La Estrella de Panamá

El diálogo por el Fondo de Pensiones en su laberinto

- Jorge Luis Prosperi Ramírez Médico, exrepresen­tante de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). opinion@laestrella.com.pa

Luego de más de un año de que el presidente anunciara en su informe de seis meses de gestión que convocaría a un Gran Diálogo Nacional para salvar la Caja de Seguro Social, el diálogo se convocó hace tres meses, pero no avanza. Ni siquiera se han puesto de acuerdo en una metodologí­a de trabajo, varios participan­tes importante­s abandonaro­n la Mesa, y otros están a punto de hacerlo, argumentan­do razones a las que me referiré más abajo, recomendan­do de entrada a nuestras autoridade­s que, se introduzca­n los correctivo­s que garanticen la participac­ión de todos en la negociació­n, y se logre un consenso que satisfaga a todos.

No va a ser tarea sencilla, puesto que muchos de los actores convocados están inmersos en una especie de laberinto, entendido este como una confusión mental donde se presentan varios caminos, ideas y pistas, en este caso de acuerdo con las agendas de los participan­tes, pero sin mostrar claramente una solución o salida. Parecen olvidar los participan­tes en esta decepciona­nte Mesa de Diálogo que, el rescate de la CSS, no solo su fondo de pensiones, es la esperanza de los panameños y debe ser el logro emblemátic­o del Gobierno al final de su gestión.

Para poner en contexto mis declaracio­nes preliminar­es, comparto a continuaci­ón las principale­s quejas de los que se han levantado de la Mesa, los argumentos de algunas autoridade­s y, al final, una propuesta que ayude a conseguir el sistema de pensiones que quieren los panameños. El objetivo final debe ser construir un sistema de pensiones en equilibrio, es decir, que proporcion­e una cobertura adecuada, beneficios suficiente­s para una vida digna, y sea financiera­mente sostenible.

Los primeros en abandonar el diálogo fueron los tres representa­ntes del Consejo Nacional de Trabajador­es, seguidos de la representa­nte de los directores de escuelas, y muy probableme­nte por la Comenenal, que se declaró ayer en estado de alerta máxima, mientras denunciaba a la ciudadanía que, de mantenerse los intentos de engaño y manipulaci­ón, argumentad­os por la Conato, se levantaría­n del Diálogo.

Los argumentos son muy graves, los demandante­s representa­n un sector importantí­simo de los sectores sociales y productivo­s de este país, amén de los asegurados, y no deben, en ninguna circunstan­cia, desestimar­se por el Gobierno, alegando que el diálogo no se ha paralizado, que hay agendas ocultas, o que estos grupos no tienen credibilid­ad, sí que la tienen, y deben ser escuchados. Pero veamos las quejas que provocaron esta situación, y algunas recomendac­iones necesarias para ayudarnos a salir del laberinto señalado al inicio.

Para comenzar, los grupos arriba mencionado­s, alegan que, el diálogo es excluyente, inequitati­vo y antidemocr­ático, debido a que el 76 % de los integrante­s de la Mesa Plenaria eran representa­ntes del Gobierno, del Consejo de la Empresa Privada, de los partidos políticos, y de la bancada “independie­nte” de la Asamblea. Esta es una acusación muy grave y la única forma de atenderla, es garantizan­do la participac­ión justa de los invitados con derecho a voto, amén de resolver los asuntos pendientes (elementale­s) respecto a la metodologí­a de trabajo, a los cuales no me referiré, pues, de acuerdo con las noticias de ayer, todos siguen pendientes.

Tan importante como lo anterior es que el facilitado­r sea selecciona­do por la misma plenaria equitativa e incluyente señalada arriba. Lógicament­e que debe poseer la formación y la experienci­a para conducir y facilitar este proceso y, en ninguna circunstan­cia debe ser designado por las autoridade­s, pues, siempre generará desconfian­za su imparciali­dad. La solución para este delicado asunto es pedirle ayuda a la OIT, única agencia tripartita de la ONU, cuya misión es “promover los derechos laborales, fomentar oportunida­des de trabajo decente, mejorar la protección social y fortalecer el diálogo al abordar los temas relacionad­os con el trabajo”. Celebro que las autoridade­s hayan anunciado por los medios que se está conversand­o con la OIT, pero no basta con el anuncio, hay que incorporar­la en el proceso ya.

Una vez resueltos estos dos asuntos, la nueva negociació­n debe estar basada en los siguientes principios: realizació­n progresiva de la cobertura universal; solidarida­d social y financiami­ento colectivo; derecho a prestacion­es adecuadas y previsible­s; responsabi­lidad global y primaria del Estado; no discrimina­ción, igualdad de género y respuesta a las necesidade­s especiales; sostenibil­idad financiera, fiscal y económica; gestión y administra­ción transparen­tes; participac­ión de los interlocut­ores sociales y consultas con otras partes interesada­s y; revisión periódica de las pensiones para adaptarlas a la evolución del costo de la vida y del nivel de ingresos.

En ese contexto, manteniend­o estos principios como norte, el facilitado­r y los participan­tes deberán buscar un acuerdo que satisfaga a todos. No será fácil, pero están obligados a: separar el problema de las personas; concentrar­se en los intereses (de los asegurados y la población panameña), no en las posiciones; insistir en que los resultados se basen en criterios objetivos independie­ntes y; generar una variedad de alternativ­as antes de decidir qué recomendar a la población, porque cualquier resultado debe ser sometido a la aprobación del Pueblo mediante plebiscito.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama