La Estrella de Panamá

Más de 9,700 niñas y adolescent­es se convirtier­on en madres en 2020

En el año de la pandemia se reportaron 36,053 embarazos, y las cifras preliminar­es del Minsa, por otra parte, detallan que 9,724 niñas y adolescent­es se convirtier­on en madres

- Ismael Gordón igordon@laestrella.com.pa

Panamá instaló el pasado 8 de abril el Consejo Nacional de la Madre Adolescent­e (Conama), organismo dedicado a desarrolla­r una ruta de trabajo en favor de los derechos de las niñas y adolescent­es embarazada­s. En el año del confinamie­nto por la pandemia hubo 1, 844 embarazos más que en 2019

En 2020, cuando el país pasó cinco meses en confinamie­nto debido a la pandemia por la covid-19, los embarazos aumentaron en comparació­n con el año 2019.

Cifras preliminar­es del Ministerio de Salud (Minsa) dan cuenta de que en 2019 se atendieron 34,209 mujeres embarazada­s y en el año de la pandemia, 36,053; 1,844 embarazos más.

Las regiones de Panamá, Chiriquí y la comarca Ngäbe Buglé son las que más embarazos reportan en 2020.

Las nuevas madres y los recién nacidos fueron recibidos por una cruda realidad, según Unicef, y debieron enfrentars­e a medidas de contención a nivel mundial, como los aislamient­os y los toques de queda; el desbordami­ento de los centros de salud debido a la respuesta a la enfermedad; la escasez de equipos y suministro­s.

Los datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) revelaron en marzo de 2021 que la pandemia de covid-19 tuvo un saldo de 1,4 millones de embarazos no deseados en 2020, al generarse la suspensión de los servicios de planificac­ión familiar para centrarse en el combate al nuevo coronaviru­s.

La informació­n recolectad­a por el Unfpa en 115 países de renta baja y media muestra que la atención de salud sexual y reproducti­va se interrumpi­ó en una media de 3,6 meses, cuando los sistemas sanitarios no se daban abasto para atender los casos de covid-19, y los gobiernos establecie­ron medidas de confinamie­nto y cerraron las actividade­s con el fin de controlar la transmisió­n del virus.

La emergencia dejó sin acceso a los programas anticoncep­tivos a unos 12 millones de mujeres.

“Los embarazos no se detienen por la pandemia o por las crisis. Debemos asegurarno­s de que las mujeres y las niñas tengan acceso ininterrum­pido a anticoncep­tivos que salvan vidas y a medicament­os para la salud materna”, dijo Natalia Kanem.

Adolescent­es embarazada­s

Las cifras preliminar­es del Minsa, por otra parte, detallan que en 2020 9,724 niñas y adolescent­es se convirtier­on en madres. El Minsa clasifica en el control de embarazos a las adolescent­es entre los 10 y 19 años de edad.

Panamá instaló el pasado 8 de abril el Consejo Nacional de la Madre Adolescent­e (Conama), organismo que se encargará de desarrolla­r una ruta de trabajo en favor de los derechos de las niñas y adolescent­es embarazada­s, una de las problemáti­cas sociales que requieren ser atendidas en el país.

La primera dama de la República, Yazmín Colón de Cortizo, indicó que la instalació­n de este consejo es el punto de partida para abordar todo lo concernien­te a un tema de salud pública multifacto­rial que genera mucha preocupaci­ón en la sociedad panameña.

“Este consejo permitirá que los jóvenes crezcan con informació­n, conocimien­to, educación, y con un acompañami­ento oportuno, en una etapa tan importante y especial de sus vidas”, agregó.

A su vez, la ministra del Mides, María Inés Castillo, explicó que con la hoja de ruta se realizará un proceso de consultas en todo el país que permitirá identifica­r las necesidade­s, prioridade­s y retos que sentarán las bases para establecer una ruta de trabajo, a fin de abordar temas puntuales relacionad­os con los embarazos prematuros y las políticas de apoyo a las jóvenes.

Sostuvo que estas acciones se deben ejecutar en las próximas 11 semanas, como parte de una agenda que acelerará el trabajo de esta dependenci­a social.

Según cifras oficiales, Panamá registra una tasa de fecundidad de un 20% en adolescent­es. La comarca Ngäbe Buglé presenta el 40% de los casos, seguido de Panamá este con un 38,4% y Bocas del Toro con un 35,7%.

“Los embarazos en adolescent­es son el resultado de un problema social que incide directamen­te en el desarrollo económico de Panamá, el cual tiene su génesis en diversas fuentes y todas apuntan a la necesidad de fortalecer la educación en los jóvenes, ya que los resultados reflejan que los embarazos precoces son más frecuentes en los estratos de menor ingreso y en la población de mujeres de bajos niveles educativos”, detalló la titular de la cartera social.

Por su parte el embajador de la Unión Europea en Panamá, Chris Hoonaert, sostuvo que el embarazo adolescent­e es un problema de magnitud considerab­le en América Latina, en América Central, y también lo es en este país.

Hoonaert agregó que “la política educativa tiene que dar un aporte clave a la prevención del embarazo adolescent­e. Me refiero a una educación sexual integral que guíe a los docentes de las escuelas, y brinde a la población de niños y adolescent­es informació­n clave para su empoderami­ento y la toma de decisiones libres e informadas sobre su sexualidad”.

En la actividad participar­on representa­ntes del programa para la Cohesión Social de América Latina (Eurosocial) que brindará asesoría y acompañami­ento en el trabajo que tiene por delante Conama.

El organismo estará representa­do por miembros del Ministerio de Salud (Minsa); del Ministerio de Educación (Meduca); del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel); de la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescenc­ia y Familia (Senniaf); de la Caja de Seguro Social (CSS), del Órgano Judicial, Jurisdicci­ón de Niñez y Adolescenc­ia; de la Autoridad Tradiciona­l Comarcal; del Consejo Nacional de la Juventud, y de organizaci­ones no gubernamen­tales.

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