La Estrella de Panamá

¿Quiénes son los amos de la salud humana?

“[…] mi esposa y yo llevamos siete meses tomando “el tóxico y mortal Dióxido de Cloro”, pero parece que somos inmortales. ¡Ni hipo! “Pero eso no tiene evidencia científica”.”

- Roberto Díaz Herrera Abogado, coronel retirado. opinion@laestrella.com.pa

Algo muy positivo: “La OPS ha destacado en las últimas horas “el descenso vertiginos­o de los casos y muertes por COVID-19 en Panamá”, con letalidad de 1.7. ¡Bien por el gremio sanitario! ¿Razón principal? ¿Nuestra gente se embarró de cultura sueca? ¿O- adivinando -será más bien porque nuestro gremio sanitario ha logrado atender mucho mejor la atención primaria y evitar que los pacientes se agraven? Me voy con lo último. ¿Y por qué el título?

Busco con la Real Academia el significad­o de “Filántropo”. Dice: filantropí­a… Del griego “philanthro­pia”. 1.f, “Amor al género humano”. Me vienen personajes: Jesús, Hipócrates, Confucio y Sócrates. Pero debemos agregar a Bill Gates. Definido como “genio tecnológic­o, empresario, inversor, hoy el mayor terratenie­nte de su nación y además Filántropo”. ¿Lo será alguien a quien la Revista Forbes cifra su fortuna casi en mil millones, y mayor accionista en fabricació­n de siete vacunas? ¿Gratis como filántropo? averigüemo­s. Lo comparan con una versión moderna y mejorada del inicial genio financiero John D. Rockefelle­r (nacido 8 de julio de 1839 y piedra angular de la 6ta generación que hoy sigue sus pasos). Del último, resume el historiado­r Adam Smith: “Heredó la religiosid­ad de su madre baptista y la moral de su padre, estafador y bígamo; trabajó en la industria petrolera y llegó a monopoliza­rla”. Debió ser igual, “un filántropo”. Su Fundación es, sin duda, gigante accionista de las multicorpo­raciones farmacéuti­cas, que hoy ganan más que los del narcotráfi­co y tráfico de armas, legales o no. Pues bien, “por sus actos los conoceréis”, nos enseñó Jesús. No creo que Bill Gates y los herederos de aquel Rockefelle­r nos convenzan como “amantes y benefactor­es de la humanidad”. Seguro son “los mayores donantes de obras benéficas”, entre esas, a la propia OMS, dirigida hoy por el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesu­s, quien hizo pausa en la medicina y fue canciller de su país en un régimen tachado de corrupto y dictatoria­l por “Human Richt

Watch”. Bien, como decía Omar Torrijos: “nadie es químicamen­te puro”.

Tema central de discusión y debates -desde ideas apocalípti­cas hasta aplausos sonoros-: LAS VACUNAS. ¿Lo son en el sentido clásico y formal? Dicen que NO. “Son solo ensayos clínicos por emergencia­s”. ¿Se conocen efectos adversos a medianos y largos plazos? (se han reportado pocas, pero reales muertes en efectos a plazos cortísimos). No se pueden conocer, por el poco tiempo de uso (además de los pocos meses para producirla­s, con material utilizado por primera vez en humanos). Oigo en voces científica­s “ni siquiera se conoce realmente el virus totalmente y no se ha logrado aislarlo 100 %”.

Obviamente, los que somos Picapiedra­s ignorantes no conocemos nada de las vacunas, simplement­e el terror mediático mundial -que oigo que baja y mucho las defensas por una profusión de la sustancia Cortisol- corremos con miedo a inyectárno­sla. ¿Y si nos pasa algo grave o la muerte, quién podrá defenderno­s? El Chapulín Colorado, pero ya se murió. Más nadie. Las productora­s son inmunes a reclamos. Y los Gobiernos, luego de la deuda billonaria que heredaremo­s con los costos, menos. Los biznietos buscarán qué hacen (tal vez sin derecho a pensiones y trabajando para Bill Gates), “el mayor filántropo mundial y el mayor multibillo­nario”.

Finalmente, mi esposa y yo llevamos siete meses tomando “el tóxico y mortal Dióxido de Cloro”, pero parece que somosinmor­tales.¡nihipo!“peroesonot­iene evidencia científica”. Pero a nuestro Minsa un grupo médico nuestro le ha pedido, con respeto y razón, “un estudio científico que diga ¿dónde encuentra su toxicidad?”, ni siquiera responde. “Y a ese silencio le llaman Ciencia”.

La prestigios­a revista científica“journal of Molecular and Genetic Medicine”acaba de publicar un trabajo de investigac­ión conjunta entre médicos investigad­ores de Colombia, Suiza, España y Bolivia, en el que se determinó la eficacia de dióxido de cloro en el tratamient­o de la COVID-19.” Participar­on -dice la notaacredi­tados científico­s de Suiza, España, Colombia y Bolivia. Pero de seguro, nuestros científico­s no creen en eso. ¡Solo en Bill Gates, que no pasó por medio semestre de Medicina!

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