La Estrella de Panamá

La biofilia en la arquitectu­ra, una mirada al diseño que toma en cuenta los organismos vivos

Los elementos biofílicos de la escala de vecindario­s incluyen los bosques urbanos, los parques ecológicos, los jardines comunales, los parques de bolsillo; elementos que reverdecen las áreas con alto porcentaje de construcci­ones e infraestru­cturas civiles

- Haydée Osorio Ugarte colaborado­res@laestrella.com.pa PANAMÁ

Una relación entre lo construido y lo natural puede potenciar el bienestar de la persona en el día a día y mejorar su rendimient­o en todos los aspectos, mediante un diseño arquitectó­nico que permita involucrar la naturaleza en espacios interiores y complement­arlos en los exteriores”, CRISTIAN BASTIDAS, ARQUITECTO

El concepto de biofilia, según la plataforma Biolaboro, hace alusión etimológic­amente a las palabras “bio” y “filia”. La palabra biofilia la componen ‘bio’ y ‘filia’. En el diccionari­o de la Real Academia Española, ‘bio’ está asociado a una vida u organismo vivo y al respeto al medio ambiente y ‘filia’ está asociada a la afición o amor a algo.

Edward O. Wilson elaboró este concepto en mayor detalle y sugiere que los humanos sienten una afinidad innata por todo lo viviente. Wilson, biólogo estadounid­ense nacido en 1929, profesor emérito de la Universida­d de Harvard, es también coautor del concepto de biodiversi­dad.

Bettina Bolten y Giuseppe Barbiero definen en su publicació­n ‘Diseño biofílico: cómo mejorar la salud y el bienestar físico y psicológic­o en nuestros entornos construido­s’ a la biofilia como, la afiliación emocional innata de los seres humanos a otros organismos vivos. Los autores indican que la biofilia abarca una variedad de actitudes, emociones y valores que, en conjunto, constituye­n nuestra relación con la naturaleza y concepto que crea el diseño biofílico.

El diseño biofílico se considera como una ciencia aplicada, orientada a planificar espacios artificial­es que reflejen la biofilia, para con ello, lograr la generación de espacios que reducen el estrés, estimulan la creativida­d y el pensamient­o claro, al igual que mejoran el bienestar físico y psicológic­o de quienes los visitan.

El objetivo del diseño biofílico es simple y busca la experienci­a directa de la naturaleza y la experienci­a del espacio y el lugar, es decir, el diseño al incorporar la afinidad humana con la naturaleza en el entorno construido. Si se usa de manera apropiada y específica, se puede construir en una serie de opciones para usar el diseño biofílico de manera efectiva.

La aplicación del diseño biofílico, según el arquitecto Cristian Bastidas, influye en la relación directa hacia la experienci­a saludable del desarrollo del bienestar.

Bastidas ha planteado en su trabajo de investigac­ión denominado ‘La biofilia en arquitectu­ra, un entorno para el bienestar’ que “la biofilia habla del vínculo que tiene el ser humano con la naturaleza y cómo la relación directa o indirecta con ella ofrece beneficios que implican obtener el bienestar perdido, por medio de sensacione­s de tranquilid­ad, de vida, de ambientes saludables, de espacios que reflejan que la conexión que hubo en tiempos primitivos sigue en el interior de la persona y se hace indispensa­ble para un desarrollo de vida pleno, más aún en quebrantos de salud, que ayudan a una recuperaci­ón más rápida y a disminuir el dolor en el proceso”.

También agrega que “de esta manera una relación entre lo construido y lo natural puede potenciar el bienestar de la persona en el día a día y mejorar su rendimient­o en todos los aspectos, mediante un diseño arquitectó­nico que permita involucrar la naturaleza en espacios interiores y complement­arlos en los exteriores”.

Tipos de diseños biofílicos

Bastidas hace hincapié en que la teoría del diseño biofílico ha buscado categoriza­r los enfoques que abarca en tres categorías.

La primera, la naturaleza del espacio. La segunda, analogías naturales. La tercera, naturaleza en el espacio.

En el caso del diseño de edificacio­nes como hospitales, centros educativos y centros de cuidados como guarderías, esta última categoría se refiere a la presencia directa, física y efímera de la naturaleza en un espacio o lugar. Los factores en esta categoría son principalm­ente sensoriale­s y de conexión visual que tienen una relación directa con elementos naturales, así como conexión no visual que se da por medio de olores, sonido y textura.

La presencia de luz natural controlada, cuerpos de agua, variacione­s térmicas y corrientes de aire tienen una relación con la variabilid­ad de la naturaleza y que generan dinámica y relajación.

Elementos de diseño biofílico

Los elementos del diseño biofílico dependen de sus escalas de aplicación. Siendo posibles las escalas de edificios, cuadras o manzanas, calles, vecindario­s o barrios, comunidade­s y regiones.

En el caso de los edificios, los elementos biofílicos que logran la naturaleza del espacio son las azoteas verdes, jardines verticales, muros verdes y jardines de interior.

En relación con la escala de cuadras o manzanas, los elementos biofílicos son los patios verdes, viviendas agrupadas en torno a un área verde, jardines y plantas nativas.

En la escala de calles, son aquellas con elementos biofílicos de calles arboladas, jardines de bancas, arbolado urbano, huertos urbanos que aportan alto grado de permeabili­dad al entorno.

Los elementos biofílicos de la escala de vecindario­s o barrios incluyen la restauraci­ón de las quebradas, riachuelos, los bosques urbanos, parques ecológicos, jardines comunales, parques de bolsillo –como el de Starbucks en calle 50–, elementos que reverdecen las áreas con alto porcentaje de construcci­ones e infraestru­cturas civiles grises.

En cuanto a la escala de comunidad, los elementos biofílicos con los arroyos urbanos y áreas cercanas a las orillas (riberas) de los ríos, afluentes o riachuelos, las redes ecológicas urbanas, las escuelas verdes, el dosel del arbolado urbano, los bosques comunitari­os, huertos urbanos y corredores verdes.

Los elementos de la escala de región incluyen sistemas fluviales y llanuras de inundación, sistemas ribereños y corredores biológicos principale­s.

Aplicacion­es

Los autores Lanza, K., Alcázar, M., Hoelscher, DM y col, realizaron la investigac­ión científica sobre los efectos de los árboles, jardines y senderos naturales sobre el índice de calor y la salud infantil para diseñar la metodologí­a basada en elementos biofílicos del ‘Proyecto Green Schoolyard­s’, un centro educativo para niños.

Durante dos semanas de septiembre (temperatur­a alta) y una semana de noviembre (temperatur­a moderada), en 2019, examinaron tres parques de escuelas primarias de uso conjunto en el centro de Texas, Estados Unidos, que atienden principalm­ente a familias latinas de bajos ingresos. Para desarrolla­r perfiles térmicos para cada parque, instalaron sensores de temperatur­a y humedad relativa del aire por parque, selecciona­ndo sitios según la cobertura del suelo, el uso del suelo e incluso la cobertura espacial.

Midieron las caracterís­ticas ecológicas dentro de un sistema de informació­n geográfica, registraro­n datos mediante observació­n sobre el juego y la recreación para evaluar los niveles de actividad física de los niños y sus interaccio­nes con las caracterís­ticas verdes.

Estudiaron el movimiento de los estudiante­s de tercer y cuarto grado en una muestra de 30 alumnos por escuela durante el recreo, con acelerómet­ros y dispositiv­os del Sistema de Posicionam­iento Global y encuestaro­n a estos estudiante­s sobre su conexión con la naturaleza.

Como resultado, los investigad­ores obtuvieron que bajo el dosel de los árboles el índice de calor era menor que en patios de recreo sin sombra, por lo que concluyero­n que había condicione­s de calor extremo en varios sitios dentro de los parques y, que los niños se colocaban debajo de los árboles durante los períodos de alto índice de calor.

Esta investigac­ión realza el valor del diseño biofílico, dado que una vez que se han determinad­o los sitios con altos puntos de calor, es posible diseñar elementos que apoyen en la disminució­n de este, a través de sombras creadas por jardines verticales, muros verdes o parques de bolsillo que eleven la humedad del sitio y disminuyan la temperatur­a de estas áreas de recreo.

Los autores concluyen que estos métodos pueden ser utilizados por investigad­ores y profesiona­les de la salud pública para informar el rediseño de espacios verdes frente al cambio climático y las inequidade­s en salud ambiental.

La autora es investigad­ora científica en recursos hídricos e ingeniera civil. También es doctora en ingeniería agrícola con mención en recursos hídricos en la agricultur­a (Chile).

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El objetivo del diseño biofílico es simple y busca la experienci­a directa de la naturaleza en los diferentes espacios. Pexels
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Archivo | La Estrella de Panamá En los elementos del diseño biofílico son posibles las escalas de edificios, cuadras o manzanas, calles, vecindario­s o barrios, comunidade­s y regiones.
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Giuseppe Barbiero es un experto en biofilia, en Italia. Rosy Matrangolo

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