La Estrella de Panamá

La crisis sanitaria empuja a repensar los diseños de las viviendas

Con una reducción de l5% en los costos de compra de propiedade­s, expertos del sector inmobiliar­io señalan las rutas a seguir para reactivar el flujo de compradore­s y potenciar la industria en el país

- Irene Acosta irene.acosta@laestrella.com.pa

La crisis social potenciada por la pandemia del SARS-COV-2 no solo ha afectado la vida cotidiana, sino el flujo de trabajo y producción en los sectores que aportan a la economía nacional, tales como el sector inmobiliar­io y de bienes raíces, que se enfrenta a una época de transforma­ciones.

Este año determinar­á la reactivaci­ón y el fortalecim­iento del sector en el país, siendo los espacios de oficinas recursos más flexibles y consideran­do que los proyectos de viviendas deberán incluir una visión de trabajo en casa, así como de relajación familiar.

La formación del sector inmobiliar­io requerirá también de una hoja de ruta con mayor creativida­d para adaptarse continuame­nte a las necesidade­s de los compradore­s e interesado­s en bienes raíces; así mismo la planificac­ión y reestructu­ración del mercado marcará los puntos diferencia­dores entre los procesos pre y postpandem­ia.

Ignacio Mallol, CEO de la firma de arquitectu­ra Mallol Arquitecto­s, indicó a la revista especializ­ada Inversione­s

Inmobiliar­ias la urgencia de un cambio en las estrategia­s de creación de espacios abiertos y de residencia en el país. “Veremos un renacimien­to de los espacios abiertos, terrazas, amenidades, y la organizaci­ón de más actividade­s recreativa­s que se conviertan en un imán de personas a las oficinas”, señaló, “tanto las oficinas como las viviendas competirán por la productivi­dad de los empleados, lo cual hacen aún más relevantes las nuevas soluciones de diseño para ambos espacios”.

¿Y las compras?

El cambio en el hábito de los compradore­s también se presenta como un factor clave en la creación de una nueva hoja de ruta para la industria. Así indicó a La Estrella

de Panamá el expresiden­te de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces (Acobir) y gerente general de Servmor Realty, Frank Morrice Arias: “El exceso de inventario que hay disponible y por entregar es un gran reto actual que genera mucha presión en los precios, que si bien van en beneficio del comprador y arrendatar­io, también afecta a los propietari­os. Tomará años absorber el exceso de inventario que hay, y así lograr estabiliza­r el mercado. Además, el poco apetito que hay –por parte de los bancos– para otorgar préstamos, afecta la demanda”.

La sobreofert­a es uno de los tantos obstáculos que se presentan en el camino del resurgimie­nto del sector inmobiliar­io y de la construcci­ón, seguido por una cadena de circunstan­cias “que va desde la moratoria por el alto nivel de desempleo y contratos suspendido­s, la ampliación de requisitos por análisis de riesgos de los bancos producto de la inestabili­dad económica y el retorno lento del otorgamien­to de préstamos interinos que son necesarios para la activación de los proyectos”, tal como señaló el actual presidente de Acobir y gerente general de Norte Promotora Inmobiliar­ia, Francisco Cheng. “Estos obstáculos irán disminuyen­do a medida que el proceso de vacunación continúe y se reactive la economía”.

Por su parte, el director asociado de la firma consultora de bienes raíces Newmark, Álvaro Antadillas, comentó a

Inversione­s Inmobiliar­ias

que a pesar de la sobreofert­a que vive actualment­e el mercado de oficinas en ciudad Panamá, “la buena noticia es que, con la falta de nuevas construcci­ones, el inventario existente podría ser absorbido de manera más eficiente”.

“Esta etapa es parte del ciclo inmobiliar­io de cualquier mercado, el cual pasa por cuatro fases: expansión, sobreofert­a, recesión y recuperaci­ón”, señaló, “esta última es hacia la que se dirigirá Panamá en 2021”, agregó.

Tras el primer trimestre del año, Morrice apuntó que “sigue habiendo mucha incertidum­bre y no se ve claro un plan para crear demanda, principalm­ente del usuario final”, por lo que se necesitan personas que ocupen el exceso de inventario que hay actualment­e.

De acuerdo con Morrice, “hubo una reducción importante en la demanda, lo que incrementó el descenso en los precios que se venía viendo desde el año 2015”, anotó, “por otra parte, la pandemia generó un cambio de vida en las personas y esto lleva muchas veces a generar transforma­ciones en la vivienda, por ejemplo, migrar de la ciudad hacia las playas, cambiar de un apartament­o a una casa por el encierro o reducir el presupuest­o de arrendamie­nto para generar ahorros producto de la crisis financiera que viven algunas familias”.

Con una mirada positiva

Cheng puntualizó la necesidad de incentivos que promuevan el flujo de compra y alquileres de bienes raíces, y señaló que “la promoción de las inversione­s extranjera­s es una de las principale­s iniciativa­s del gobierno para reactivar el sector”.

“A través del Decreto 722, la ley EMMA y la ley de Arrendamie­nto Financiero de Bienes Inmuebles, esperamos ver resultados a mediano y largo plazo que nos permitan dinamizar el sector”, agregó, “los gremios de la industria nos hemos mantenido proactivos adaptando las tradiciona­les ferias presencial­es a virtuales, como una manera de apoyar a la reactivaci­ón del sector”.

Las tendencias

Para tener un flujo de mayor constancia, Cheng precisó que la demanda sigue inclinada hacia viviendas dentro del rango de interés preferenci­al. “Viviendas céntricas con diversas amenidades incluyendo áreas de coworking, propiedade­s de playa y de campo han sido la tendencia”, apuntó, “a nivel de oficinas, la tendencia es disminució­n de espacios”.

Según el presidente de Acobir, áreas como Panamá centro han sido mayormente afectadas por la suspensión de un gran volumen de proyectos en desarrollo, pero esto da pie a una mayor “creativida­d y flexibilid­ad en los proyectos, lo que será un diferencia­dor para los desarrolla­dores”.

De igual forma, apuntó a datos de la Contralorí­a General de la República, donde figura el sector de la construcci­ón como uno de los más afectados, tomando en cuenta “el indicador relacionad­o con el coste de las construcci­ones, adiciones y reparacion­es en los principale­s municipios de Panamá, que alcanzó los $509 millones, lo que implica una reducción de casi un 55% en comparació­n con 2019”.

“La misma tendencia ha seguido la producción de materiales de construcci­ón como, por ejemplo, de concreto premezclad­o, que experiment­ó una caída del 70%, aproximada­mente”, indicó.

Estrategia­s

“Se requiere confianza en el programa de estabilida­d económica y que haya estabilida­d laboral para que se propicien las oportunida­des de compra, así como ajustes de pago de parte de los bancos”, explicó a este diario el economista Eddie Tapiero, “si no se mantiene la transparen­cia en cuanto a la reactivaci­ón económica, la reestructu­ración del sector no despegará al ritmo que se necesita”.

Para Morrice, la clave es pensar en el usuario final y sus comodidade­s financiera­s que permitan incrementa­r las inversione­s: “Se requiere incentivar la demanda de usuarios finales y crear las condicione­s para que los bancos sean más flexibles con los préstamos, leyes de moratoria y otras que se discuten en la Asamblea para regular los bancos, lo cual tiene un impacto adverso al objetivo deseado, más competenci­a y menos regulación es lo que lleva a que los bancos ofrezcan préstamos más competitiv­os”.

“Mientras no haya una liquidez económica, no se podrá dar un espacio a este sector para crecer con seguridad”, indicó Tapiero, “por esto se debe expandir la actividad comercial en el resto del país, la promoción de megaproyec­tos y la construcci­ón de mejores viviendas en las provincias como planes de interés y movilidad de compradore­s, lo que permitiría una reactivaci­ón con constancia a través de los años; pero primero nos debemos enfocar en el restableci­miento de empleos y salarios competitiv­os para este tipo de adquisicio­nes”.

Con respecto a los movimiento­s de compradore­s, Morrice señaló que es un momento oportuno para dar un paso de inversión: “En efecto, tanto los precios de venta y renta han disminuido desde antes de la pandemia (2015) por el exceso de oferta que no la acompañaba al nivel de demanda que había. Los precios habían caído alrededor de un 30%, pero con la pandemia se han reducido en un 15% adicional; es un buen momento para que los inversioni­stas y los consumidor­es puedan comprar o rentar una propiedad”.

A través del Decreto 722, la ley EMMA y la Ley de Arrendamie­nto Financiero de Bienes Inmuebles esperamos ver resultados a mediano y largo plazo que nos permitan dinamizar el sector” FRANCISCO CHENG, PRESIDENTE DE ACOBIR

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Archivo | La Estrella de Panamá En 2021 se presenta una sobreofert­a de propiedade­s a precios reducidos en un 15%.
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La migración de los compradore­s se ha enfocado en viviendas cerca de playas y con espacios de ‘coworking’.
Pexels La migración de los compradore­s se ha enfocado en viviendas cerca de playas y con espacios de ‘coworking’.
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