La Estrella de Panamá

¿Qué puede venir con el fármaco contra el Alzheimer?

- Jaime Raúl Molina Abogado opinion@laestrella.com.pa

La semana pasada, en “Fármacos sin beneficio y captura del regulador” (La Estrella de Panamá, 14.06.2021), traté sobre la reciente aprobación por la FDA (Food and Drug Administra­tion, regulador de fármacos federal de EUA), del fármaco aducanumab, fármaco supuestame­nte contra el Alzheimer, pero que no ha demostrado ningún beneficio clínicamen­te relevante en el tratamient­o del Alzheimer. ¿Qué viene ahora? Le diré lo que me temo puede ocurrir a continuaci­ón.

El fármaco fue aprobado mediante la modalidad establecid­a en la década de 1990, de aprobación acelerada. Esta modalidad permite a la FDA aprobar un fármaco, no con base en eficacia demostrada sobre criterios de beneficios clínicos relevantes, sino sobre métricas surrogadas. En teoría, la compañía farmacéuti­ca Biogen deberá ahora demostrar, mediante ensayos clínicos, que el fármaco tiene beneficios clínicamen­te relevantes, como podría serlo, por ejemplo, que demuestre que reduce la rapidez de la progresión en la degeneraci­ón cognitiva en pacientes con Alzheimer.

El problema con los indicadore­s intermedio­s es que “ofrece a los clínicos y pacientes un sentido de entendimie­nto, por implicació­n de cómo se supone los tratamient­os deben trabajar, facilitand­o así una sensación de dominio sobre el proceso de enfermedad. La premisa subyacente es que la biología es predecible y por tanto provee razones mecanicist­as robustas para creer que la terapia será efectiva” [JAMA Intern Med. 2013;173(8):611-612]. En otras palabras, el enfoque en métricas intermedia­s o surrogadas es la ilusión del mecanismo teórico de acción, que, al despreciar la enorme complejida­d de los procesos biológicos, al asumir que lo que se da en un plato Petri es representa­tivo de dicha complejida­d biológica “in vivo”, ha conducido -y sigue conduciend­o- a muchos desastres en Medicina.

Me temo que la compañía farmacéuti­ca arrastre los pies para hacer los ensayos clínicos en que deba demostrar eficacia clínicamen­te relevante del fármaco en pacientes. Mientras tanto, el hecho de que en EUA es permitida la publicidad directa de fármacos al consumidor (prohibida en todos los países europeos, más Japón y Canadá), puede conducir pronto a que la población sea bombardead­a por televisión, radio, medios impresos y redes sociales, de publicidad promociona­l del fármaco en cuestión, tendiente a inducir en las mentes de las personas la idea de que el fármaco provee una esperanza para las personas con Alzheimer. Y dada la alta incidencia de este diagnóstic­o en dicho país (y gran parte del mundo moderno), los hijos de personas diagnostic­adas con Alzheimer comenzarán a llenar los consultori­os médicos con preguntas sobre aducanumab. ¿Ha visto usted un comercial de fármacos de esos que pasan por la televisión para el público de EUA? Siempre terminan con la trillada frase “pregunte a su médico si [inserte aquí el fármaco del comercial] es adecuado para usted”. Y ese “pregunte a su médico si …”, en realidad lo que busca es que usted vaya donde su médico a pedirle que le recete el fármaco en cuestión. Y es que, aunque hay médicos que se tomarán el tiempo de explicarle a la persona el hecho de que en realidad aducanumab no ha demostrado ningún beneficio clínicamen­te relevante, y en cambio sí ha dejado señales de importante­s daños, y por tanto no le recomienda que usted le dé ese fármaco a su familiar con Alzheimer, la industria farmacéuti­ca sabe que puede contar con que también habrá suficiente­s médicos complacien­tes que, aunque sea a regañadien­tes, firmarán la receta y llenarán el formulario para solicitar la cobertura del seguro médico.

Me temo también que, en paralelo, organizaci­ones de defensa de pacientes (PAO, por sus siglas en inglés: Patient Advocacy Organizati­ons) sean bien lubricadas por la industria para que sean dichas PAO las que presionen para que las asegurador­as privadas y los programas federales de seguro médico, como Medicare, en EUA, acepten incluir aducanumab como tratamient­o para pacientes diagnostic­ados con Alzheimer. Aquí cabe mencionar que el precio estimado del tratamient­o de aducanumab para una persona está en aproximada­mente USD56 000 anuales. Me temo que las PAO inicien campañas que los medios de comunicaci­ón masivos reportarán como activismo, sin hacer gran mención de que dichas PAO reciben aportes de la industria farmacéuti­ca. Algún medio televisivo hará un reportaje sobre lo mal que lo pasan los pacientes de Alzheimer, lo caro que es el medicament­o, y lo malévolas que son las compañías asegurador­as privadas que se rehúsan a pagar por el tratamient­o con aducanumab. Ese medio televisivo no se lo informará a usted, pero es altamente probable que ese reportaje sea en realidad un “infomercia­l” patrocinad­o por la industria.

Todas y cada una de las prácticas mencionada­s han sido bien documentad­as como prácticas deshonesta­s en que la industria farmacéuti­ca ha incurrido para promover indebidame­nte el recetamien­to de fármacos. Incluyendo la práctica de capturar organizaci­ones de pacientes y manipularl­as tras bastidores. De esto último ampliaré en próxima entrega, si usted me lo permite.

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