Una sola pieza es la Ley Suprema: la Constitución
En una sociedad contemporánea -siglo XXI-, en donde se ha tenido en el período republicano cuatro (4) diferentes constituciones, esta vez, deberíamos adoptar con la quinta, nueva estructura. De manera que el esquema de cinco (5) poderes en la nueva constitución: 1º.- El Estado Panameño y el Ciudadano; 2º.- Órgano Electoral; 3º.- Órgano Legislativo; 4º.- Órgano Ejecutivo; 5º. Órgano Judicial; y, 6º.- Disposiciones Varias (finales y transitorias). En vista de que los presuntuosos diputados o legisladores, según sea el caso, pierdan la vanidad. ¿Por qué?
Porque pierden la jactancia de ser el primer órgano del Estado. Estos quedarán en el tercer lugar. Obsérvelos cuando actúan en el recinto o salones de comisiones, hecho: se expresan “¿qué hay pa' mí?”, como si el presupuesto fuese una paella. Y otras vanilocuencias, tales como: “Somos humanos y nos equivocamos”.
Con el nuevo esquema, el Estado panameño y los ciudadanos serán los primeros, y estos alabanciosos serán los terceros. Entonces comenzarán a entender la palabra “respetar”. El respeto, la atención, la consideración por motivo particular de la persona. La calidad de digna de la persona. O sea, el realce de su propia circunstancia, por ejemplo: el pobre es el resultado de sus carencias y oportunidades dentro de su entorno familiar, donde cunde el crecimiento familiar, se propaga y se multiplica la desnutrición, por ende, las enfermedades. Igualmente, el analfabetismo, por ende, la ignorancia.
Desgraciadamente, no hemos adoptado la política de la revisión. Hay que ordenar el cumplimiento de las disposiciones legales vigentes, para que las unidades ejecutoras denominadas Auditorías Internas Gubernamentales, en uso exclusivo de sus facultades legales, practiquen las auditorías administrativas, que tienen como apodo admitoría, para la revisión y evaluación de los cincos (5) recursos de sus correspondientes instituciones.
Por otro lado, la actual carta magna, la esencia, lo sustancial, son las garantías en el proceso de evolución y desarrollo de la vida panameña… En síntesis, es el pacto social entre los ciudadanos panameños, por tales razones hay que fijarle un ordenamiento para producir buenos ciudadanos, a través de leyes que constituyan una real y efectivo régimen democrático, con elementos constitutivos de formación, como son los valores. De modo que, “El Buen Gobierno” deja de ser un clisé, y sea una fórmula en el sistema presidencialista.
Los Gobiernos tienen que ocuparse del interés social para rescatar la economía: la generación de empleo. Por ejemplo: los terrenos de la CSS de Amador convertirlos en sociedad anónima, para que inmediatamente se enlace con las líneas navieras de cruceros para crear dentro de la asociación pública y privada para resaltar el turismo. De manera que, después, se construya un hotel que debería ser concesionado para el Apatel, y los accionistas reciban los réditos. “Le rebosan los bienes; rebosa el dinero”.
Para finalizar, deseo llamar la atención a los lectores sobre que hay que hacer del respeto un valor cívico, el ordenamiento para el Estado y los ciudadanos compuestamente en la nueva constitución.