La advertencia de ‘The Economist’ sobre Panamá
Por segunda vez, en menos de un año, el semanario The Economist expresa preocupación con respecto al deterioro de la gobernabilidad en Panamá y su impacto tanto social como económico. En un previo informe, publicado el 16 de julio 2020, alertaba del deterioro de la credibilidad del Gobierno, indicando que este necesitaba “restaurar rápidamente” la confianza pública en su administración, o corría el riesgo de que se den disturbios sociales.
Ahora advierte que esa pérdida de confianza y efectividad gubernamental, en medio de una creciente presión por medidas de corte populista, es malo para los negocios. El 17 de marzo del 2021, la Unidad de Inteligencia de The Economist publicó un informe titulado “Politics, populism and policy: operational risk in Latin America” (“Política electoral, populismo y política: riesgo operacional en Latinoamérica”), donde hace un análisis del creciente riesgo que el populismo y la pérdida de credibilidad de los Gobiernos representan para el clima empresarial y la inversión extranjera en la región. Panamá no sale bien parada.
Como contexto regional, el reporte señala que “quizás lo más significativo sean los cambios de política económica que se avecinan. … El riesgo político es alto mientras los votantes critican contra los Gobiernos y piden cambios de política, proporcionando espacio para que prosperen las propuestas populistas. …
Algunas tendencias principales parecen estar emergiendo en la mayoría de estas carreras: un claro aumento en el sentimiento antigubernamental, demandas de un mayor papel del Estado, y una preferencia creciente de soluciones populistas entre una proporción creciente de la población”.
Las demandas de cambio crean presión para aumentar el gasto gubernamental, presentando riesgo macroeconómico. Pero estas presiones fiscales también tendrán implicaciones para la política fiscal, el mercado laboral, la política, infraestructura y el entorno legal y regulatorio, todo lo cual sugiere riesgos significativos para el ambiente de negocios.
Si bien Panamá recibe buenas calificaciones en materia macroeconómica, financiera y capacidad de repago de deuda, la evaluación que hace el informe sobre gobernabilidad, populismo y riesgo para las inversiones en Panamá es preocupante. No hay manera de “dorar la píldora”. Según el prestigioso semanario, la pérdida de confianza y la inefectividad del Gobierno, en un entorno de presión populista, representan un grave riesgo para las inversiones en nuestro país. La advertencia es clara y directa.
Panamá ha sido un destino favorito para la Inversión Extranjera Directa (IED) en Latinoamérica, pero el deterioro sistemático de la gobernabilidad, aumento de la xenofobia y satanización de la iniciativa privada, tanto nacional como extranjera, comienzan a dañar la imagen que Panamá cultivó en la comunidad internacional durante los últimos 30 años.
Para la comunidad internacional, los señalamientos de The Economist sobre la inefectividad gubernamental para contrarrestar la presión populista se traducen en amenazas directas a la rentabilidad y seguridad jurídica de las inversiones en Panamá. Así de simple.
El Gobierno nacional viene desarrollando estrategias para atraer IED, como el Régimen de Sedes de Empresas Multinacionales (SEM), que en 15 años ha logrado inversiones por el orden de los $1100 millones, que han generado unos 7 mil empleos. De hecho, entre el 2020 y el primer trimestre del 2021 se han sumado 22 nuevas licencias, que han representado $20.4 millones.
Sin embargo, la mejor promoción para atraer (o espantar) IED es la experiencia de los inversionistas extranjeros que ya están aquí. Recientemente se han dado cuestionamientos a la seguridad jurídica de inversiones extranjeras en Panamá, asociadas al cambio de las reglas de juego para Minera Panamá, la mayor inversión extranjera en la historia del país ($6700 millones), la Ley 508 sobre Educación Virtual, y la salida de 4 generadoras del sistema eléctrico (280 MW menos de capacidad) por problemas de liquidez derivados de la Ley de Moratoria.
Independiente de los argumentos detrás de estos casos puntuales, es importante dialogar para buscar soluciones (no “culpables”) y contrarrestar la imagen de un país “hostil” hacia la IED.
La crisis económica, desempleo rampante, grave déficit fiscal y elevado endeudamiento del país, descapitalización del sector privado, la rebaja en la calificación del riesgo país por parte de las calificadoras y creciente polarización de la sociedad, hacen que las implicaciones del contenido del informe sean profundas.
Necesitamos inyectar $10 mil millones a la economía. Buscar culpables no inyectará ni $1 ni generará UN empleo. Quizás es hora de cambiar la retórica de los “extranjeros explotadores que se vienen a robar nuestras riquezas” a una de “los aliados que nos ayudan a vender Panamá como destino para las inversiones”.
La Opinión Gráfica