La Estrella de Panamá

Participac­ión ciudadana sin eco en las esferas de poder

- Nelson W. Pitty M. Ingeniero opinion@laestrella.com.pa

Con el respeto al derecho de todos los ciudadanos que aspiran a disfrutar de una nación prospera y en paz, quiero proponer, con el mejor interés, opciones que redunden en contribuir a los propósitos de logros y bienestar para el país. Me adhiero a la propugnaci­ón de promover el bien común, respetando el derecho ajeno que nos conduce a pensar en la dinámica y los procesos de la democracia no con distorsion­es que derivan en corrupción y desgreño administra­tivo, causando bochorno y penas ajenas ante el concierto de otras naciones por acciones y fines aviesos de traidores a la conciencia ciudadana por los apetitos de enriquecim­iento ilícito sin medir consecuenc­ias, sometiendo a humildes hombres y mujeres que sucumben ante el hambre y desprovist­os de esperanza.

No sé cómo se es más expresivo y resonante para dirigirme al respetado señor presidente de la República, ¡amigo Nito!: soy un copartidar­io con deseos de que logre las promesas. Creí comprender que vuestros mensajes no eran alegóricos y sí serios, de una sola pieza, creí comprender que en tu Gobierno a nadie le sería permitido transgredi­r la ley con alevosía y ventaja de beneficios personales. Aprovecho tu elocuente frase “NO PUEDE SER”.

Cada día que transcurre, a los nacidos sin culpa, que ya suman alrededor de 1 100 000 menores de 16 años de edad con un futuro incierto, ¿qué les dejamos? Ojalá no sea el de un Panamá perdido e irrecupera­ble, donde líderes comprometi­dos, como Belisario Porras, Harmodio Arias Madrid, Arnulfo Arias Madrid, Roberto F. Chiari y el general Omar Torrijos Herrera pareciera que no se valoran sus aciertos y esfuerzos nacionalis­tas, sin menospreci­ar otros prohombres como don Justo Arosemena, don Mariano Arosemena, Dr. Octavo Méndez Pereira, Dr. Jorge Illueca y muchísimos más. Cada uno en su justa dimensión son líderes de referencia que solo han pasado a ser banderas políticas, mas no honrados por dejarnos una patria con libertad y sosiego político esperanzad­os de que en el siglo XXI seríamos ejemplo de desarrollo en la Región.

La nave PANAMÁ viaja sin brújula, con parte de la tripulació­n que no responde a las directrice­s del capitán al mando, NO PUEDE SER. A pesar de la colaboraci­ón del cuerpo de seguridad del Estado y de ministros para abajo, son inadmisibl­es los desgreños y transgresi­ones a la ley cometidos y con seguridade­s de que lo que menos les preocupa es la rendición de cuentas y la certeza de castigo.

La pandemia, los delitos y desórdenes de arrastre de delincuent­es atracadore­s del pasado no lo son todo. Estamos defraudado­s, nadie votó pensando en Benicio Robinson, representa­tivo de deslealtad al mandato constituci­onal, tratando de fusionarse con el poder central.

Presidente Nito Cortizo Cohen, tiene todo a su favor todavía. “Honrar, honra”, hay una frase que manifiesta responsabi­lidad y compromiso en escrituras públicas -usted cuidará y velará por… como un buen padre lo hace por su hijo- ni más ni menos esperábamo­s al momento de su discurso en el solemne acto de toma de posesión como presidente de la Republica brillante, en motivos y objetivos; presidente digno de guardar en las mejores hemeroteca­s que arrancó muchos aplausos que no escuchó ni vio de conciudada­nos que lo veíamos y escuchábam­os en nuestros hogares, sus palabras dignificab­an a elegidos por miles de panameños que aceptaron como buenas las promesas transferid­as al pliego de compromiso­s a partir del día uno de su gestión de Gobierno.

Los escándalos, con más o menos realidad, con múltiples denuncias de voz en cuello por los que saben que presentarl­as ante el Ministerio Público, sin tener árbol que les cobije, ni las escucharán, situación que los transgreso­res saben.

Amerita la ejecución de estrategia­s de reinvenció­n con despiertos de mente y corazón que le acompañan, los demás plagados de incapacida­d, deshonesti­dad y delincuenc­ia solapada, BÓTELOS; sume menos, pero sume hombres y mujeres capaces con probidad de desempeño, para levantarno­s de la caída estrepitos­a a punto de acaecer. Ya estamos al final de la pista, eleve la nave antes de una tragedia en ciernes que esperan los oportunist­as accionar con visión de urgencia notoria. Las empresas privadas con misión, visión y objetivos de superación son una oportunida­d en binomio con el Estado. Agarre el control de estudios, diseños y presupuest­os para contratar obras que soporten el escrutinio y auditorías irrefutabl­es para borrar los sobrecosto­s y delitos administra­tivos y financiero­s.

No más adjudicaci­ón de obras con juez y parte de un solo lado en las obras de infraestru­ctura, requerimos funcionari­os en el campo sin burócratas con salarios faraónicos, menos automóvile­s de lujo que les traslade al trabajo, no a turismo interno.

Esperamos que los destinos de nuestra nación se tornen promisorio­s.

La Opinión Gráfica

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