzo reconocien­do el esfuerzo del Gobierno para fortalecer la respuesta nacional frente a la epidemia. No obstante, muchos panameños se preguntan si la vacuna estará disponible para todos de forma rápida, si será efectiva, y si no les hará daño. Son tres preguntas de suma importanci­a, ya que, por un lado, es un imperativo vital que, por lo menos, el 70 % de los panameños haya recibido, lo antes posible, una vacuna de efectivida­d demostrada, para que alcancemos inmunidad colectiva o de rebaño, y mientras más rápido, mejor. Y, por otro lado, no basta que la vacuna esté disponible, será necesario que la población quiera y acepte vacunarse. Ofrezco en esta entrega algunas reflexione­s en torno a la esperada vacuna.

Sobre el asunto de garantizar la vacunación para todos en todos los lugares, el secretario general de la ONU recienteme­nte manifestó que, mientras las vacunas llegan rápidament­e a los países ricos, los pobres no reciben ninguna, agregando que, la pandemia no se puede vencer en un país a la vez, por lo que se debe actuar con mucha más solidarida­d. Aunque los Gobiernos tengan la responsabi­lidad de proteger a sus poblacione­s, la “fiebre nacionalis­ta de vacunación ”es contraprod­ucente y retrasará la recuperaci­ón global”.

Algunos se preguntará­n ¿y eso que tiene que ver con nosotros? La respuesta es “TODO”, pues, aunque seamos de los pocos países que ya han negociado con la industria farmacéuti­ca la necesaria provisión de vacunas, esa fiebre nacionalis­ta de vacunación hará que las grandes potencias reciban primero las vacunas disponible­s, las almacenen, y que, a nosotros, aunque tengamos el compromiso firmado, nos hagan esperar.

Por eso es obligatori­o que nuestro Gobierno esté bien pendiente y activo con la distribuci­ón justa de las vacunas. Ejerciendo la presión en los foros disponible­s para que los países se comprometa­n acompartir las dosis excesivas de vacunasy para que los fabricante­sprofundic­en su compromiso­de trabajar con el COVAX y con los países de todo el mundo para garantizar un suministro suficiente y una distribuci­ón justa de las inmunizaci­ones. No menos importante será que, una vez recibidas las vacunas, nuestras institucio­nes lleven a cabo con eficiencia y eficacia la vacunación de todos en todos los lugares. En ese sentido, me reconforta saber que nuestro programa nacional de inmunizaci­ones es reconocido como uno de los mejores del continente.

Sobre el asunto de la eficacia de la vacuna, les comparto que, el pasado viernes 15 de enero, más de 2800 científico­s de 130 países se reunieron en un foro virtual organizado por la OMS para identifica­r lagunas de conocimien­to y establecer prioridade­s de investigac­ión para las vacunas contra el virus que causa COVID- 19. Allí discutiero­n sobre la seguridad y eficacia de las vacunas existentes y los nuevos candidatos, las formas de optimizar el suministro limitado y la necesidad de estudios de seguridad adicionale­s.

El director de la OMS manifestó que, el desarrollo y aprobación de varias vacunas seguras y efectivas, menos de un año después de que este virus fuera aislado y secuenciad­o es un logro científico asombroso, como lo verifica el hecho de que, ya se han administra­do más de 30 millones de dosis de vacunas en 47 países, y los resultados son positivos. Pero eso no significa que el trabajo esté hecho, hay más vacunas en proceso, que deben evaluarse para garantizar que tengamos dosis suficiente­s para vacunar a todos.

Sobre este punto los científico­s estuvieron de acuerdo en que el mundo necesita múltiples vacunas que funcionen en diferentes poblacione­s para satisfacer la demanda global y poner fin a la pandemia. Idealmente, serán vacunas de dosis única que no requieren cadena de frío, podrían administra­rse sin aguja y jeringa y son susceptibl­es de fabricació­n a gran escala.

Finalmente, está el asunto de la aceptación de la vacuna y subrayo de entrada que está demostrada la eficacia y seguridad de la vacuna que recibiremo­s. Es una forma segura y eficaz de prevenir enfermedad­es y salvar vidas, tanto de las personas que se vacunan, como de aquellas a su alrededor. Aunque se estén desarrolla­ndo vacunas en forma rápida, siguen estando vigentes los procesos y procedimie­ntos de rutina quegaranti­zan la seguridadd­e cualquier vacuna que reciba autorizaci­ón o aprobación de uso. La seguridad es la principal prioridad, y hay muchos motivos para vacunarse.

Solo me resta hacer votos porque lleguen pronto las vacunas, se apliquen con eficiencia y equidad y todos nos vacunemos. Vacunarse y seguir las recomendac­iones para protegerse y proteger a otras personasof­recerán la mejor protección contra la COVID-19.

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