Adolescentes no están exentas de sufrir feminicidio
Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), denominado “Perfil de género de Panamá”, reveló la desigualdad que viven las mujeres, independientemente de la edad. “El abuso sexual a menores de edad constituye la expresión más cruel de la violencia de género”, advirtieron los expertos
Las mujeres, niñas y adolescentes en Panamá están en mayor situación de vulnerabilidad y desventaja en materia de violencia basada en género, empoderamiento económico, seguridad alimentaria, participación política y representatividad, concluye el nuevo “Perfil de género de Panamá” presentado este jueves 4 de marzo.
Sin embargo, uno de los datos más impactantes que desnuda el análisis está relacionado con el embarazo en adolescentes, cuyas cifras indican que “lejos de disminuir ha ido ligeramente subiendo”, alertó el gerente de programas de Unicef, Javier Córdoba, en la presentación del informe.
“Las niñas menores de 14 años representan más del 10% del porcentaje de embarazo adolescente en el país, pese a que en las leyes de Panamá esto está constituido como delito”, señaló Córdoba.
Se estima que entre 2014 y marzo de 2020 más 60 mil en niñas y adolescentes –entre 10 y 19 años de edad– quedaron embarazadas, según cifras del Ministerio de Salud (Minsa).
Los números son alarmantes y toman especial relevancia en estos momentos en que el país se encuentra envuelto en un escándalo por supuestos abusos y violaciones a menores acogidos en albergues.
“Estas niñas han sido víctimas de abuso sexual; por ello también podríamos concluir que el embarazo adolescente, especialmente en las niñas, constituye seguramente la expresión más clara y más cruel de la violencia basada en género”, alertó el representante de la Unicef sobre lo que concluye el informe.
Peor aún, subrayó, las niñas y adolescentes tampoco están exentas de ser víctimas de feminicidio. “Si bien la mayor cantidad de víctimas tienen entre 18 y 45 años en el país, en los últimos cinco años 18 niñas y adolescentes perdieron la vida a causa de la violencia doméstica y la violencia machista”, lamentó.
Otra brecha que se identificó es la desigualdad que persiste en las oportunidades de estudios en la etapa inicial de educación. “Si bien la matrícula a nivel de estudios secundarios y universitarios registra una mayor participación de las adolescentes y las mujeres, que de los varones, se nota una brecha en el ámbito de nivel preescolar”.
El estudio también explora los roles de las mujeres y los hombres dentro de la sociedad, que son los establecidos por los patrones sociales y culturales tradicionales.
En ese sentido, resaltó que “en el perfil se puede observar cómo las niñas se mantienen rezagadas dentro de los aprendizajes en las áreas de difícil acceso e indígenas, donde asumen ese rol de cuidado y de las tareas del hogar, mientras que los varones, durante los años que les correspondería asistir a la educación premedia y media, son incorporados antes de tiempo al mercado laboral como una forma de satisfacer las necesidades familiares”.