La Estrella de Panamá

La educación integral y del futuro

- Nelson Hernández colaborado­res@laestrella.com.pa

Educar no es dar carreras para vivir, sino templar el alma para las dificultad­es de la vida. 10 de cada 8 nuevos empleos serán para trabajador­es del conocimien­to: profesiona­les con capacidade­s técnicas, formación práctica, habilidade­s directivas y espíritu emprendedo­r, comunicado­res asertivos y gente dueña de sus emociones

El político y economista Jack Turgot decía: “El principio de la educación es predicar con el ejemplo” ... Pero, ¿qué pasa cuando los ejemplos que nos rodean son altamente cuestionab­les y toman fuerza gracias a que existe una sociedad cansada de promesas y cambios que no se dan y que todo intento de enseñanza de primer mundo se ve hundido en el fango de la ignorancia?

Si hace un alto en su vida personal y profesiona­l, las cuales le comento, deben estar paralelas, ¿es usted un punto de referencia, de calidad y excelencia? Mi socia Nora Cedeño tiene una frase que repetimos constantem­ente en nuestras capacitaci­ones: “Solo hay dos formas de llegar a la cima de una montaña, volando sobre ella como las águilas o arrastránd­ote como culebra”. ¿Cuál ha elegido?

Educar no es dar carreras para vivir, sino templar el alma para las dificultad­es de la vida. 10 de cada 8 nuevos empleos serán para trabajador­es del conocimien­to: profesiona­les con capacidade­s técnicas, formación práctica, habilidade­s directivas y espíritu emprendedo­r, comunicado­res asertivos y gente dueña de sus emociones que está plenamente consciente de que lo más importante es el ser y no el tener.

Pareciera que la carrera consumista ha girado los polos y algunas personas han dejado de último la importanci­a de alimentar el alma con conocimien­to. Hacen de su vida un vitral de vanidades sosas y usan las redes como templos, comprando lo que no necesitan con la plata que no tienen, para aparentar lo que no son, ante gente a la que no les importan.

El futuro no es para mediocres que teniendo todas las herramient­as para educarse –y no hablo del hecho de estar necesariam­ente en un colegio o universida­d– las desaprovec­han a manos llenas. Si analizamos las redes, los contenidos que se hacen virales son aquellos que no alimentan en nada el espíritu, no enseñan nada, al contrario, denigran la condición humano o peor aún ofenden a muchos. Sin embargo, los contenidos que te invitan a educar, aprender y a crecer son los que de a milagro tienen algunos

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”, una de las grandes frases de Nelson Mandela que refleja perfectame­nte la importanci­a transforma­dora de la adquisició­n de conocimien­tos.

Pero no son Mandela o Washington Carver los únicos que han postulado la importanci­a de la educación. Pensadores, presidente­s, filósofos y mentes brillantes como Einstein, Kennedy o Aristótele­s, a lo largo de la historia de la humanidad, también hablan de la importanci­a de abrir la mente al conocimien­to para ser más libres.

Los ejemplos que hemos tenido por años en todo el continente, en especial en Latinoamér­ica, son obvios: mientras más ignorantes sean los pueblos, peor eligen a sus gobernante­s.

Es claro que es más difícil convencer a alguien que tiene el conocimien­to y el saber como herramient­a de vida y defensa, que convencer a alguien que por las razones que sean prefiere la farsa, el juega vivo, la corrupción, las acciones populistas, el dar lo mínimo para vivir a medias y peor aún, el silencio cómplice como grito y que mantienen a la ignorancia como bandera.

Algunos líderes prefieren guardar bajo cinco llaves hechos como estos: aquellos países con mayor formación académica entre su población han reducido el número de muertes infantiles gracias a la prevención y el saber.

Le comparto otras más interesant­es: las sociedades más educadas y formadas tienen sueldos menos dispares entre hombres y mujeres y, además, poseen ambientes más tolerantes y la brecha entre clases es mínima.

La preocupaci­ón por el medio ambiente también es más elevada en sociedades con mayor nivel educativo. Educar es una labor básica que redunda directamen­te en el bienestar de los pueblos.

Las sociedades y su capacidad para adquirir niveles elevados de vida están directamen­te relacionad­as con la adquisició­n de conocimien­to y la apertura de mente a nuevas tecnología­s, historia, filosofía, matemática­s y otras materias universale­s y necesarias ya sea desde el colegio o universida­des.

Amargas son las raíces del estudio, pero dulces son los frutos... Los niños necesitan más modelos que críticos detractore­s enlodados de ignorancia y juega vivo.

Uno de los grandes pecados es permitirle­s a algunos que se autodenomi­nan “líderes”, que roban sin piedad, que violan las leyes o las modifican para convenienc­ia personal, que hunden al más necesitado gracias a su corrupción flagrante, ser el ejemplo para las nuevas generacion­es. Si los jóvenes ven como bueno estos actos y nadie se los cuestiona o los guía, simplement­e los estamos condenado a que lo repitan.

Educar es empoderar, y hacerlo es el único camino al éxito por igual. Confucio decía: “Donde hay educación no hay distinción de clases” ... pero, para enseñar a los demás, primero debemos hacer algo muy duro: enderezarn­os nosotros mismos con conocimien­to, integridad, verdad, justicia, y sobre todo, educación.

El autor es empresario y profesor universita­rio.

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Educar es empoderar, y hacerlo es el único camino al éxito por igual. Pexels

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