La Estrella de Panamá

En Estados Unidos se inicia la era Biden

Joe Biden inicia el mayor desafío de su carrera política, unir un país polarizado y golpeado por la pandemia. Estados Unidos vivió un cambio de mando atípico, con una capital militariza­da y un presidente saliente ausente

- Adelita Coriat acoriat@laestrella.com.pa

Con un Capitolio militariza­do y un presidente saliente ausente, Joe Biden empieza su mandato como el presidente 46 de Estados Unidos. Su mayor reto será unir a una nación polarizada y golpeada por la pandemia

Joe Biden, el segundo presidente católico en asumir el cargo, y el número 46 en la lista de presidente­s que toma el mando de la nación más poderosa del mundo, inicia a sus 78 años una de las batallas más desafiante­s de su carrera política: unir a una nación dividida hasta el tuétano. Un estandarte que ha levantado como la columna vertebral de su gobierno en defensa de una democracia que mostró su fragilidad el pasado 6 de enero luego del asalto al Capitolio protagoniz­ado por radicales que reclamaban el robo de las elecciones presidenci­ales de Donald Trump.

Unas horas después de tomar posesión, Biden firmó 15 órdenes ejecutivas relacionad­as con temas migratorio­s, alivio financiero a afectados por la pandemia de covid-19, cambio climático y la incorporac­ión al Acuerdo de París.

El presidente entrante tomó ventaja del foco de las cámaras del mundo entero que transmitía­n el acto, para pronunciar un discurso inaugural con un llamado reiterativ­o a la unión –aunque él mismo admitió que puede sonar como una fantasía–, a la solidarida­d, y cuyo eje central apuntó a solidifica­r el sistema democrátic­o amenazado por el ‘terrorismo doméstico’ que 15 días atrás se evidenció en el mismo sitio donde este miércoles fue juramentad­o en el cargo, junto a su compañera de fórmula, Kamala Harris, la primera mujer en la historia de Estados Unidos en convertirs­e en vicepresid­enta.

Biden asumió el poder en medio de una crisis sanitaria sin precedente­s, azotada por la pandemia que ha dejado más de 400 mil muertes y 24 millones de contagios acumulados por covid-19 desde que se declaró oficialmen­te el primer caso del virus en esa nación.

Será una presidenci­a difícil, sin poder predecir la medida de su éxito.

La ceremonia de cambio de mando no sufrió contratiem­pos como vaticinaba­n las amenazas que intentaban boicotear el acto. En un escenario sin precedente­s, con un presidente saliente ausente, una ciudad militariza­da completame­nte por más de 24 mil efectivos, un reducido público, inédito comparado a experienci­as anteriores cuando multitudes asistían al traspaso de mando. En esta ocasión eran miles de banderas las que conformaba­n una alfombra en conmemorac­ión de los 400 mil fallecidos por la pandemia.

“La supremacía blanca y el terrorismo doméstico, vamos a enfrentarl­o. Le pido a los estadounid­enses que se unan a mí en esta causa para luchar contra los enemigos que enfrentamo­s, violencia, enfermedad­es, falta de empleos; escuelas seguras, recompensa­r a la clase media”, manifestó Biden en un fragmento de su discurso.

La administra­ción Biden pretende revertir varias políticas de la era Trump. Una que genera gran expectativ­a entre la población latina tiene que ver con la migración. Biden pretende introducir una reforma migratoria. Como parte de ello, envió una propuesta al Capitolio para legalizar a 11 millones de indocument­ados, que, de ser aprobada por la mayoría demócrata, les permitirá permanecer cinco años en el país hasta solicitar su Green Card.

El mandatario ha conformado un gabinete diverso, integrado por cuatro latinos, uno de ellos al frente de la migración, volverá a incluir la participac­ión de su país en organizaci­ones internacio­nales, como la Organizaci­ón Mundial de la Salud, y suavizar la relación con la Organizaci­ón del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), un trato que Trump calificó en un principio de injusto, y obligó a sus miembros a pagar cuantiosos montos ya que considerab­a que Estados Unidos estaba corriendo con el costo del mundo.

Unos minutos antes de iniciar la juramentac­ión, la nave Air Force One en la que viajaba el presidente saliente Trump, aterrizó en Palm Beach, Florida. En Washington, su leal vicepresid­ente Mike Pence y su esposa atendían sus últimas horas de mandato en la ceremonia atípica. “Volveremos pronto de alguna forma”, dijo Trump quien una noche antes indultó a 143 personas entre perdones y conmutació­n de sentencias.

Los últimos instantes como presidente se le vio montándose a un auto negro con rumbo a Mar-a-lago en la Florida, donde estableció su residencia.

Unos minutos después de esa escena, las cámaras apuntaban la entrada de la vicepresid­enta Kamala Harris al Capitolio, una mujer que hace historia, primero por ser la primera mujer que logra llegar a un cargo de esta naturaleza, y también por la mezcla ascendente que la caracteriz­a, afrodescen­diente, asiática y latina.

Hija de Shyamala Gopalan, quien migró a Estados Unidos, como millones otros que aspiraban alcanzar el sueño americano, y que a punta de mucho esfuerzo se convirtió en una científica y pionera en cáncer de mama por su propio mérito, recibió su doctorado el mismo año que la vicepresid­enta nació.

Harris abre la trocha para el resto de las mujeres que la miran como un ejemplo de vida y de carrera cumpliendo una de las frases que su madre le insistía: “Kamala, tú puedes ser la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de que no seas la última”.

La popular cantante Lady Gaga, ataviada con una chaqueta negra con un prendedor de paloma color dorado brillante y una falda roja de gran volumen, interpretó la letra del himno nacional con tono patriótico.

La primera latina que ha servido en la Corte Suprema de Justicia, Sonia Sotomayor, juramentó a Kamala Harris quien prometió guardar la Constituci­ón de Estados Unidos contra todo enemigo externo e interno.

A continuaci­ón, Jennifer López, quien ha apoyado la campaña demócrata, interpretó “América The Beautiful”, y durante la presentaci­ón exclamó emocionada en español: una nación indivisibl­e con libertad para todos.

El juez presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, John Roberts, hizo lo propio con Joe Biden, quien juramentó preservar, defender la Constituci­ón de Estados Unidos y ejercer fielmente su cargo como el presidente 46 de esa nación.

“Estados Unidos ha sido puesto a prueba, pero hoy celebramos el triunfo de una causa, de la democracia, la voluntad del pueblo ha sido escuchada. La democracia es frágil, pero ha prevalecid­o. Ahora en este sitio, donde hace unos días la violencia hizo sucumbir los cimientos de la democracia, nos unimos para presenciar la transición de poder, ponemos nuestra mirada en la nación que sabemos que podemos ser”, dijo Biden en sus primeras palabras.

“Hablar de unidad puede sonar como una fantasía, sé que nos dividen fuerzas profundas, pero nuestra historia nos ha enseñado que fuimos creados iguales uno a otro, la historia nunca se asegura, la Guerra Civil, el 911, han mostrado que debemos unirnos para superarlo. Podemos vernos no como adversario­s, sino como vecinos, unir las fuerzas y bajar la temperatur­a, porque sin unidad no hay paz ni progreso”, alentó Biden a sus conciudada­nos.

Enseguida manifestó que la política no tiene que ser un fuego que destruye todo a su paso, y que era necesario rechazar la cultura que alega que “los hechos se manipularo­n y se inventaron mentiras”.

Se apoyó en la historia del país como experienci­a para superar el divisionis­mo: “el Capitolio se culminó durante la guerra civil cuando aún había divisiones, donde Martín Luther King habló de su sueño. Hoy estamos juramentan­do a la primera mujer vicepresid­enta; no me digan que las cosas no pueden cambiar, estamos aquí días después de que la turba pensó que quería silenciar al pueblo, quería detener el trabajo de la democracia y hundir este sitio tan sagrado. No ocurrió y jamás ocurrirá”.

Luego añadió: Hay verdades y hay mentiras dichas para obtener el poder, hay deberes como ciudadanos que tienen ustedes para defender la Constituci­ón y derrotar las mentiras, en alusión a los alegatos de Trump, pero sin pronunciar su nombre.

Exhortó a tener fe y confiar en un futuro próspero: “podemos darnos la mano, ayudarnos unos a otros. Si lo hacemos, tendremos un país más próspero. Podemos estar en desacuerdo, pero nos necesitamo­s unos a otros, estamos entrando al momento más duro y mortal del virus, vamos a enfrentarl­o como una nación unida”.

Más adelante se concentró en una reflexión sobre la frágil democracia: “Es el momento de pruebas, nos encaramos a un ataque contra nuestra democracia, la falta de igualdad, el estigma del racismo, crisis, los desafíos profundos que encaramos de golpe. Hagamos la prueba y decir presente, hay tanto por hacer, les prometo que lo vamos a resolver. Controlar el momento difícil y dar a nuestros hijos un mejor mundo, y cuando lo logremos vamos a escribir una nueva historia”.

Apeló a la sanación, a rechazar la cultura que manipula y que fabrica hechos falsos, a solidariza­rse unos con otros sin distinción de colores azul o rojo, liberales o conservado­res.

Acompañado de los expresiden­tes del país, la ceremonia concluyó con la visita a la tumba del soldado desconocid­o en el cementerio de Arlington, como es costumbre en ese país.

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Andrew Harnick|efe
 ?? EFE ?? El presidente Joe Biden, y Kamala Harris, vicepresid­enta, acompañado­s de sus respectivo­s cónyuges.
EFE
EFE El presidente Joe Biden, y Kamala Harris, vicepresid­enta, acompañado­s de sus respectivo­s cónyuges. EFE
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A las 11:48 a.m. fue juramentad­o Joe Biden, el presidente número 46 de EE.UU.
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EFE
Joe Biden intentó llegar a la Presidenci­a en dos ocasiones. EFE

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