El coronavirus no es el culpable de la debacle que sufrimos en Panamá
Es común que en los casos de acoso sexual la mujer lleve las de perder, por ello pocas se atreven a hacer frente y a decir ¡basta! Actualmente una capitana del Senan lucha porque su voz sea escuchada. Ella, la víctima, ha sido discriminada. El acusado est
Hubo indignación general entre los defensores de los derechos humanos cuando nos enteramos que el capitán Raúl Cruz estaba en la lista preliminar para ser ascendido a mayor de la Senan, porque este capitán está acusado de acosar sexualmente a la capitana Vallarino desde 2019. El 21 de marzo de 2020 llegó a acosarla en pleno vuelo, por lo que el 27 de julio de 2020 la capitana se vio obligada a interponer una querella penal en su contra ante el Ministerio Público. En represalia, el director anterior del Senan, Nonato López, ordenó que la inhabilitaran para volar. A pesar de esta acusación, el 2 de marzo de 2021 la comisión evaluadora incluye al capitán Raúl Cruz como candidato a ascenso al rango de mayor en la lista preliminar que aparece en la Gaceta Oficial.
Este caso ha trascendido a nivel internacional. El Departamento de Estado de Estados Unidos lo menciona en su informe 2020 sobre los derechos humanos en Panamá. Según la versión en inglés del informe, al hombre acusado se le transfirió a otro departamento, mientras que a la acusadora la despojaron de todas sus funciones y la dejaron sin escritorio y sentada en una esquina. A las mujeres piloto solo les permiten volar como copilotos, mientras que a hombres con menos horas de vuelo se les permite volar como pilotos principales, sin restricciones. El informe incluso menciona que los servicios de las mujeres estaban bajo llave, y ellas tenían que pedir una llave para utilizarlos, mientras que los baños de los hombres permanecían abiertos en todo momento.
Esto demuestra la importancia que tiene el delito de acoso sexual a nivel internacional, porque interrumpe la vida, la carrera y los sueños de cualquier mujer (aunque en mi opinión ese país no tiene autoridad moral para criticar a ningún otro país en el tema de derechos humanos, después de haber escenificado tantas violaciones a los derechos humanos durante el mandato del presidente Trump).
La capitana ha sido víctima de discriminación por parte de los oficiales hombres, en clásica reacción machista, quienes la han desprestigiado, acusado de ser “problemática” y se han encerrado en el Código del Silencio, negándose a dar información e intimidando a testigos que puedan favorecerla. Adicionalmente, se ha interpuesto un proceso administrativo en su contra.
El hecho de haber incluido al capitán Cruz en la lista preliminar de ascensos es una burla a la norma, que requiere que los candidatos a ascenso tengan moralidad y gocen de credibilidad en el servicio. Solo un manejo político, fuerzas e intereses ocultos explican esta inclusión de un oficial acusado de acoso en esta lista preliminar. El clásico acosador sexual normalmente es de una impulsividad irrefrenable, por lo que seguramente ha habido otras víctimas caídas por el camino. Con la nueva administración del Senan se ha logrado convencer a varios testigos de que declaren.
El caso está en manos de la fiscal Carla González, de la Fiscalía Regional de La Chorrera del Ministerio Público, a la que el abogado querellante ha pedido que separe al capitán del cargo por seis meses, para evitar que desaparezcan rastros del delito. A pesar de que el Ministerio Público está congestionado, aparentemente hay pruebas suficientes para convencer a los fiscales de la teoría del caso. Sobre todo se deben tomar en cuenta los riesgos procesales si no se separa del cargo al supuesto acosador durante la fase de instrucción, a saber, destrucción de pruebas, atentado contra la integridad de la víctima y el peligro que esto representa para la misma institución.
Este es un caso simbólico de una guerrera contestataria que se atrevió a decir “¡Basta!”, como Marwa Elselehdar, la primera mujer capitana de Egipto, a quien culparon de bloquear el canal de Suez, cuando en el momento del accidente estaba trabajando como primera oficial al mando del carguero Aida IV, a cientos de kilómetros de distancia. Twitter y Facebook se llenaron de mensajes que combinaban la mofa, la crítica y el machismo, además de perfiles falsos que suplantaron su identidad para difundir los rumores.
Nuestra contestataria, al igual que Elselehdar, seguramente tuvo que hacer un gran esfuerzo por abrirse camino como la única mujer en un sector dominado por hombres, superando todas las pruebas de admisión y enfrentando dificultades creadas por el machismo de sus superiores y sus compañeros. Exhortamos al Ministerio Público a que luche por que se haga justicia en este emblemático caso, para disuadir, en el futuro, a que se continúe perpetrando este delito.
La autora es abogada, escritora y defensora de derechos humanos.
Nuestra contestataria, al igual que Elselehdar, seguramente tuvo que hacer un gran esfuerzo por abrirse camino como la única mujer en un sector dominado por hombres, superando todas las pruebas de admisión y enfrentando dificultades creadas por el machismo de sus superiores y sus compañeros”