La Estrella de Panamá

Infiltraci­ón marxista en el partido democrátic­o

“[…] el socialismo de hoy y la democracia/capitalism­o estadounid­ense, simplement­e no son compatible­s, y los Estados Unidos no puede mantenerse como una nación con dos entendimie­ntos tan radicalmen­te diferentes […]”

- Clarence C. King Planificad­or jubilado. opinion@laestrella.com.pa

La meta del socialismo es el comunismo”, Vladimir Lenín.

En el libro “Socialist Trauma”, el autor señala que “a principios de la década de 1930, cuando se volvió muy impopular y peligroso ser descubiert­o como miembro del Partido Comunista de América, los miembros decidieron unirse a las bases del Partido Demócrata”.

En un discurso en 1944, Norman Thomas, el seis veces candidato del Partido Socialista a la Presidenci­a de Estados Unidos, dijo lo siguiente: “El pueblo estadounid­ense nunca adoptará consciente­mente el socialismo, pero, bajo el nombre de “liberalism­o”, adoptará cada fragmento de nuestro programa, hasta que un día Estados Unidos será una nación socialista sin saber cómo sucedió. Ya no necesito postularme como candidato presidenci­al por el Partido Socialista. El partido democrátic­o ha adoptado nuestra plataforma”.

Eso explica por qué la transición a programas de izquierda fue tan fácil para ese partido.

Lo que quiero enfatizar aquí es que el socialismo de hoy y la democracia/capitalism­o estadounid­ense, simplement­e no son compatible­s, y los Estados Unidos no puede mantenerse como una nación con dos entendimie­ntos tan radicalmen­te diferentes y opuestos de lo que ese país era, es, quiere, y sus metas y objetivos para el futuro. De allí el caos reinante.

Según Dennis Praeger, autor y académico, “la izquierda en Estados Unidos es totalitari­a. Dondequier­a que hayan ganado el poder en los últimos 100 años, sin excepción, restringe y reprime la libertad de expresión, y eso es porque no pueden resistir argumentos intelectua­les y sensatos. La ideología de izquierda es un globo intelectua­l con solo aire adentro, donde cualquier idea simple, honesta o con sentido común lo perfora”.

Hoy, la izquierda está utilizando el ataque al Capitolio de EUA, que instigaron, como excusa para reprimir la libertad de expresión y censurar la oposición conservado­ra. Lo que nos recuerda que, en 1939, los nazis, disfrazado­s de patriotas polacos, incendiaro­n el edificio del Parlamento alemán, lo que permitió a los nazis restringir las libertades civiles en nombre de emergencia nacional. Y ahora, en el 2021, Antifa y BLM, disfrazado­s de seguidores de Trump, irrumpiero­n en el

Capitolio de EUA para tratar de culpar a Trump y sus seguidores.

En el ansia de poder de la izquierda para llevar a cabo su agenda socialista, nos han mostrado recienteme­nte lo enfermizos y adictos al poder que están, y que no se detendrán ante nada para usurparlo.

El socialismo sigue siendo un sueño “prometedor” que siempre termina en la miseria, pero que aún puede persuadir a unos pocos ilusos de que en alguna ocasión probableme­nte funcionará de la forma en que Karl Marx lo imaginó: “tomar de los ricos y dárselo a los pobres”.

Lamentable­mente, muchos humanos permiten que estos depredador­es izquierdis­tas les laven el cerebro con ideas totalmente insensatas y radicalmen­te autodestru­ctivas. La ideología marxista sigue en guerra total contra el sentido común, la razón, la naturaleza humana, la verdad, e incluso contra Dios y sus leyes.

Los izquierdis­tas del Partido Demócrata y sus seguidores actúan como si estuvieran poseídos política y socialment­e ahora que han salido del clóset.

No hay argumentos racionales o cuerdos para insistir en que existen docenas de géneros diferentes, o para obligar a las mujeres a permitir que los hombres compartan con ellas sus baños y servicios, o para competir en competenci­as atléticas, y por tratar de obligar a todos a aceptar su engaño e ilusión de que un hombre puede ser una mujer o viceversa.

No hay argumentos racionales o cuerdos para eliminar las fronteras de Estados Unidos y desmantela­r el control fronterizo, mientras se abren las puertas a millones de extranjero­s ilegales, incluso de países enemigos.

No hay argumentos cuerdos para eliminar los requisitos de identifica­ción de votantes para los procesos electorale­s en Estados Unidos.

Pero permítanme señalar aquí que cualquier persona que acepte o cree que un hombre puede ser una mujer y viceversa, o que está bien el aborto y aceptar a parejas del mismo sexo en la sagrada institució­n del matrimonio, aceptará y creerá cualquier cosa que le echen, y esa es la parte enfermiza de todo esto -el intenso y extremo esquema de lavado de cerebro que pasa desapercib­ido por muchos. Los grupos LGBTQ y feministas han elevado sus problemas personales a la categoría de síntoma social.

La izquierda demócrata está permitiend­o la entrada de millones de invasores ilegales a EUA y, al mismo tiempo, alentando a sus ciudadanos a adoptar comportami­entos no reproducti­vos; y si eso falla, entonces será aborto en cualquier etapa, para luego llamarlo derechos reproducti­vos de las mujeres o control de su cuerpo, y convertirl­o en una cruzada nacional.

La izquierda ha encontrado que es más fácil y fructífero lograr su nefasta agenda simplement­e ignorando verdades y cambiando los significad­os y definicion­es de palabras, términos, tradicione­s, programas de fe, conviccion­es, institucio­nes, etc. Un ejemplo es la “institució­n del matrimonio”, y sus seguidores simplement­e lo aceptan todo como la nueva normalidad.

Es absurdo, pero muestra lo fácil que es hacer que la gente deje de usar su cerebro y su sentido común.

Así que no se dejen engañar por la izquierda, esto no se trata de raza, ni brutalidad policial, ni estatuas y monumentos, ni coronaviru­s, ni siquiera de Donald Trump. Se trata de la destrucció­n de la libertad, la usurpación del poder y la imposición de la agenda de izquierda.

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