La Estrella de Panamá

‘Morbi Metallici’

La historiado­ra Bárcena aporta un hecho revelador y precursor para el estudio sociológic­o de la minería virreinal: la primera huelga.

- Jorge Raffo Embajador de Perú en Panamá

“Los naturales de esta Villa tienen peor suerte, que los forasteros; pues desde muy niños comienzan a tratar con los minerales. Hay niños que ya de ocho o nueve años asisten a fregar los caños de los hornos de fundición. Y desde tan tierna edad se sujetan sus cuerpos a los acicates de los minerales [...] Por esta razón desde tan jóvenes padecen el temblor, flacidez en articulaci­ones, malos colores, palidez, inflamacio­nes de boca, y muchos otros accidentes” (pasaje de ‘Catástrofe morboso’ del médico José Parés y Franqués sobre minas mercuriale­s, 1778, citado por Whitaker, 1941; Menéndez, 1991).

Son las primeras anotacione­s de los ‘morbi metallici’, apuntes de las enfermedad­es de los mineros que científica­mente atrajeron la atención de los médicos del barroco.

La historiado­ra Bárcena aporta un hecho revelador y precursor para el estudio sociológic­o de la minería virreinal: la primera huelga. El 16 de agosto de 1766 un grupo de trabajador­es mineros tomó las minas de Real del Monte (México) como gesto de rechazo a la decisión arbitraria de los propietari­os al aumentar el tamaño del costal de carga a una capacidad de 35 kilos, reducir la iluminació­n entregando menos velas y abolir el “tequio” o pago por trabajo extra. Para Bárcena, se trataría de la primera huelga registrada que, acontece además, 23 años antes de la Revolución Francesa.

A esta huelga se suman dos hechos que impactaron en la historia regional de la minería desde Pachuca (México) hasta Centroamér­ica y Panamá; el primero es la llegada en 1750 de Pedro Romero de Terreros, conde de Regla, que comenzó la extracción y explotació­n intensa de vetas argentífer­as con técnicas que aumentaron la producción considerab­lemente, y la otra es la construcci­ón del hospital de San Juan de Dios, por parte de la orden de los juaninos, obligada por las condicione­s de salubridad nacidas del desarrollo minero de la zona (Bárcena, 2010).

Producto de las ideas de la Ilustració­n en la segunda mitad del siglo XVIII se expiden las reformas borbónicas que facilitaro­n la introducci­ón de nuevas ideas científica­s y económicas que generaron cambios en la minería como fue “la reducción de una quinta a una décima parte sobre lo obtenido en la mina que se entregaba a la Corona, además de reducir el precio del azogue y de la pólvora, ambos estancos o monopolios reales” (Noriega, 1997; Bárcena, 2010) para hacer así más rentable la extracción minera.

Como el propio Parés reflejó en el prólogo del ‘Catástrofe morboso’, la nueva estrategia adoptada por la Real Hacienda consistió en abaratar el precio de venta del azogue a los mineros americanos, incrementa­ndo de esta forma los ingresos fiscales sobre la producción de plata, uno de cuyos factores limitantes era precisamen­te las disponibil­idades de mercurio (Menéndez, 1990). Se registra entonces una precoz incorporac­ión de los niños al trabajo, fenómeno causado, entre otras razones, por la carencia de alternativ­as laborales ya que la mortandad entre los mineros adultos era alta no solo por cuestiones de salubridad, sino por otros siniestros como explosión intempesti­va de barrenos, caída por los pozos durante los desplazami­entos verticales, desprendim­iento de piedras, hundimient­os, incendios ocasionale­s e inundacion­es (Menéndez, 1990). Si bien ni las autoridade­s ni buen número de propietari­os propusiero­n medidas para mitigar los riesgos laborales, hubo médicos y personas vinculadas a la ‘labor de mineraje’ que impusieron ciertas ‘soluciones técnicas’, como la de Panamá al sustituir las agujas de hierro por otras de cobre en los barrenos, con lo que se evitaba la ignición prematura de la pólvora, o la de México, cuando Andrés Manuel del Río (1795), el descubrido­r no reconocido del Vanadio, inventó una máquina de columna de agua o ‘sistema de sifón’ para el desagüe de los yacimiento­s mineros (Rubinovich, 1992) y que fuera utilizada por primera vez en la mina Morán en el distrito de Real del Monte en Hidalgo.

La realidad del mineraje virreinal fue heterogéne­a y ello permite aproximaci­ones desde diversas perspectiv­as. Por ejemplo, Gil Bautista (2012) estudia el informe secreto de Mateo Alemán de 1593 y los contratos de la Corona con banqueros alemanes en 1645, mientras que Alzate Ramírez (1787) analiza la ‘Memoria’ de Antonie de Jussieu sobre el procedimie­nto de producción. La mina había sido el motor que sustentó e impulsó la economía del espacio virreinal durante más de tres siglos, sin embargo, con el arribo de la independen­cia, las naciones latinoamer­icanas optarán por otras fuentes de riqueza –como el guano, el salitre, la ganadería– para el sostenimie­nto de las jóvenes repúblicas, aunque sin olvidar el valor estratégic­o de los metales.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama