Participación ciudadana sin eco en las esferas de poder
Con el respeto al derecho de todos los ciudadanos que aspiran a disfrutar de una nación prospera y en paz, quiero proponer, con el mejor interés, opciones que redunden en contribuir a los propósitos de logros y bienestar para el país. Me adhiero a la propugnación de promover el bien común, respetando el derecho ajeno que nos conduce a pensar en la dinámica y los procesos de la democracia no con distorsiones que derivan en corrupción y desgreño administrativo, causando bochorno y penas ajenas ante el concierto de otras naciones por acciones y fines aviesos de traidores a la conciencia ciudadana por los apetitos de enriquecimiento ilícito sin medir consecuencias, sometiendo a humildes hombres y mujeres que sucumben ante el hambre y desprovistos de esperanza.
No sé cómo se es más expresivo y resonante para dirigirme al respetado señor presidente de la República, ¡amigo Nito!: soy un copartidario con deseos de que logre las promesas. Creí comprender que vuestros mensajes no eran alegóricos y sí serios, de una sola pieza, creí comprender que en tu Gobierno a nadie le sería permitido transgredir la ley con alevosía y ventaja de beneficios personales. Aprovecho tu elocuente frase “NO PUEDE SER”.
Cada día que transcurre, a los nacidos sin culpa, que ya suman alrededor de 1 100 000 menores de 16 años de edad con un futuro incierto, ¿qué les dejamos? Ojalá no sea el de un Panamá perdido e irrecuperable, donde líderes comprometidos, como Belisario Porras, Harmodio Arias Madrid, Arnulfo Arias Madrid, Roberto F. Chiari y el general Omar Torrijos Herrera pareciera que no se valoran sus aciertos y esfuerzos nacionalistas, sin menospreciar otros prohombres como don Justo Arosemena, don Mariano Arosemena, Dr. Octavo Méndez Pereira, Dr. Jorge Illueca y muchísimos más. Cada uno en su justa dimensión son líderes de referencia que solo han pasado a ser banderas políticas, mas no honrados por dejarnos una patria con libertad y sosiego político esperanzados de que en el siglo XXI seríamos ejemplo de desarrollo en la Región.
La nave PANAMÁ viaja sin brújula, con parte de la tripulación que no responde a las directrices del capitán al mando, NO PUEDE SER. A pesar de la colaboración del cuerpo de seguridad del Estado y de ministros para abajo, son inadmisibles los desgreños y transgresiones a la ley cometidos y con seguridades de que lo que menos les preocupa es la rendición de cuentas y la certeza de castigo.
La pandemia, los delitos y desórdenes de arrastre de delincuentes atracadores del pasado no lo son todo. Estamos defraudados, nadie votó pensando en Benicio Robinson, representativo de deslealtad al mandato constitucional, tratando de fusionarse con el poder central.
Presidente Nito Cortizo Cohen, tiene todo a su favor todavía. “Honrar, honra”, hay una frase que manifiesta responsabilidad y compromiso en escrituras públicas -usted cuidará y velará por… como un buen padre lo hace por su hijo- ni más ni menos esperábamos al momento de su discurso en el solemne acto de toma de posesión como presidente de la Republica brillante, en motivos y objetivos; presidente digno de guardar en las mejores hemerotecas que arrancó muchos aplausos que no escuchó ni vio de conciudadanos que lo veíamos y escuchábamos en nuestros hogares, sus palabras dignificaban a elegidos por miles de panameños que aceptaron como buenas las promesas transferidas al pliego de compromisos a partir del día uno de su gestión de Gobierno.
Los escándalos, con más o menos realidad, con múltiples denuncias de voz en cuello por los que saben que presentarlas ante el Ministerio Público, sin tener árbol que les cobije, ni las escucharán, situación que los transgresores saben.
Amerita la ejecución de estrategias de reinvención con despiertos de mente y corazón que le acompañan, los demás plagados de incapacidad, deshonestidad y delincuencia solapada, BÓTELOS; sume menos, pero sume hombres y mujeres capaces con probidad de desempeño, para levantarnos de la caída estrepitosa a punto de acaecer. Ya estamos al final de la pista, eleve la nave antes de una tragedia en ciernes que esperan los oportunistas accionar con visión de urgencia notoria. Las empresas privadas con misión, visión y objetivos de superación son una oportunidad en binomio con el Estado. Agarre el control de estudios, diseños y presupuestos para contratar obras que soporten el escrutinio y auditorías irrefutables para borrar los sobrecostos y delitos administrativos y financieros.
No más adjudicación de obras con juez y parte de un solo lado en las obras de infraestructura, requerimos funcionarios en el campo sin burócratas con salarios faraónicos, menos automóviles de lujo que les traslade al trabajo, no a turismo interno.
Esperamos que los destinos de nuestra nación se tornen promisorios.
La Opinión Gráfica