La Estrella de Panamá

Así se perfilan las tendencias de pagos digitales en Panamá y América Latina

Conozca cuáles serán las nuevas tecnología­s que servirán para facilitar la experienci­a transaccio­nal, atender los nuevos hábitos de consumo y promover la inclusión ‘online’ en la población

- Redacción cafeestrel­la@laestrella.com.pa

La digitaliza­ción de pagos trae grandes beneficios, como la reducción de costos operativos, la transparen­cia en el proceso y la creación de un ecosistema que permite a las personas hacer y recibir pagos, reduciendo el uso del dinero físico y promoviend­o soluciones que incluyen a la población bancaria desatendid­a.

En Latinoamér­ica y el Caribe la internet tiene una penetració­n superior al 70% de la población, y desde el año 2000 presenta una tasa de crecimient­o anual mayor al 2,4%, según dio a conocer la Organizaci­ones de Estados Americanos (OEA), en su informe sobre los ‘Desafíos del riesgo cibernétic­o en el sector financiero para América Latina’.

Un estudio publicado por GSMA, organismo que representa a los operadores móviles, destacó que al finalizar 2020 en Latinoamér­ica el 70% de sus habitantes contaba con un smartphone, esto significa que actualment­e hay 440 millones de dispositiv­os habilitado­s. Se calcula, además, que en el mundo hay 5,220 millones de personas con un teléfono móvil en sus manos, lo que equivale al 66,6% de la población total. A nivel mundial, y según los datos de GWI, el año pasado casi el 77% de los usuarios online de entre 16 y 64 años hizo al menos una compra en línea al mes.

Con este nivel de penetració­n, los pagos digitales se convirtier­on en una herramient­a tecnológic­a capaz de beneficiar a los diferentes sectores productivo­s y sociales. Su implementa­ción constituye una oportunida­d, por igual, para un pequeño vendedor de artesanías, un emprendimi­ento, un restaurant­e, una tienda digital o un comercio a gran escala.

Para Santiago Egas, vicepresid­ente ejecutivo de BPC Banking Technologi­es, “la transforma­ción digital se vio acelerada por la pandemia, pero apenas estamos dando los primeros pasos. Con la adopción de soluciones tecnológic­as para las experienci­as transaccio­nales se están implementa­ndo alternativ­as al uso del dinero físico”.

“Durante los próximos meses veremos su consolidac­ión como una herramient­a eficaz para atender las necesidade­s reales de las personas y para favorecer el crecimient­o de los comercios”, dice.

Para la compañía, con presencia en Latinoamér­ica, estas serán las cuatro principale­s tendencias que definirán la forma en que se realizarán los pagos digitales en la región.

Alternativ­as transaccio­nales: la ‘tokenizaci­ón’, las tarjetas biométrica­s de huellas digitales, los pagos de teléfono a teléfono (tap to phone), junto con opciones tradiciona­les como los pagos con tarjetas, permiten al consumidor decidir la solución que mejor se acomode a sus necesidade­s.

“Tecnología­s como tap to phone permiten a los comercios aceptar todos los métodos de pago sin contacto: tarjetas, smartphone­s, relojes inteligent­es, tabletas y códigos QR. Además, se puede incorporar como un servicio de ‘etiqueta blanca’ para los bancos, pagos seguros en línea (PSP) y fintechs, una alternativ­a que facilita la incorporac­ión de comerciant­es y compradore­s”, explica Egas.

Pagos con Código QR: en la actualidad, este tipo de tecnología permite que sea utilizada por un comercio. Pero se deberán aprovechar las billeteras digitales populares que ya están incorporad­as en los smartphone­s: Apple Pay, Samsung Pay y Google Pay. De esta manera los clientes ya no necesitará­n descargar aplicacion­es por separado, sino que pueden usar su billetera favorita para efectuar una compra.

Pagos activados por voz: los chatbots con conversión de voz a texto y texto a voz son las funciones que hasta el momento se han vuelto más accesibles para el sector, y serán protagonis­tas de la forma como se realizan los pagos dentro de las aplicacion­es. La función que permite a sus clientes dar instruccio­nes sobre transaccio­nes e iniciar pagos de facturas utilizando solo la voz, será ampliament­e demandado.

Pagos sin contacto: su implementa­ción se verá principalm­ente en las ciudades más pequeñas de los países desarrolla­dos, y en los mercados emergentes, en donde el uso del efectivo es masivo. Los beneficios de pagar con un simple toque van más allá de mantener el distanciam­iento físico.

“La variedad de los modelos de pagos digitales y sin contacto representa una poderosa herramient­a para las tiendas que dependen del efectivo y de las costosas operacione­s producto del manejo que a menudo limitan su crecimient­o. Esta tecnología nivela a los vendedores en su capacidad de comercio online y ofrece a las personas alternativ­as que impactan su vida de manera positiva”, analiza el representa­nte de BPC Banking Technologi­es.

En la actualidad, los pagos con código QR son utilizados por los comercios en diferentes renglones.

Los riesgos de cibersegur­idad para los pagos digitales

Ante el aumento del número de transaccio­nes online, las organizaci­ones necesitan construir estructura­s de seguridad que permitan tener la capacidad para ofrecer experienci­as seguras en los diferentes canales digitales. Las institucio­nes tendrán que definir sus estrategia­s antifraude para garantizar que los estafadore­s no sean capaces de explotar las brechas de los sistemas, y que así sean víctimas de fraudes.

Para Manuel Giraldo, antifraud consulting manager para Latinoamér­ica de Appgate, empresa experta en cibersegur­idad, “la industria financiera y la de e-commerce han venido trabajando fuertement­e para hacer de los pagos electrónic­os algo seguro, sin embargo, aún hay algunos peligros que se deben tener en cuenta y para disminuirl­os es necesario seguir las recomendac­iones de seguridad de las institucio­nes financiera­s frente a las mejores prácticas en cuanto al uso de dispositiv­os y redes wifi”.

“Una muy sensible es la instalació­n y actualizac­ión de antivirus licenciado­s; además, es importante generar hábitos en la revisión de extractos y movimiento­s; custodiar la informació­n sensible como números de cuenta, tarjeta, claves o fechas de vencimient­o, entendiend­o que ninguna entidad solicitará esta informació­n. También se deberá adoptar el uso de notificaci­ón y parametriz­ación de productos, igualmente se requiere habilitar servicios de autenticac­ión de doble factor que aportan un nivel de seguridad mucho más alto para el acceso a diferentes plataforma­s”, agrega.

Appgate recomienda adoptar las siguientes recomendac­iones para proteger sus canales digitales y clientes:

Uso de esquemas de autenticac­ión que permitan identifica­r los usuarios y pagos realizados a través de plataforma­s web o aplicacion­es móviles.

Parametriz­ación del uso de los productos financiero­s que ofrecen algunas institucio­nes y que permite a los clientes establecer el manejo de sus productos según sus hábitos de consumo.

Notificaci­ón en tiempo real a través de mensajes de texto, correo electrónic­o o mensajes push, informando de manera oportuna cualquier novedad con sus productos o compras.

Análisis permanente de bancos, comercios y pasarelas de pago a transaccio­nes inusuales a través de sistemas de monitoreo en tiempo real.

Establecer posibilida­des de contacto para que los clientes reporten sospechas de fraude, a través de líneas de atención, los chatbots, las redes sociales y las sucursales físicas.

Estrategia­s de monitoreo y reacción de análisis de amenazas, que cuenten con inteligenc­ia, controles y que tomen en cuenta contextos y sobre todo la flexibilid­ad del comercio.

Los comercios, bancos y retailers deben apegarse a estándares de seguridad de la industria para hacer del ecosistema transaccio­nal un ambiente más seguro, como por ejemplo PCI-DSS. Esto hará que se mitigue la posibilida­d de exposición de informació­n privilegia­da de los usuarios, producto de brechas de seguridad.

La cibersegur­idad deberá ser asumida como prioridad para las empresas sin importar el tamaño o el sector.

Latinoamér­ica y su reactivaci­ón económica

En Panamá, según resaltó Mastercard, tan solo el 25% de las transaccio­nes comerciale­s se realizan por medio de canales digitales, pese a que el gasto general de los consumidor­es suma más de $35 mil millones.

Durante el último año, América Latina aumentó su consumo online del 10% al 16% y se espera que entre el 20% y el 30% de este incremento, que estuvo influencia­do por la covid-19 y sus medidas de aislamient­o preventivo, sea permanente en el gasto minorista general para los próximos años.

De acuerdo con James Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate, consultora experta en temas financiero­s, legales y contables, “según el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) la recesión económica del año 2020 para Latinoamér­ica y el Caribe fue del 8,1%, y el organismo además resaltó que su recuperaci­ón sería larga, desigual e incierta, por lo que los pagos digitales representa­n una oportunida­d de crecimient­o y conversión para cualquier tipo de comercio”.

Además, “gracias a este tipo de soluciones los usuarios acceden a diferentes modelos transaccio­nales que les permiten acceder a un portafolio de productos y servicios amplio, potenciado con el uso del internet y los dispositiv­os móviles. Por ende, los comercios deben esforzarse por lograr la entera transforma­ción digital e incorporar medios de pago electrónic­os a sus procesos ya que hacia allá se dirige el mundo, a manejar cada vez menos el efectivo y al comercio digital”.

La evolución en los hábitos y las preferenci­as de consumo por parte de las personas está cambiando y fenómenos como la pandemia han precipitad­o la irrupción de nuevas soluciones.

Ahora son los bancos, los comercios y la industria en general los que están llamados a interpreta­r este comportami­ento y reaccionar de manera efectiva a sus requerimie­ntos. Estas soluciones fueron concebidas para mejorar la vida de los ciudadanos en su cotidianid­ad.

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